El sistema empresarial español debe afrontar con urgencia un relevo generacional que se cierne sobre él como un inevitable tsunami. Pese a que viene siendo evidente desde hace décadas por los bajos niveles de natalidad, las empresas españolas no han hecho sus deberes y se enfrentan al futuro con plantillas envejecidas y sin un relevo formado para cubrir la demanda.
Una de cada tres empresas en problemas. Según datos del último informe Oferta y Demanda de Empleo en España de Infoempleo y Grupo Adecco, un 35,76% de las empresas que han sido consultadas tendrá problemas para renovar su plantilla cuando sus actuales empleados comiencen a jubilarse en los próximos años. La realidad que dibuja esa estadística afecta por igual al sector público como al privado, que ya ha comenzado a apretar el paso de la renovación de los funcionarios ofertando cifras récord en la convocatoria de plazas.
Plantillas envejecidas. Los datos del estudio dejan una fotografía laboral en la que el 54,3% de las empresas afirma tener menos de un 15% de su plantilla formada por personas menores de 30 años, un 23,84% afirma que entre el 15 y 30% de sus trabajadores tiene menos de 30 años, y solo el 6,62% asegura que más de la mitad de sus empleados tiene menos de 30 años.
Los datos apuntan a que las plantillas ofrecen una media de edad bastante alta, pero no esto no es debido a una apuesta por la contratación de personas mayores de 50 años por su experiencia. De hecho, el 71,52% de las empresas encuestadas para el informe aseguran que no cuentan con ninguna directriz para contratar a candidatos mayores de 50 años.
Sin planes de formación para jóvenes. El 72% de las compañías que han participado en el informe no cuentan con programas de formación para fomentar la incorporación de nuevo talento a las plantillas para, de paso, atajar la escasez de talento, otro de los grandes problemas al que deben hacer frente. El informe apunta que el 44,37% de las empresas consultadas acusan la falta de perfiles para su actividad, y un 35,10% opina que los candidatos que encuentran no tienen la formación adecuada para los puestos vacantes.
Todo ello pese a que el apoyo a los empleados en formación y su aprendizaje es uno de los argumentos más utilizados por las empresas como excusa para forzar la vuelta a la oficina.
Paro juvenil y jubilaciones tardías. Son la cara y la cruz de la realidad laboral en España. Según los últimos datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), la tasa de paro en personas menores de 30 años se sitúa en el 22,61% en el primer trimestre de 2023. España es el segundo país con la tasa de desempleo juvenil más alta de Europa, incluso por detrás de países como Grecia o Italia. En Alemania, el porcentaje de paro juvenil ronda el 6%.
En contrapartida, España acaba de lograr un hito histórico: la edad media de jubilación en España ha alcanzado en 2023 los 65 años, subiendo desde los 64,2 del año anterior. Con este incremento, la edad de jubilación real se acerca más a la edad de jubilación obligatoria. Esto indica que los trabajadores no acceden a jubilaciones anticipadas y apuran sus años en activo para no perder poder adquisitivo en sus prestaciones de jubilación. En resumen, en España, cada vez nos jubilamos más tarde.
La edad es un freno para la rotación laboral. El envejecimiento progresivo de las plantillas tiene un beneficio claro: una menor rotación laboral. Fenómenos globales como La Gran Renuncia han hecho que los más jóvenes dejen sus empleos buscando mejores salarios y ofertas de empleo en las que desarrollar mejor su carrera laboral. El 47,68% de los preguntados por la afectación de La Gran Renuncia en sus plantillas asegura que apenas ha tenido incidencia, el 23,18% opina que se ha mantenido como en otros periodos, mientras que el 29,14% afirma que sí ha notado un incremento en las renuncias.
Las empresas consultadas indican que el volumen de rotación de 2023 en sus plantillas ha caído de más del 23% que tenían en 2019, al 19,4% que se ha registrado en 2023. Cuando los empleados alcanzan una edad más cercana a la jubilación se tiende a reducir la rotación laboral, pero se incrementa en el riesgo de renuncia silenciosa y caída en la productividad.
En Xataka | Los tres argumentos de la mayoría de empresas españolas para rechazar la semana laboral de cuatro días
Imagen | Pexels (Ron Lach)
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