Los supermercados españoles tienen una nueva herramienta para perseguir robos: la inteligencia artificial

Los supermercados españoles tienen una nueva herramienta para perseguir robos: la inteligencia artificial
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Gota a gota se hace el río y hurto a hurto se cava, al final, un boquete en las cuentas de los pequeños negocios. Quizás el robo de un boli, una bufanda, un libro, unos guantes… no suponga gran cosa en el balance diario de un comercio, pero cuando se coge perspectiva y analiza el balance global de todo un año, la suma de cada uno de esas sustracciones, la imagen cambia. Mucho.

Hace poco la Asociación de Empresas de Gran Consumo (AECOC) sacó la calculadora y se puso a echar cuentas para saber cuánto suponen los hurtos comerciales al final de un ejercicio. El dato quita el hipo: robos e ineficiencias internas sumaron el año pasado 1.515 millones de euros, una cantidad sobre la que los amigos de lo ajeno tienen mucho que decir. Si bien el informe constata un descenso en el número de delitos comerciales cuando se compara con los datos previos a la pandemia, cerca del 54% de las “pérdidas desconocidas” en las tiendas siguen achacándose a los hurtos.

¿Es mucho? Algunos cálculos concluyen que dependiendo de factores como la región y época del año, la merma puede representar hasta el 3% de las ventas de los supermercados. “Pierden el 1,5% de sus productos debido a hurtos y sustracciones", advertía hace poco Pablo Blanco, directivo de la firma Veesion en España, quien advierte: el 80% de los ladrones que salen impunes reincide.

La clave está en los gestos

Ai2

El dato de AECOC está en sintonía con otros similares, como el aportado por la compañía Prosegur, que habla de unas pérdidas anuales de mil millones de euros por hurtos en tiendas, y más allá de las cifras muestra que los amigos de lo ajeno son bastante más que un dolor de muelas para los dueños de comercios. El problema viene ya de muy atrás y desde luego no es ningún secreto. De ahí que haya ya empresas tecnológicas buscando la forma de reducir esas cifras.

Precisamente con ese propósito a principios de año desembarcaba en España Veesion, una startup francesa fundada en 2018 que ha logrado captar la atención del sector y los inversores gracias a su receta para atajar los hurtos en tiendas: una herramienta basada en inteligencia artificial (IA) y deep learning que le permite identificar a los cacos, cazarlos en plena faena y garantizar así que el personal de seguridad de los negocios puedan detenerlos con pruebas y recuperar lo robado.

Su clave, la capacidad para interpretar movimientos.

“Hemos desarrollado una tecnología de reconocimiento de gestos. Nuestro software emplea los últimos avances en del deep learning para detectar automáticamente gestos de robo en tiempo real en supermercados a partir de las cámaras de vigilancia existentes”, detalla la compañía, que ofrece sus servicios también a otros establecimientos comerciales, como farmacias u otros tipos de superficies de venta, entre las que se incluyen las tiendas de bricolaje o droguerías.

Veesion reconoce que la videovigilancia tradicional puede detectar robos, aunque “su efecto disuasorio se desvanece con el tiempo” y no evita que a los guardias de seguridad se les acaben escapando movimientos sospechosos. “Menos del cinco por ciento de los robos son detectados por agentes capacitados”, señala: “Muchos supermercados están equipados con sistemas de vigilancia con vídeo y en ocasiones guardias. Pero sigue siendo difícil para un ser humano verlo todo, mirar el lugar correcto en el momento adecuado para detectar comportamientos sospechosos”.

Con su sistema quieren atajar ese punto débil. Básicamente, explican, emplean un software de reconocimiento de gestos que aprovecha el sistema de cámaras que ya haya instalado en el local para detectar hurtos. “Durante meses, nuestros desarrolladores e investigadores de IA ‘entrenaron’ el algoritmo con millones de ejemplos de gestos sospechosos para detectarlos”, señala.

Una vez instalado, si el sistema detecta algún movimiento extraño envía notificaciones a tablets, smartphones u ordenadores, incluso las cajas registradiras. El aviso consiste en un vídeo corto que permite “identificar al sospechoso e intervenir en tiempo real”. La idea es que el guarda de seguridad pueda detener al ladrón antes de que huya y apoyarse en la notificación en caso de que llegue a ser necesario. El vídeo ofrece al final —comenta Veesion— “una prueba que permite poner rápidamente al sospechoso frente a sus acciones” en caso de que responda mal cuando lo aborden.

Desde Veesion aseguran que quiere llegar a una tasa de detección del 99%, pero su herramienta plantea algunas incógnitas sobre privacidad o la natura de su análisis y si puede apoyarse en datos que acaben discriminando a ciertos sujetos en función de su aprendizaje. La compañía recalca en cualquier caso que su tecnología “solo analiza gestos, nunca individuos”.

“Se basa únicamente en el procesamiento algorítmico de gestos. No empleamos reconocimiento facial, seguimiento de clientes ni registro de identidad, por lo que no permite el reconocimiento de características físicas o fisiológicas”, asegura. Otro de sus compromisos, reivindica, es la “protección de la identidad” de los consumidores y que no aprovecha datos para sus actividades.

La compañía asegura estar presente en una veintena de países y equipar más de 2.000 puntos de venta en diferentes sectores. Su desembarco en España, donde aterrizó hace algo menos de un año, no parece marchar mal tampoco. Según precisa el diario Faro de Vigo, su sistema está operativo ya en una decena y media de establecimientos de Galicia que pertenecen a algunas grandes cadenas, como Día, Carrefour Express o Eroski. En España trabajarían ya con más de 300 establecimientos.

El objetivo: ponérselo difícil al amigo de lo ajeno.

Con una ayudita extra de la inteligencia artificial.

Imágenes: Veesion

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