Según Kickstarter, el 78 % de los proyectos que en un determinado momento lograron recaudar más del 20 % de su meta terminaron financiándose con éxito. La financiación colectiva, o crowdfunding, ha permitido que las iniciativas de cientos de personas se financien independientemente de que algún gran inversor dé el paso. Ahora la creatividad está en manos de todo el mundo y cualquiera puede colaborar. Pero que una campaña consiga su meta no garantiza el éxito del proyecto.
Las razones por las que los proyectos de crowdfunding fracasan son muchas: problemas económicos, desorganización con el dinero que se recibe en un primer momento, abandono total del responsable o incluso, los imitadores chinos. Con los siguientes ejemplos podrán tener alguna idea de los motivos por los que este tipo de proyectos no siempre triunfan.
El caso más reciente: la ZX Spectrum Vega+
Hace unos días hicimos un repaso por la historia de ZX Spectrum Vega+, un proyecto que recientemente fue frenado por Indiegogo debido a que la compañía se disgustó al ver que Retro Games acumulase retrasos en las entregas y que proporcionara poca información a los patrocinadores de su producto.
Para quienes no tienen claro de qué se trata este proyecto, ZX Spectrum Vega+ es un mando con el que los usuarios pueden jugar en cualquier tele con más de 1.000 juegos originales del mítico ordenador Sinclair ZX Spectrum.
Aunque por el momento Indiegogo frenó la financiación del proyecto, eso no significa que se vaya a paralizar por completo y no vayan a materializarse las consolas. Actualmente Retro Computers sigue actualizando en la página de Indiegogo y la última publicación hace referencia al envío de unas unidades especiales (en blanco, azul y rojo) que prometieron en un concurso que pusieron en marcha entre los patrocinadores. No obstante, aun se desconoce la fecha de los primeros envíos de la consola pues, inicialmente iba a ser en octubre, pero luego la fecha cambió a febrero, plazo que tampoco se cumplió.
Ant Simulator: cuando se gastaron el dinero en lo que no debían
En 2014 Eric Tereshinski y su grupo de socios lanzaron un proyecto que prometía ayudarnos a explorar el mundo a través de la perspectiva de una hormiga. 'Ant Simulator' alcanzó su objetivo de 4.000 dólares en Kickstarter pero después de cinco actualizaciones de la Alpha, sus creadores dejaron de ofrecer el estado de su desarrollo. Tereshinski explicó en un video publicado en YouTube que sus socios se gastaron el dinero recaudado en alcohol, strippers y otras actividades no relacionadas con los videojuegos.
Aunque el emprendedor tenía la iniciativa de continuar con el proyecto por su cuenta, aseguró que de hacerlo sin ellos podría ser demandado. No obstante, confesó que pasó dos meses complicados de cara a hacer pública esta situación, y aseguró que deseaba ponerse en contacto con los afectados para intentar ofrecerles algún reembolso.
Skarp: cómo afeitarse al mejor estilo de Star Wars
En 2015 un proyecto de Kickstarter prometía cambiar el segmento del afeitado, despidiéndose de las tradicionales cuchillas para hacer uso de un pequeño láser que corta los pelos de la barba, con el fin de lograr ese afeitado perfecto que todas las marcas prometen.
Después de que más de 20.000 patrocinadores enviaron más de 4 millones de fondos al proyecto, y ante la falta de confianza de los escépticos, Kickstarter intervino notando que la compañía no tenía un prototipo en funcionamiento, algo que vulnera las reglas de su sitio web de crowdfounding.
Tras este hecho, la compañía envió un correo electrónico a los patrocinadores informándoles sobre la situación y hasta el momento, nadie ha tenido el producto en sus manos ni han podido verlo en acción, más allá de su vídeo promocional.
Coolest Cooler: una nevera con montones de prestaciones, quizás demasiadas
En julio de 2014 el mundo de la tecnología prestó gran parte de su atención a Coolest Cooler, una nevera multifuncional que además de mantener las bebidas y alimentos frescos, se dio a conocer por tener integrado un altavoz que funcionaba mediante conectividad inalámbrica, además de ser resistente al agua, contar con un cargador de baterías a través de un puerto USB, tener iluminación LED e incluso, contar con una licuadora como accesorio. Desde luego al ser lanzada en Kickstarter, esta nevera fue todo un éxito pues consiguió más de 7 millones de dólares por parte de 35.000 personas, en poco más de un mes.
Sin embargo, esta historia tampoco tiene un final feliz. La compañía detrás del proyecto empezó a vender su producto por 499 dólares en Amazon en 2015, como parte de su esfuerzo por recaudar suficiente dinero para continuar produciendo nuevas unidades. Esto ocurrió porque, de acuerdo al CEO de Coolest Ryan Grepper, su empresa gastó los 12 millones de dólares que ganó de Kickstarter, debido a que, entre otros factores, el fabricante del motor de la licuadora de Coolest Cooler inició una huelga y la compañía tuvo problemas para encontrar un reemplazo viable.
A pesar de realizar las ventas a través de Amazon, en abril de 2016 la compañía pidió 97 dólares más a los contribuyentes de su campaña, para que pudieran recibir la nevera en sus casas. En caso de no querer dar el dinero, tendrían que esperar aun más para poder tenerla.
Zano: cuando prometes algo que no puedes cumplir
Una de las razones más comunes por las que los proyectos de crowdfunding fracasan es la falta de planificación. Este fue el caso de ZANO, un mini drone parcialmente autónomo, capaz de hacer fotografías, videos en HD y que brindaba la posibilidad de conectarse al smartphone para ser controlado desde allí. Aunque el proyecto logró reunir 2,3 millones de libras, el dispositivo no tuvo un final feliz pues, al parecer, sus creadores no sabían producir los aparatos en masa ni tenían claro el presupuesto que invertirían el proyecto.
Pese a que pudieron sacar adelante un primer pedido de drones, se gastaron todo el dinero en ello y se quedaron sin recursos para hacer los envíos correspondientes. Aunque Kickstarter realizó una investigación para saber si se trataba de un fraude, pues los patrocinadores no recibieron nunca a ZANO, se dieron cuenta que la realidad era que los creadores no sabían cómo desarrollar el proyecto.
Air Umbrella: la apuesta por un paraguas invisible
Las sombrillas suelen ser algo estorbosas y por eso, en 2014 nació 'Air Umbrella', un proyecto de crowdfounding que proponía un paraguas que crea un espacio de aire a presión, capaz de generar una protección invisible, que desvía el agua y evita que el usuario se moje. El proyecto estuvo reuniendo presupuesto en Kickstarter para su realización, recaudando más de 100.000 dólares por parte de 842 patrocinadores.
Sin embargo, los creadores nunca enviaron el producto a sus patrocinadores y en 2016 publicaron una entrada en Kickstarter asegurando que devolverían el dinero a todos los que apoyaron su proyecto (aunque no mencionan a Air Umbrella sino a unos zapatos eléctricos). La conclusión es sencilla: por más atractivo que pueda lucir un crowdfounfing, antes de invertir deberíamos conocer algo de la trayectoria de sus creadores, y desconfiar si se reciben pocas noticias sobre el estado del proyecto.
GameStick: la consola portátil más pequeña del momento
En febrero de 2013 un grupo de emprendedores publicó en Kickstarter el 'GameStick', una pequeña consola que tenía el tamaño de cualquier dispositivo USB, capaz de conectarse al televisor para ofrecer una infinidad de juegos gratuitos a los usuarios.
Este proyecto logró recaudar 647.658 dólares pero resultó ser un fracaso pues, aunque sí alcanzó a fabricarse y fue distribuido entre quienes lo apoyaron, muchos se quejaron de las fallas en su fabricación y aseguraron que sufría de tantos bugs, que después de un tiempo quedó prácticamente inservible.
Smarty ring: el ¿primer anillo inteligente?
A principios de 2013 un grupo de emprendedores presentó en Indiegogo el Smarty Ring, un producto que nos iba a permitir visualizar notificaciones y utilizar algunas funciones de nuestro smartphone desde el dedo. De esta manera, sería posible controlar la reproducción de música, la cámara de fotos o encontrar nuestro móvil en caso de pérdida.
Desde luego las expectativas fueron muchas, pues se trataba de un wearable realmente interesante. Sin embargo, aunque Smarty ring logró reunir 297.000 dólares, fue un fracaso total. Después de probar con muchos diseños, los emprendedores mostraron a sus patrocinadores un prototipo completamente diferente al que habían prometido.
Triton: respirando como peces en el agua
Una característica de la mayoría de proyectos de crowdfounding es la ambición, un aspecto que puede llegar a ser de tal magnitud, que incluso muchos llegan a proponer ideas que en la práctica no son tan viables como lo fueron en la teoría. Por eso, entre estos fracasos de crowdfounding destacamos a Triton, un dispositivo que fue creado con el fin de permitir a los usuarios respirar bajo el agua.
Lo que decía la compañía detrás de Triton era que el dispositivo tenía la capacidad de "extraer aire respirable" del agua. Desde luego esto no era del todo cierto y por eso, la compañía tuvo que admitir tiempo después que engañó a sus patrocinadores de Indiegogo, por lo que en total ha reembolsado casi 900.000 dólares.
Peachy printer: cuando el proyecto falla, y no precisamente por su naturaleza
Pedir dinero para sacar un proyecto adelante requiere de una gran responsabilidad. Y esto fue justamente lo que no tuvieron los creadores de Peachy printer, una impresora 3D de 100 dólares que logró recaudar más de 650.000 dólares, una cifra muy superior a la que se necesitaba inicialmente (50.000 dólares).
El problema estuvo en que en mayo de 2016, luego de que la compañía empezara a tener retrasos, uno de sus creadores anunció en un vídeo que se habían quedado sin dinero porque, cuando Kickstarter les entregó el dinero, la compañía no tenía una cuenta bancaria a su nombre, así que el depósito se hizo a un miembro del equipo que, aunque transfirió una parte del dinero a la empresa, el resto lo utilizó para construirse una casa nueva.
myIDKey: la tecnología sí ocupa lugar... y a veces demasiado
Otro caso en el que la compañía gastó todo el dinero de la financiación antes de fabricar el producto. myIDKey fue presentado en Kickstarter bajo la promesa de almacenar y encriptar todas nuestras contraseñas de los registros de sitios web o servicios, esto con el fin de que pudiésemos acceder a ellas a través de nuestra huella digital. El proyecto alcanzó a reunir casi medio millón de dólares en Kickstarter, ganó premios en el CES 2013 y recibió inversiones por 3 millones de dólares.
Sin embargo, muy pocos aparatos salieron a la luz y con varios problemas encima, pues tenían varios fallos operativos que lo hacían prácticamente inservible. Lo anterior ocurrió debido a que, por su pequeño tamaño, la compañía tuvo problemas para incluir toda la tecnología necesaria para que funcionara a la perfección.
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