Una de las bombas públicas del MWC 2024 ha sido el anuncio del Gobierno de crear SETT (Sociedad Española para la Transformación Tecnológica), una empresa pública con una dotación de 20.000 millones de dólares.
Este anuncio ha generado expectación y dudas. El objetivo de esta iniciativa, que podríamos equiparar con una "SEPI tecnológica", es impulsar la soberanía industrial y digital de España, fortalecer la economía y competir con otros países en sectores estratégicos como la IA, la ciberseguridad, el 5G o la fabricación de chips.
La idea es llevar la aprobación de este proyecto al Consejo de Ministros de la primera semana de marzo y que el grupo esté operativo hacia finales de primavera. Una de sus primeras operaciones podría ser la del retorno del Estado al capital de Telefónica, algo que corresponde a la SEPI pero que Escrivá ha dejado como una opción para esta nueva SETT.
No obstante, hay muchos interrogantes en torno a la viabilidad y el futuro de SETT.
De la rendición de cuentas a las duplicidades y el rol privado
En primer lugar tendrá que definir cuáles serán los criterios de inversión. Porque la intención es invertir en los sectores estratégicos antes mencionados, pero queda por saber bajo qué criterios se decidirán las inversiones finales.
Tendrá una capacidad de inversión de casi 20.000 millones de euros, pero ahí se incluyen algunas iniciativa ya existentes que quedarán agrupadas bajo ese paraguas. Por ejemplo, PERTE Chip, dotado con 12.000 millones de euros para semiconductores y microelectrónica, o Next Tech, con 4.000 millones de euros para la inversión en empresas de alto nivel de innovación tecnológica.
Es decir, no se trata de una nueva inversión, sino de la acumulación de las iniciativas ya aseguradas en los últimos años, si bien desconocemos si la operación de Telefónica se incluye en la cantidad anunciada.
También queda por ver cómo evitará duplicidades y redundancias con el resto de entidades públicas que de una forma u otra también invierten en el sector tecnológico. ICO, ENISA o CDTI.
Algunos de los proyectos de estas últimas entidades tienen un objeto a priori diferente al que tendría SETT, pues tiene un enfoque más orientado a la subvención que a la inversión productiva, pero sería interesante delimitar los ámbitos de actuación para prevenir dobleces.
Otra cuestión es la transparencia y la rendición de cuentas para que la ciudadanía pueda entender con sencillez a qué se ha dedicado el dinero público, incluyendo cómo se han seleccionado los proyectos y qué resultados ha obtenido cada uno.
Esto va de la mano de la capacidad para ser un actor atractivo en el ecosistema. No es lo mismo subvencionar una empresa que invertir en ella a cambio de entrar en su accionariado. No siempre es una opción atractiva para los socios de la sociedad y parte de la misión del SETT será posicionarse como una opción interesante para permitir la entrada a terceros. Aunque el tercero sea el Estado.
Por supuesto, queda por saber qué rol tendrá el sector privado. El ministro de Transformación Digital y de la Función Pública, José Luis Escrivá, dijo durante el anuncio de esta sociedad que "el sector público debe jugar un papel fundamental", antes de añadir que trabajará en un modelo de "coinversión" con el sector privado.
¿De qué forma? ¿Cómo se convencerá a las empresas? ¿Aportarán capital y financiación, o también experiencia y conocimiento? ¿Podrán comercializar las tecnologías desarrolladas? ¿Acceder a financiación pública?
Otro riesgo potencial es el de la politización de esta sociedad. Existe la posibilidad de que SETT se convierta en un instrumento político para financiar los proyectos afines al gobierno que llegue al poder en cada legislatura.
¿Qué mecanismos de control tendrá para evitar esta politización? ¿Cómo garantizará que las inversiones se realizan en base a criterios objetivos y técnicos?
Y queda por saber cómo será la captación y retención de talento. En las comunicaciones oficiales por parte del Ministerio se habla explícitamente de que la SETT "incorporará talento digital y tecnológico a la Administración Pública". Quizás esté ahí la madre de todas las dudas, sobre todo en la parte de la retención.
Hay más incógnitas, como el impacto de la SETT en la deuda pública o la capacidad de la Administración para absorber y gestionar esta enorme cantidad de recursos. En unos pocos meses empezaremos a salir de dudas.
Imagen destacada | Gobierno de España, Xataka
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