Administraciones locales y autonómicas están usando los fondos europeos Next Gen para financiar proyectos que intentan fijar población en los pueblos
Galicia es una de las comunidades con más proyectos e incentivos contra la despoblación del territorio
El problema demográfico y de distribución de la población no tiene una solución sencilla. Sin embargo, lo que sí ha dejado claro el teletrabajo y los nuevos escenarios de trabajo en remoto es que la recuperación de la población en los pueblos pasa por la digitalización de los modelos de negocio y el impulso de las oportunidades de negocio en los pueblos.
Las zonas rurales con mayor pérdida de población han puesto en marcha programas de dinamización de la economía para crear oportunidades para emprendedores rurales y medios técnicos para que los nómadas digitales puedan trabajar desde las zonas rurales como lo hacen desde los grandes centros urbanos. De Galicia a Andalucía, la España rural se niega a dejar morir sus pueblos.
Nómadas digitales y emprendedores locales en Galicia. La Xunta de Galicia acaba de aprobar una dotación económica de 123.800 euros respaldados por los fondos europeos del Plan de Recuperación Transformación y Resiliencia. Esta aportación cubrirá los gastos de un programa piloto que pretende atraer a las aldeas gallegas a nómadas digitales, profesionales y emprendedores que generen nuevas oportunidades de negocio en pequeñas localidades con una gran tasa de despoblación en Galicia.
El proyecto piloto parte como iniciativa de colaboración entre la Consellería de Emprego, Comercio e Emigración y la Asociación Cultural Sende, que gestiona un espacio de coworking y coliving afincado en Senderiz, una pequeña aldea gallega de apenas 20 habitantes. El proyecto buscará oportunidades laborales y de negocio que atraigan y fijen nueva población a estas zonas despobladas de Galicia.
El proyecto piloto de Sende. La iniciativa de la Asociación Cultural Sende se enmarca en el programa anual de actividades del futuro Centro de Orientación, Emprendimiento, Acompañamiento e Innovación para el Empleo de Galicia. El proyecto piloto consistirá en varias fases en las que se prevé crear una comunidad de 60 emprendedores de distintos ámbitos seleccionados mediante una convocatoria pública.
De esos 60 participantes, 30 serán “embajadores de la vida rural” que ya forman parte de un proyecto de emprendimiento rural, que buscan escalar su actual modelo de negocio rural. Los otros 30 participantes serán residentes de la zona, desempleados en busca de oportunidades de emprendimiento y personas que deseen vivir en aldeas.
La experiencia de vivir y teletrabajar en una aldea. En su primera fase, los participantes se trasladarán durante 15 días a los espacios de coliving de Sende (Lobeira, Ourense), Anceu (Ponte Caldelas, Pontevedra), e Islow (Laxe, A Coruña). Allí, se iniciará la toma de contacto con la vida en la aldea. “Los participantes profundizarán en el espíritu y la filosofía del coliving rural, recibirán memorización, construirán su red y trabajarán en impulsar sus negocios”, aseguran desde la Xunta.
La segunda fase es de apoyo, donde se crearán grupos de trabajo en línea que se centrarán en las necesidades de la población y el entorno rural. En esta fase, los participantes conocerán los ámbitos en los que pueden aportar a la población con nuevas vías de negocio. La tercera fase del programa piloto consistirá en encuentros en persona para establecer estrategias concretas para cada caso.
Andalucía tampoco renuncia a perder población en sus pueblos. Andalucía también ha pisado el acelerador con los incentivos para la dinamización de las zonas rurales de la mano de la Primera Estrategia de Desarrollo Rural de Andalucía, Horizonte 2030. El 67,26% de los 785 municipios de Andalucía tienen menos de 5.000 habitantes y vienen sufriendo un descenso constante de población.
Desde las distintas administraciones autonómicas y locales, se han iniciado programas para atraer a nómadas digitales y profesionales a zonas rurales. Un ejemplo lo encontrarmos en iniciativas como Alpujarra Knowmand Land, impulsada por la Mancomunidad de Municipios de la Alpujarra en Granada que persigue el mismo objetivo que la Asociación Sende en Galicia.
Nómadas rurales huyendo de los abusos del mercado inmobiliario. El incremento del precio de la vivienda empuja a los nómadas digitales fuera de los grandes núcleos urbanos hacia los pueblos. Un claro ejemplo de esto lo encontramos en la provincia de Málaga, donde el incremento del precio de la vivienda hace que estos pueblos se beneficien de una población flotante de nómadas digitales que se adentran a los pueblos interiores de Málaga.
La plataforma Vente a vivir a un pueblo permite conectar a estos nómadas digitales con los pueblos de interior que ofrecen oportunidades para estos trabajadores remotos.
Dar respuesta a la población local para crear oportunidades. En Añora (Córdoba) se ha puesto en marcha el proyecto ERI (Entornos Rurales Inteligentes), un programa con el que impulsar proyectos de transformación territorial para la reactivación social y económica de la zona que atraigan a profesionales cualificados y trabajadores remotos que frenen la despoblación de las zonas rurales.
Imagen | Asociación Cultural Sende
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