La propuesta de Bélgica para la semana laboral de cuatro días ha reavivado el debate sobre esta opción en España. Los que se escudaban en que no se podían reducir las horas trabajadas sin disminuir los sueldos lo ven como una posibilidad mucho más interesante que la propuesta por el proyecto piloto de la Comunidad Valenciana, e incluso hay trabajadores que han señalado a Xataka que les gustaría probar el modelo belga. Los sindicatos, en cambio, subrayan que atenta contra el bienestar de los trabajadores y que lucharán por la reducción de la jornada.
Los problemas del modelo original. La propuesta de la Comunidad Valenciana, que establece que sólo puede considerarse semana laboral de cuatro días si se reduce el tiempo trabajado a 32 horas semanales sin disminuir de sueldo, se ha enfrentado a muchas críticas por parte de empresarios y expertos, que consideran que el mercado laboral español no tiene un margen de productividad tan amplio como para reducir la jornada y mantener los salarios.
El mismo informe que encargó la Comunidad Valenciana a varias universidades para estudiar la viabilidad del proyecto señalaba que la extensión de este modelo es complicada en el actual contexto empresarial de España, y apuntaba que serían más conveniente explorar vías intermedias de flexibilidad horaria o la adopción de herramientas tecnológicas que allanen el camino hacia la meta, aún lejana, de las 32 horas de trabajo a la semana.
El modelo belga. Vicente Budí, director Instituto Interuniversitario de Desarrollo Local y profesor de Economía de la Universidad Jaume I de Castellón, uno de los autores del citado informe, explica a Xataka que el modelo belga podría ser útil para algunos sectores concretos, igual que el de 32 horas puede serlo para otros. Porque lo importante, señala, es entender que cada sector tiene sus propias características y debe atender a las demandas de sus trabajadores en función de ellas. Por lo tanto, más que hablar de forma general de una reducción de horas trabajadas, considera que lo importante es dar mayor flexibilidad a los trabajadores.
“Todo lo que tenga que ver con la flexibilidad es el camino a seguir, que el profesional pueda pueda elegir el horario de entrada, cambiar de turnos o reducir el descanso de su jornada partida. Porque no podemos comparar un sector como el educativo con el del comercio, la industria o la agricultura”, señala.
Los sindicatos están de acuerdo, en parte. Tanto la Unión General de Trabajadores (UGT) como Comisiones Obreras (CCOO) están de acuerdo en que cada sector tiene que atender a sus particularidades para avanzar en la conciliación de sus trabajadores, pero consideran que la flexibilización de su jornada debe ir acompañada obligatoriamente de una reducción del tiempo trabajado a la semana.
“El modelo belga no supone ningún paso intermedio, porque un paso intermedio sería pasar a trabajar 38 o 35 horas a la semana, y ahí incluir un debate sobre cómo se distribuyen las jornadas. Pero lo que propone Bruselas es quedarnos como estamos, con la única variante de concentrarlo todo en cuatro días. Es decir, acumular diez horas de trabajo, a las que hay que sumar el tiempo de desplazamientos y comida, lo que sumaría 12 o 13 horas en función de lo lejos que vivamos del trabajo. Eso en ningún caso beneficia a conciliación”, explica a Xataka Carlos Gutiérrez, secretario de Estudios y Formación sindical de CCOO.
Improductivo. Los sindicatos también señalan que el modelo belga perjudicaría a las propias empresas, puesto que las personas que trabajasen diez horas al día reducirían mucho su productividad al final de la jornada al estar ya agotados. Por eso consideran que permitir a los trabajadores descansar más, con jornadas laborales más reducidas, también beneficiaría a las compañías.
La reducción de la jornada, innegociable. Por todo ello, los sindicatos explican a Xataka que en cualquier medida para mejorar la conciliación de los trabajadores consideran innegociable la reducción de jornada. Aunque CCOO y UGT difieren sus peticiones. Mientras que desde Comisiones aseguran que estarían dispuestos a estudiar disminuciones intermedias, fuentes de la Unión General de Trabajadores aseguran a Xataka que van a luchar por las 32 horas.
Lo que proponen los sindicatos. Por lo tanto, lo que los sindicatos proponen es debatir la jornada laboral máxima que establece el Estatuto de los Trabajadores, que en la actualidad es de 40 horas semanales, y a partir de la obtención de una mejora con carácter general que cada sector acuerde lo que más les conviene en las negociaciones colectivas entre los representantes de los trabajadores y de los empresarios.
¿Por qué reducir la jornada? Los sindicatos consideran que la productividad de los trabajadores ha aumentado considerablemente en las últimas décadas de la mano de la tecnología, y que lo seguirá haciendo en un mundo cada vez más digitalizado. Por este motivo, estiman “de justicia social” que parte los beneficios de ese mayor rendimiento del trabajo se reparta entre los profesionales con jornadas que les permitan descansar más y conciliar mejor.
Los impulsores del proyecto piloto de la Comunidad Valenciana, por su parte, consideran la semana laboral de cuatro días como una forma de mejorar el rendimiento de la empresa al tiempo que se mejora la calidad de vida del trabajador. Ya que, señalan, cuando el empleado está más descansado rinde más en menos tiempo.
La CEOE guarda silencio. Xataka ha contactado con la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) para saber su postura respecto a la semana laboral de cuatro días, pero la patronal ha señalado a este medio que no van a entrar a valorar el asunto por el momento.
Imagen | Redd
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