Intentamos salir de una y ya nos metemos en otra. Si empezamos el año con el precio de las materias primas disparado, lo que ha llevado a una inflación que no se veía desde hace años, ahora empiezan a llegar los primeros avisos de lo contrario. El precio de los metales industriales ha caído este último trimestre como no lo hacía desde la crisis de 2008. Un cambio de tendencia muy brusco que se asocia con otro temido concepto económico: la recesión.
Cobre, estaño, aluminio... los metales industriales caen de precio. Los metales parecen haber tocado techo y desde el último trimestre están viendo profundas caídas. El cobre ha caído un 22% desde la semana pasada, el aluminio un 36% y el níquel, aunque sigue más alto que el pasado enero, ha caído un 56% si se compara con el precio que tenía justo después de la invasión a Ucrania. La caída es enorme si nos fijamos en las últimas semanas y los analistas apuntan al miedo ante una menor demanda y una ralentización del crecimiento económico.
Desde Bloomberg explican que su Índice de Metales Industriales ha caído un 26% este trimestre, convirtiéndolo en el peor trimestre desde 2008. Hay materiales como el estaño que han perdido la mitad de su valor, en comparación con el pico que se alcanzó el pasado marzo.
De la inflación a la recesión. El boom de las materias primas contribuyó a la inflación. Ahora temen que su bajada nos lleve a la recesión. La crisis logística y el auge de las materias primas ha llevado a que tanto Estados Unidos como Europa incrementen los tipos de interés, pero ahora se teme que esto pueda provocar una menor demanda y se acerque una recesión. Esta bajada tan precipitada en el precio de los metales es un primer indicio que puede acercarse. "Ciertamente es una posibilidad", respondía Jerome Powell, presidente de la Fed.
No es el único factor que siembra dudas sobre la industria. La actividad económica en China se ha visto afectada por las medidas del confinamiento y se prevé un estancamiento.
En mínimos de 2022, pero todavía con precios inflados. Materiales como el plomo o el zinc están en mínimos de 2022, pero todavía tienen margen para bajar de precio, al menos si lo comparamos con antes de la pandemia. El cobre actualmente cotiza en unos 8.500 dólares, lejos de los casi 11.000 dólares de principios de año, pero todavía por encima de los 6.000 dólares que tenía antes de la pandemia.
En el peor momento de esta, llegó a bajar de los 5.000 dólares. Unos vaivenes en materias básicas que están mareando todo el sistema económico mundial. Una bajada ahora del precio de los metales es un gran indicio de que los precios pueden estar moderándose.
En Europa, sigue preocupando más la inflación que la recesión. Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo, ha restado importancia a la posibilidad de una recesión en la zona euro. Por ello sigue apostando por subir los tipos de interés para combatir el fenómeno más inmediato, la inflación. Desde el Banco de Pagos Internacionales también han alertado del riesgo de recesión en 2023, pero consideran que la prioridad es todavía luchar contra la escalada de los precios. Veremos en qué punto estamos durante los próximos años.
Imagen | Bakhrom Tursunov
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