Nos encontramos en la antesala de una nueva normativa para regular la jornada laboral en España y pasar de las 40 horas semanales a un máximo de 37,5 horas en el plazo de dos años. Los datos de Eurostat revelan que la jornada media en España ya es de 37,6 horas.
Sin embargo, un estudio reciente auspiciado por la Comisión Europea ha desvelado que, en realidad, la jornada laboral en España no ha cambiado mucho desde los 80 del siglo pasado.
El sesgo de la jornada reducida. La jornada laboral en España lleva estancada en un máximo de 40 horas semanales desde que el gobierno de Felipe González la aprobara en 1983. Cuatro décadas más tarde, ese límite continúa estando vigente.
El estudio elaborado por investigadores del Centro Común de Investigación de la Comisión Europea (JRC), considera que las jornadas laborales a tiempo completo en Europa se han mantenido casi sin cambios durante todos estos años, a pesar de los avances tecnológicos que prometían menos horas de trabajo y la percepción de que se han rebajado las horas de trabajo.
La influencia del empleo a tiempo parcial en las cifras. Los autores del estudio señalan que una de las razones clave para este aparente “estancamiento” es el auge del empleo a tiempo parcial desde los años noventa.
Según el estudio del JRC, el incremento de trabajos de media jornada ha contribuido a reducir el promedio total de horas trabajadas. Es decir, la media de la jornada no descendía porque los empleados a tiempo completo trabajan menos de 40 horas, sino porque cada vez había más empleados trabajando a tiempo parcial en España.
La precarización y conciliación familiar. Los autores del estudio atribuyen el incremento de los contratos a tiempo parcial a la precarización del empleo, sobre todo en el sector servicios y orientado al turismo, a partir de los 90. También destacan como un factor determinante la progresiva incorporación laboral de las mujeres que, ante la necesidad de conciliar para el cuidado de la familia, opta más frecuentemente por este tipo de empleos a tiempo parcial. Según datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística, el trabajo a tiempo parcial entre mujeres supone 21,6% del total de la población activa, frente al 6,6% de hombres.
Por otro lado, el debilitamiento de los sectores industriales, donde es más habitual la jornada a tiempo completo de 40 horas, también ha contribuido a la percepción del acortamiento de la jornada, haciendo que la media del total de horas trabajadas baje por el incremento de los trabajos a tiempo parcial. Si se excluyera el empleo a tiempo parcial de las estadísticas, la jornada laboral en España continuaría siendo de 40 horas o más para los trabajadores a tiempo completo del sector privado.
El incremento del sector público. El incremento de la masa laboral en el sector público también ha tenido influencia en la reducción de la media de horas trabajadas en España. En 2019, se rebajó la jornada de los funcionarios de la Administración pública a 37,5 horas semanales, y en 2023 se aplicó una segunda rebaja de la jornada laboral hasta las 35 horas.
Este fenómeno no es exclusivo de España. Según el estudio del JRC, en todos los países analizados se observa un contraste entre el sector público y el privado en cuanto a la duración de las jornadas.
Las horas extra hacen subir la media. Los investigadores señalan que las largas jornadas se mantienen en los sectores industriales y de servicios del sector privado, donde además de ser más habituales las jornadas de 40 horas, se registran altos niveles de horas extra, tanto pagadas como no remuneradas.
Según datos del INE, en el último trimestre de 2023 se registraron un total de 6,34 millones de horas extra en España, de las cuales, 2,47 millones no se remuneraron y, por tanto, no se registraron como parte de la jornada, aunque se trabajaron. Según el informe, de incluirse todas esas horas extra, la media de jornada laboral quedaría por encima de 41 horas semanales, superando a países como Alemania o Dinamarca que también se han analizado junto a España.
Cualificación y trabajo por objetivos. Sergio Torrejón, uno de los autores del estudio, explicaba en su perfil de X el impacto de los niveles formativos y la influencia cultural en la extensión de la jornada laboral. "Observamos que quienes trabajan más tiempo son quienes tienen niveles formativos más altos, lo que puede servir de proxy del estatus profesional. Parece que hay una explicación cultural", señalaba el coautor del informe.
El estudio asegura que las jornadas prolongadas se observan especialmente entre los trabajadores de alta cualificación, que organizan sus jornadas en base a objetivos y no a una jornada concreta. En cambio, quienes desempeñan tareas de baja cualificación han visto reducir sus horarios en las últimas décadas. Este fenómeno afecta no solo a España, sino también a otros países europeos.
Imagen | Unsplash (Maxime Agnelli)
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