Pasar por WhatsApp una foto comprometida por equivocación a tu jefe, llegar a casa de trabajar y ver cómo los chats del trabajo no paran de llenarse de mensajes hasta altas horas de la madrugada, recibir llamadas de familiares durante la jornada laboral o recibir capturas de pantalla con datos personales de clientes sin consentimiento previo. Estos son algunos de los malos usos que se le da a la aplicación por excelencia de mensajería instantánea cuando se utiliza en el ámbito corporativo y laboral de una empresa, según apuntan los expertos en informática y protección de datos del Colegio de Ingenieros informáticos.
Sergio trabaja como director de operativo de una cadena de hoteles. Ha decidido no dar su nombre real ni el de su empresa a la hora de relatar su experiencia por no comprometer su puesto laboral. Cuenta que desde hace unos meses usa dos móviles. La razón: su empresa utiliza WhatsApp como canal de comunicación principal entre empleados y su vida laboral ha empezado a comer espacio a su vida personal, además de otros incidentes que han hecho de su día a día un caos en los últimos años. Sergio tiene que lidiar con la gestión de cinco edificios diferentes a través de distintos chats de WhatsApp, además de los que incluyen al equipo directivo y otro general, donde se encuentra parte de la plantilla.
“Nuestro chat de dirección tiene un horario que nos vimos obligados a ponerle para poder desconectar. A partir de las 19h la norma es no escribir, según pactamos informalmente, porque no teníamos vida. Eran las 23h de la noche y la gente seguía comentando cosas. La gente dice que no le importa porque no lo va a mirar, pero casi siempre lo acaba mirando y eso afecta a no dejar atrás el trabajo ni a despegarse. Esa atención consumía mucha de mi energía”, relata Sergio.
“La mayor desventaja del uso corporativo es que se trata de una herramienta de comunicación asociada a la vida privada y personal. Puede llevar a la confusión por parte de los clientes o compañeros de que tienes disponibilidad total a cualquier hora del día por el hecho de estar conectado a WhatsApp”, explica Enrique Martínez Pretel, miembro del Grupo de Seguridad Informática y para la Defensa del Consejo General de Colegios de Ingeniería Informática de España.
“Te va quitando microespacios de la vida personal y al final todo suma. Además, cuando no tienes movil de empresa, los jefes en ocasiones se enfadan cuando no coges el teléfono. Como si no tuvieras derecho a apagarlo nunca. Ahora, cuando llego a casa, dejo el móvil en una estantería y, a no ser que llamen, no lo cojo para nada”, relata Sergio.
Desorden y caos a la hora de documentar y organizar tareas y comunicaciones
Pero la imposibilidad de desconectar del trabajo es solo una de las grandes desventajas del uso de WhatsApp en el entorno laboral. Y aquí es donde viene un punto importante en la estructura de cualquier empresa: la monitorización y documentación de archivos, agendas y tareas. “Es un caos. No hay orden. Se mantienen conversaciones individuales cuando hay otras 20 personas en los grupos. La gente suele quejarse para que esas personas hablen por otro sitio. Desde hace un tiempo tengo que borrar conversaciones donde ya no tengo nada pendiente, porque al final no sabes a quien le has contestado y a quien no, etc”, cuenta Sergio.
Para Martínez Pretel hay que tener en cuenta que “WhatsApp no está pensado con una finalidad de organización y documentación, sino para una comunicación rápida por teléfono”. Asegura que “existen herramientas específicas para estos propósitos que ofrecen mayores prestaciones y utilidades que WhatsApp, como Slack, Microsoft Teams o Skype Business”.
Este perito informático y experto en tecnología digital aclara que “es muy fácil perder la información o documentación en un dispositivo móvil, puesto que WhatsApp no almacena la información en sus servidores, o al menos, no permite su descarga pasado un tiempo, de forma que estás expuesto a perder la información que contiene ante cualquier rotura del dispositivo, pérdida o sustracción”.
Y no solo eso. Mezclar el canal de comunicación empresarial con la vida personal de cada uno puede dar lugar a equivocaciones o malentendidos que pongan en compromiso a más de uno. “Nos confundimos entre grupos de empresa y además entre contactos personales y del trabajo. Un compañero tenía que escribirme a mi directamente sobre un despido y lo escribió en el chat del grupo general. La chica en cuestión que iba a ser despedida se quedó sorprendida y pidió explicaciones. Mucha gente se equivoca y manda fotos personales por los chats y luego las borran, pero es un desastre si los demás las ven antes”, cuenta Sergio.

Además, reconoce que, en muchas ocasiones, se realizan malas prácticas que violan la privacidad de los clientes por ahorrar tiempo. “Adjuntamos documentos y también hacemos fotos de las pantallas de los ordenadores donde figuran datos personales de clientes y se pasan por WhatsApp. Es poco profesional, porque a veces los datos pueden acabar en otro sitio”, comenta.
“Según el Reglamento de Protección de Datos, la empresa debe disponer de un consentimiento expreso de la finalidad y el canal de comunicación. Es decir, el cliente debe haber expresado su voluntad para el tratamiento de sus datos. Además, la empresa debe tener especial cuidado al usar grupos, pues en estos casos, se está compartiendo información privada”, explica Martinez Pretell.
Fernando Suárez, presidente del Consejo General de Colegios Profesionales en Ingeniería Informática de España, coincide en los riesgos que puede suponer compartir datos de clientes por WhatsApp. “Hay que tener en cuenta una serie de factores, como el tipo de datos, la red por la que se comunican —no es lo mismo si se hace a través del WiFi de la empresa que de una WiFi pública compartida—, el nivel de protección de los dispositivos, etc”, explica Suárez. Y continúa: “En mi opinión, este canal no sería uno de los recomendados en ninguno de los casos, ya que esa información no deja de estar en el propio dispositivo, con los riesgos que esto conlleva”.
Cuando el trabajo te persigue hasta tu casa... y tus amigos hasta el trabajo

Sonia —también nombre ficticio—, es abogada en un despacho en el que utilizan WhatsApp para comunicarse entre ellos, agendar citas y organizarse. También ha vivido una experiencia similar. “No es raro que un cliente me llame por la noche para preguntarme alguna duda o que mis compañeros de trabajo me pasen tareas fuera de la jornada laboral”, señala. “Si te envían un correo electrónico siempre tienes la excusa de decir que no lo has podido mirar hasta que has llegado a casa, o esperas al día siguiente al llegar a la oficina. Pero con WhatsApp han ganado la excusa para poder escribirte a cualquier hora, y más si te ven en línea. Además, muchas veces te sabe mal leer el mensaje y no contestarlo”, añade.
Suárez reflexiona: “Incidiendo en mi opinión personal, es cierto que es necesario un tiempo de descanso y desconexión, pero en una sociedad en la que tendemos al teletrabajo y la conciliación, creo que son, en muchas ocasiones, incompatibles con el derecho a la desconexión”.

Esta abogada, además, ha experimentado cómo la vida personal también se mezcla con la laboral cuando está trabajando en la oficina. “Si tienes todo en el mismo móvil, durante la jornada laboral y aunque no quieras atender a temas personales, te están saltando todo el rato conversaciones de amigos y familia y es imposible no atenderlos. O estás en una reunión de trabajo y te llama tu madre, por ejemplo”, comenta.
“Hemos conseguido bajar el nivel de distracción con WhatsApp Web. Antes era tecleo cinco palabras en el ordenador, cojo el móvil, tecleo cinco palabras, cojo el móvil. Si no eres un poco ordenado estás todo el rato saltando al móvil. Hace que te distraigas un poco menos pero, en cuanto ves el numerito, aunque estés haciendo algo importante, tiendes a ser impulsivo y a mirar para ver quién ha mandado qué”, comenta Sonia.
Para Suárez, otra desventaja radica en que “se puede caer en un ‘uso para todo’; no es lo mismo utilizarlo para una comunicación puntual que como sustitución del correo o del teléfono, ya que está a caballo entre las posibilidades del primero (adjuntar archivos, integración con calendario,...) y la inmediatez del segundo. Si recibimos un mensaje en una cuenta compartida trabajo-personal, nunca sabremos a cuál de las dos tipologías responde, por lo que la gran mayoría de usuarios intentarán verla de inmediato”.
Los mensajes de WhatsApp también son una evidencia legal
Roberto —nombre ficticio—, también abogado, ha vivido una de las experiencias más surrealistas en WhatsApp a nivel corporativo. Pero esta vez como cliente y particular. Hace unos meses se disponía a reformar un apartamento que acababa de comprar. Para ello, contactó con una empresa dedicada a reformas del hogar. Después de firmar el contrato de reforma y los documentos correspondientes le avisaron de que las comunicaciones se iban a hacer por WhatsApp.
Así, Roberto fue invitado a un chat de grupo en el que poco a poco fueron sumándose multitud de personas. “Primero entró el pintor, luego el electricista, un fontanero, todos ellos de empresas distintas. Yo no daba crédito. Al cabo de unos días me enseñaban varios colores y tipos de mármol o maderas en fotografías para que las eligiera. No necesité ir a ver la obra en meses porque todo lo hacían por el chat. Por ahí enviaban también sus presupuestos y hojas contractuales de servicios”, relata Roberto. “Un día me puse serio y los cité en el mismo edificio para ver los resultados, porque estaba harto del WhatsApp”.
Suárez hace hincapié en las precauciones al usar WhatsApp para contratar servicios y mantener la privacidad. “Como toda comunicación, es una evidencia que deja un rastro y que puede ser significativa a nivel judicial. Pero en esto la justicia debe de avanzar mucho, ya que no es lo mismo esa evidencia haciendo un análisis forense del dispositivo que imprimiendo pantallazos de las conversaciones, fácilmente manipulables, pero que ya en ocasiones han sido utilizados a nivel judicial”. Y concluye: “Se debe de tener muy claro los casos de uso para los que puede suponer una herramienta cómoda y ventajosa, que como decía antes, no son todos. De sus virtudes, la facilidad de uso, puede convertirse por tanto en una limitación”, concluye el experto.
Imágenes | Pixabay
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pitutete
En mi empresa también es así, da igual el día, te hablan cuando les parece, trabajo en un periódico online, y aunque soy el informático, me ocupo de muchas cosas, y a la dirección les suda la polla que sea un domingo o en cualquier momento. En muchas ocasiones he de silenciar los grupos, porque la verdad, generan bastante estrés. Ayer mismo, sábado por la mañana tuve que solucionar un tema que podría haber esperado al lunes sin problema. Y la semana pasada, en plan pasivo agresivo me estaban dejando caer con insinuaciones que debería trabajar más horas de las que tengo contratadas, cosa que hasta este momento estoy llevando con mucho control, salvo emergencias de tipo se cae un servidor o algo así. Y la verdad es que no voy a consentirlo más allá de eso.
Ariasdelhoyo
Esto es por usar la herramienta que no es para lo que no fue hecha.
Es como los que usan Excel para llevar una base de datos.
Usuario desactivado
Joder, me parece penoso y de una poca seriedad tremenda. Las denuncias que pueden caer por compartir datos personales sin consentimiento no son precisamente una broma.
Usuario desactivado
A mi hace años me llamaron una vez del trabajo después de salir, y como no sabía quien llamaba contesté. Les ayudé a resolver su problema y les avisé de que era la última vez que contestaba. Una vez más me llamaron, pero ya estaban avisados y se quedaron con las ganas.
Al final siempre es culpa de quien contesta. Una de tres: lo pone en tu contrato y estas obligado, no lo pone pero eres muy voluntarioso, o no lo pone y eres gilipollas. Me enerva especialmente que muchos de los que se quejan sean informáticos, porque hay trabajo a patadas y podrían fácilmente cambiar a uno mejor.
pakocj10
Como autónomo, mi teléfono personal se acabó convirtiendo de empresa. Me hice con otra linea personal y el teléfono de empresa al cajón cuando salgo de la oficina. Problema resuelto.
crisct
Luego hay otro tema legal.
¿Donde están los servidores de WhatsApp? ¿Cumplen la rgpd de tu país? ¿Tienes copia de seguridad de tus chats? ¿El dispositivo para wassapear, cumple la política de protección de datos de la empresa, o no tiene ni pin ni es gestionable en caso de robo?
Y es por estos pequeños detalles, queridos amigos, que en muchas organizaciones serias se usan soluciones más pro, como slack o teams.
yavi
Yo si lo utilizo con clientes, es de largo más rápido que el mail, en mi caso porque tengo que pedir fotos y vídeos para dar soluciones, y con WhatsApp en el escritorio es mucho más ágil, además de que cuando no estoy en el escritorio también me llega.
Hay otros en el curro reticentes a usarlo alegando que hay menos trazabilidad, lo cual es muy poco cierto, la gente borra mails importantes porque los ven como ya resueltos, y el día que toca revisar alguna comunicación de na.
También utilizamos Skype, pero con muchos menos clientes, al final de Uds el medio que más penetración tiene sobre todo.
El mío es tanto personal como de curro, si es una consulta sencilla y con ello hago ganar horas en una obra a un cliente, se la respondo sea lunes o domingo, pero nadie me obliga a ello, eso ya no estaria tan bien .
asdfer
Si quieren que use whatsapp en la empresa ya pueden darme un telefono pero mi telefono es mio y de nadie mas y ahi no entra nada corporativo.
JuanAR
El problema no es whatsapp, es no usar un teléfono de trabajo y apagarlo al salir. Yo tengo whatsapp de trabajo y no me molestan, básicamente porque no está en mi móvil.
roronoa
Que bueno que en mi empresa usamos telegram, app que no uso para ningún asunto personal.
karl3s
Lo de Skype Business del principio sobra no?
ianpocks
Tengo un grupo de trabajo con los compañeros de un departamento que trabajo, tengo otro con otros compañeros cercanos a este departamento.... y luego están la comitiva de dirección. Antiguamente contestaba a los mensajes y llamadas 24/7 ( Y cuando no contestaba es porque dormía literalmente) Esto me llevo a estar terriblemente estresado ( Incluso en mis vacaciones me llamaban y mensajeaban!!!) Acabe harto , y si el culpable fui yo... cuando me llamaron dentro de mis vacaciones me dí cuenta lo mal que habia actuado por contestar y buscar soluciones fuera de mi horario laboral.
Desde entonces no contesto llamadas fuera de mi horario ( Da igual de quién sea ... y las veces que me llamen no contestaré...) Si es tan urgente me pueden mandar un mensaje y yo decido si contestar o no , si no lo veo de urgencia no contesto..... Me da igual que vean los famosos dos clicks...
Lo de la mensajeria instantanea tiene sus inconvenientes y está es una muy muy grande.
La parte buena es que muchos bares/ restaurantes hacen delivery con whatsapp no lo veo mal...
carlosavila
Pero...para eso esta el Whatsapp Business, que la gente use el personal para trabajsr su culpa es...en mi caso uso el business con una sim prepago que no me genera ningun costo y en el perfil indico que ese numero no recibe llamadas, le tengo en un cajon sin mas.
y como dicen arriba, jornada terminada y whats silenciado, el otro ya lo uso y me llegan msjs de vida privada y asi no afectan ninguna de las 2 "vidas" o las entremezclan.
levantateypiensa
Volveremos a manifestarnos por las 8 horas laborales...
kj_
Mi solución fue sencilla: No uso Whatsapp, ni smartphone.
Si alguien quiere contactarme, el mejor medio es el correo y todos los demás medios de contacto que doy son aquellos que puedo acceder desde el ordenador, de modo que si no estoy en el ordenador, no respondo nada. Si es urgente de verdad, no les pesará nada gastar algo de crédito para llamarme al celular (uno normal, de los que cargas una vez al mes y solo tiene radio FM como mucho).
Es cierto que he quedado muchas veces fuera de cosas por no tener whastapp, pero tampoco es que me importe y al primero que me lo exija le digo que no moleste, que siempre puede contactarme por otros medios.
Por correo la gente cambia sus maneras porque lo nota más sobrio y hasta escribe mejor: Nada de mandar cadenas, preguntar afirmando (sin signos), pedir trabajos gratis porque eres conocido o enojarse porque lo dejas en visto. Desde luego igual tengo chats, incluso uno abierto que no requiere registro, pero esos solo se usan cuando el caso lo requiere o con clientes frecuentes o conocidos y familiares que entienden que ese chat no es para enviarme un "ola Ke ase" cuando está aburrido y quiere chatear con alguien.