Octubre de 2011: Apple presenta a Siri, su asistente de voz. Tras este anuncio se fueron sucediendo los asistentes similares basados en la voz: Google lanzó Now (luego reformado a Assistant), Microsoft lanzó Cortana y Amazon lanzó Alexa. Una startup de Bilbao también quiso entrar en ese club: Sherpa.
Sherpa llegó a Android a finales de 2012 en forma de asistente inteligente que prometía no solo responder a nuestros requerimientos, sino anticiparse a ellos. Darnos lo que queremos antes de decírselo expresamente. Sherpa seguía el camino marcado por Anboto, un bot para sistemas de atención al cliente. Pero el “sueño” de su CEO, Xabier Uribe-Etxebarría, era “llegar al consumidor final”. “Y con Sherpa lo cumplo”, dijo a El País en una entrevista tras el lanzamiento.
Sin ingresos hasta ahora
Desde aquello, Sherpa ha acaparado titulares en prensa por oleadas. El punto culmen fue el anuncio de su integración nativa en todos los Samsung Galaxy S6 y S6 Edge vendidos en España, algo que no tuvo continuidad. Muchos titulares después, poco se sabe de Sherpa de cara al consumidor final, ni de cuántos usuarios activos tiene ni de cuál es su modelo de negocio. El propio asistente no nos lo puede decir.
“Quizás no lo hemos sabido comunicar... Nosotros empezamos siendo un asistente, el primero así en español, con orientación hacia el consumidor final. Pero éramos una app gratuita y no generábamos ingresos, eso era un problema”, nos explica Xabier, el CEO.
En efecto, Sherpa, desde su fundación, ha tenido pérdidas constantes, año tras año, y sigue muy lejos de alcanzar la rentabilidad. De hecho, cada año está más lejos de ella: su facturación entre 2015 y 2018 fue de 0, 0, 500 y 5.000 euros respectivamente. Su resultado neto ha oscilado en los últimos años entre el millón y el millón y medio de euros en pérdidas, aproximadamente. Principalmente, por su masa salarial, sus gastos de equipamiento, y los servicios subcontratados.
Esta situación se sostiene gracias a las cinco rondas de inversión -aunque la empresa las agrupa en solo dos, seed y serie A- por un valor total de 19 millones de dólares. Solo la última, en enero de 2019, alcanzó los 8,5 millones, y llegó de la mano de Alma Mundi Ventures, un fondo de capital riesgo especializado en la inversión en startups orientadas al negocio B2B, donde el cliente final es una empresa, no un usuario particular. Anteriormente, la donostiarra Orza Investments también invirtió en Sherpa, cuando tenía una vocación más orientada al consumidor.
“Ahora mismo estamos superando nuestro plan de negocio, teníamos una cifra fijada para todo 2019 y en junio ya la superamos”, dice Xabier sin profundizar en detalles. “Y haremos una ronda aún mayor, porque hay mucho interés para crecer más rápido todavía, la cerraremos a principios de 2020”. Alguna de las rondas anteriores, como la de 2016, iba dirigida a la captación de usuarios para la app, algo que tres años después no figura como una prioridad para Sherpa. Todo lo contrario.
De asistente para todos a marca blanca para empresas
Ese crecimiento rápido del que habla el CEO parte de una nueva vocación, que parte del B2C (negocio enfocado al consumidor) al B2B (enfocado a empresas, como deja entrever la inversión de Alma Mundi Ventures). En esas está Sherpa, que quiere pasar de una app para usuarios finales a una marca blanca de servicios digitales para telecos y fabricantes de automóviles.
Sus bajos ingresos de los últimos dos años naturales son atribuidos a “alguna prueba de concepto de alguna chorradita que hemos probado, o de alguna prueba de nuestra API, que tiene un precio de 0,000... por consulta, menos de un céntimo”, explica Xabier. “Lo que nos preocupa es llegar al break-even [facturación suficiente para cubrir los gastos], hacer pruebas y demostrar que nuestro modelo es escalable y funciona, que genera ingresos”.
Esa voluntad de convertirse en marca blanca de servicios digitales tiene que ver con el temor de algunos fabricantes de coches o telecos a que las grandes tecnológicas acaben siendo sus competidoras, si no lo son ya. “Estas empresas no quieren llegar a acuerdos con las grandes tecnológicas, los que fabrican coches nos dicen que ya están compitiendo de alguna forma contra Google, Apple, etc. Están haciendo desarrollos en torno al coche y no quieren darles usuarios para que luego sean competidoras”, comenta el CEO.
Con las telecos ocurre algo similar. “Por ejemplo, Claro [operadora móvil latinoamericana, subsidiaria de América Móvil] tiene un servicio propio de música en streaming, no quieren que eso lo ponga Apple con Apple Music, por ejemplo. Nosotros generamos una plataforma y la presentamos a principios de 2019. Y la empezamos a vender a este tipo de compañías, pero no puedo decir más por cláusulas de confidencialidad. Estamos en prueba de concepto”, dice el fundador de Sherpa.
Aunque sí avanza algo: “hay una marca de automóviles presente en todo el mundo cuyos coches empezarán a llevar Sherpa en 2020”. No indica cuál por "motivos de confidencialidad". La plataforma de Sherpa permite usar interfaces conversacionales basadas en inteligencia artificial. “Convierte el coche convencional en un KITT de hoy en día”, dice el blog corporativo de la empresa evocando a ‘El Coche Fantástico’. Según explica Xabier, en cuanto esa plataforma empiece a formar parte de los coches a la venta, Sherpa comenzaría a ingresar dinero por cada coche y año en que se use.
Un asistente embebido
La idea es que desde que alguien suba a su coche, Sherpa le dé información clave: predicción del itinerario en función del momento que sea, cálculo de la ruta óptima teniendo en cuenta congestiones o accidentes, noticias que puedan interesar al usuario, y si da acceso a su mail, va leyendo correos por orden de prioridad o que necesiten una respuesta. Incluso información sobre el propio automóvil, como aviso por combustible insuficiente o fecha de la próxima revisión.
Para otro tipo de productos, sobre todo los domésticos, también se postulan como marca blanca cuya plataforma pueden usar los fabricantes. Sin querer mencionar a ninguna marca concreta, Xabi menciona que su propuesta se dirige a fabricantes de hardware sin una plataforma propia de reconocimiento de voz, inteligencia artificial e interfaz conversacional.
¿Dónde queda su aplicación principal y que ha sido su producto único durante años? En principio, en un discreto segundo plano. Al menos en las prioridades de Sherpa. “La usamos para testing, para probar nuestros algoritmos, no nos preocupa el uso final de consumidores”, dice Xabi. “Además, veíamos que las consultas que se le hacían a este asistente no coincidían con lo que nosotros veíamos que debería hacer un asistente. El 22% eran diálogo social. Otro porcentaje, preguntas sobre el tiempo. Poner la alarma, poner canciones, poco más. Todo eso era el 90% de las consultas. Si yo tengo un asistente humano no le uso para el diálogo social, esto debe ir mucho más allá: que te conozca muy bien y se anticipe a tus necesidades”.
Otra de las incógnitas sobre Sherpa era precisamente cuántos usuarios había logrado captar, algo sobre lo que Xabi remarca que "no tiene importancia". Finalmente cuenta que “usuarios activos habrá cerca de un millón, pero vamos, que no es relevante para nuestro modelo de negocio, que es otro”. Al no cotizar en bolsa (y por lo tanto tener que hacer pública esta información de cara a sus inversores) ni existir un mecanismo imparcial que provea de cifras de uso de cada aplicación o servicio, no existe forma de corroborar estos números. Al menos en la Play Store, la tienda de aplicaciones para Android, la horquilla de descargas está fijada en entre uno y cinco millones. Descargas, no usuarios activos. También habría que sumar la app de iOS, que no provee de ningún dato similar.
En enero de 2019, TechCrunch hablaba de "cinco millones de usuarios activos", es decir, que usan el servicio al menos una vez al mes, algo que no concuerda con lo dicho por su CEO. Seis meses antes, el mismo medio hablaba de 800.000 usuarios activos, más en la línea de lo afirmado por Xabier.
Más allá de todo eso, el futuro de Sherpa también pasa por mejorar las interfaces conversacionales, aunque sorprendentemente, explica Xabi que “de voz no hacemos nada” cuando le preguntamos por el fichaje de Tom Gruber, uno de los creadores de Siri, como consultor. “Lo de la voz lo subcontratamos, no tenemos tecnología de speech recognition ni de síntesis de voz. Lo que tenemos es todo lo que ocurre una vez se transcribe a texto. Procesamiento de lenguaje natural, profiling y parte predictiva. Con Tom estamos haciendo la estrategia para la nueva generación de asistentes”.
A las puertas de 2020, queda esperar a ver cómo se sube Sherpa al carro de los coches y los dispositivos domésticos, así como a las telecos, para comenzar por fin a conseguir ingresos que rentabilicen sus rondas de inversión. En unos meses, veremos.
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