De super multimillonario a multimillonario a secas. Y uno con bastantes preocupaciones. Aunque la cuenta corriente de Hui Ka Yan, presidente de Evergrande Group, el gigantesco promotor inmobiliario chino, sigue teniendo bastantes más dígitos que los que verán el común de los mortales a lo largo de su vida, su fortuna actual poco tiene que ver con la de hace un lustro. A medida que la situación de su compañía chino se complicaba, con la afilada crisis inmobiliaria china como telón de fondo, su patrimonio perdía millones. A millares.
Y van unos cuantos.
Rico, pero bastante menos. Los datos de Bloomberg muestran que el patrimonio neto de Hui Ka Yan se ha desinflado un vertiginoso 93%. A día de hoy ronda los 3.000 millones de dólares. No está mal, pero la cifra se queda a años luz de los cerca de 42.000 millones que —según la misma plataforma— alcanzaba en 2017, cuando alcanzó su pico máximo. Gracias a esa riqueza llegó a auparse en el ranking de los magnates de Asia y se convertió en el segundo más acaudalado.
Las cifras de Forbes son algo distintas, pero captan la misma tendencia: un descalabro en su fortuna. Las tablas muestran que en 2019 el patrimonio neto de Hui Ka Yan escaló hasta alcanzar los 36.200 millones de dólares, el año pasado se había desplomado ya a 8.800 y en la actualidad rondaría los 3.100 millones.
Pérdida de riqueza… e influencia. El responsable de Evergrande no solo ha perdido millones de dólares. Su influencia y peso en la política china también se habría visto seriamente resentido. Durante años Hui ha tenido un rol destacado en la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino, un influyente órgano asesor integrado por funcionarios y empresarios. En 2022, sin embargo, quedó excluido de su convención anual y su nombre tampoco figura en la lista publicada por la conferencia hace unos días. Bloomberg precisa que no es el único magnate del sector inmobiliario chino que afronta una situación similar.
Una crisis personal… y algo más. La pérdida de patrimonio e influencia de Hui es solo un caso particular que pone nombre, apellido y una cifra llamativa a una crisis mucho mayor: la que afecta al sector inmobiliario chino, amenazando de paso la economía en general. En su centro está Evergrande, que en 2021 incumplió su primer reembolso de deuda con un pasivo acumulado de 300.000 millones de dólares tras apostar por un modelo de negocio apoyado en el crédito fácil.
A lo largo de los últimos años el grupo no ha logrado levantar cabeza: una deuda abultada, incumplimientos de plazos, venta de la participación que le quedaba en el banco Shengjing Bank tras haberla utilizado como aval, la venta frustrada de su sede y —hace solo unas semanas— la renuncia de PwC como auditor. Más allá de Evergrande, la crisis inmobiliaria del gigante asiático deja un escenario complejo que afecta a organismos locales, entidades crediticias y la propia economía, en la que el sector tiene un peso más que sensible. También, por supuesto, a aquellos compradores que se niegan a pagar hipotecas por viviendas a medio acabar.
Una pérdida llamativa, pero no la mayor. El desplome de la fortuna de Hui, con un “pinchazo” del 93%, es llamativo, pero no es el único magnate del país que pasa por horas bajas. Otro millonario del sector inmobiliario que ha padecido una pérdida de patrimonio acuciada es Hui Wing Mau, presidente de Shimao Property Hondlings. En 2021 Forbes lo asociaba a unos 10.300 millones de dólares. Ahora, a 2.600. La plataforma reseña también la caída en la fortuna de Zhang Li, de la promotora Guangzhou R&F: de 3.600 en 2018 a 2.300, con fluctaciones.
En líneas generales, las grandes fortunas chinas no vienen de pasar su mejor momento . En noviembre Forbes calculaba que la riqueza combinada de las cien personas más ricas de China se había desplomado un 39%, lo que la situaba en unos 907.100 millones de dólares. En su estudio China Rich List 2022, Hurun muestra también una reducción en las personas más acaudaladas.
Imagen de portada: Wikipedia y Evergrande
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