En los últimos meses hemos acudido a la creciente presión que el Gobierno chino está ejerciendo sobre alguna de sus tecnológicas más importantes, como Alibaba, Tencent o Didi. Un acoso continuado que ha provocado la contracción del sector en el país asiático, alejando de él la inversión extranjera y provocando fuertes caídas en los beneficios de muchas compañías. Pero no en todas, como demuestra el último balance de resultados del comercio electrónico JD.com.
Esta plataforma de ecommerce, poco conocida en Occidente, en especial si la comparamos con el gigante Aliexpress -propiedad de Alibaba-, es el principal comercio electrónico de China y presentó recientemente sus resultados del segundo trimestre de 2021 con unas cifras sorprendentes: un aumento de los ingresos del 26% con una facturación que rozó los 40.000 millones de dólares, según Bloomberg.
Unos números que contrastan con los alrededor de 30.000 millones de Alibaba, su principal competidor en China, que en el segundo trimestre de este año ha ingresado un 5% menos que en el mismo periodo de 2020. Aun así, estas cifras suponen una leve recuperación para la empresa fundada por Jack Ma, ya que el balance de beneficios fue positivo, tras registrar pérdidas en los primeros tres meses del año por valor de 700 millones de dólares.
Esta diferencia en la marcha de los resultados de ambos comercios electrónicos chinos durante 2021 está fuertemente influenciada por la presión que el Gobierno de China ha ejercido a una y otra empresa. Mientras que el regulador del país asiático no ha parado de sancionar a Alibaba en el último año, con una multa récord en abril que alcanzó los 2.800 millones de dólares, JD.com apenas ha recibido algunas inspecciones por parte de la Administración y una sanción de unos 77.000 dólares en diciembre de 2020.
El trato dispar del Gobierno chino hacia una y otra empresa es visto por algunos analistas como un signo de madurez del sector en el país asiático: Alibaba ha sido sancionada por ejercer técnicas de competencia desleal y otras prácticas cuestionables, mientras que JD.com, al jugar limpio, no se tiene que enfrentar a multas por mala praxis empresarial.
Para otros, sin embargo, JD.com se estaría beneficiando de su obediencia a las directrices del Partido Comunista Chino. Tal y como ya contamos en Xataka, diversos expertos opinan que el Gobierno asiático, después de un tiempo de apertura y libertad empresarial, está volviendo a constreñir los movimientos de sus compañías, favoreciendo a aquellas que apuestan más por el mercado local y tecnologías que consideran serias frente a otras que se han vuelto, a sus ojos, demasiado capitalistas.
JD.com, seriedad frente al consumismo
Así, al Gobierno chino no le gustarían las agresivas técnicas comerciales que ha adoptado Aliexpress, que potencian el consumismo con ofertas constantes, guerra de precios y una gran cantidad de publicidad, por considerarlas estrategias propias de las economías capitalistas.
JD, en cambio, es un comercio electrónico que vende productos, en general, de mayor calidad y a precios superiores, con una gran cantidad de ventas de tecnología. Además, su inversión en publicidad es menor y sus campañas menos agresivas. Todo esto habría hecho que el Gobierno de China lo vea como un negocio más “serio” que no trata de pervertir la moral de sus ciudadanos con el consumismo capitalista, sino simplemente proveerles de los productos que necesitan.
Otro factor que influiría en la mejor percepción de los dirigentes de China de JD es su concentración en el mercado nacional. Y es que, aunque venden a todo el mundo, el principal mercado de este comercio electrónico es su propio país, mientras que Alibaba está mucho más centrada en las ventas internacionales.
El cambio de criterio del Gobierno chino
El cambio de criterio del Gobierno chino es claro. Después de muchos años en los que la prioridad era crecer a toda cosa, sin importar que se faltase a los principios ideológicos del comunismo, ahora el Ejecutivo liderado por Xi Jinping quiere volver a ejercer mayor control sobre las empresas de su país.
Para justificar esa vuelta al redil, China arguye temas ideológicos y morales, desde las estrategias “demasiado capitalistas” ya mencionadas o el reparto de los enormes beneficios de esas compañías a lo inapropiado de las tecnologías que distraen a sus ciudadanos de hacer cosas realmente útiles para el progreso del país –videojuegos, redes sociales o compras compulsivas-, como ya explicamos en Xataka. Pero la realidad es que se trata de una cuestión de poder.
Conforme las empresas chinas fueron incrementando sus beneficios y expandiendo sus negocios, adquirieron un poder creciente dentro del país asiático que, según han entendido los dirigentes chinos, podría hacer de contrapeso al del Partido Comunista. Así pues, han vuelto a tomar ejemplo de Occidente y han establecido duras leyes para controlar a las mismas compañías a las que dieron libertad total para combatir al capitalismo con sus propias armas, no vaya a ser que el tiro les acabe saliendo por la culata. Y en esa vuelta a una economía más controlada por el Estado, las empresas que se muestren más dispuestas a colaborar, como JD.com, están siendo las principales beneficiadas.
Imagen | danicuki
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