El absurdo dato que deja la crisis energética: por primera vez se envió más gas por barco que por gasoducto

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Enrique Pérez

Editor Senior - Tech

Editor especializado en tecnología de consumo y sociedad de la información. Estudié física, pero desde hace más de diez años me dedico a escribir sobre tecnología, imagen y sonido, economía digital, legislación y protección de datos. Interesado en aquellos proyectos que buscan mejorar la sociedad y democratizar el acceso a la tecnología. LinkedIn

La decisión de Europa de intentar prescindir del gas ruso ha llevado a que el mercado energético esté completamente descolocado. Se han realizado proyectos y compras que en otras situaciones serían impensables. Y eso se ha trasladado en que tenemos un panorama insólito. Y para muestra, un impactante dato que nos deja el último informe del Energy Institute.

En 2022, el GNL superó al gasoducto. Por primera vez en la historia de Europa, las importaciones de gas natural licuado (GNL) superaron a los recibidos por gasoductos. Es decir, Europa recibió más gas por barco que por gasoducto.

Según describe Nick Wayth, director del instituto que ha realizado el informe: "la guerra en Ucrania ha cambiado todas las suposiciones sobre el suministro". Un ejemplo es Alemania, que se unió a las importaciones vía mar por primera vez.

Un claro ganador y un claro perdedor. Mientras las importaciones de gas a través de gasoductos cayeron un 35%, el gas natural licuado creció un 64%. En números absolutos implica que se importó más en forma de GNL que de gas natural, según muestra en una gráfica Bloomberg

De los 232.000 millones de metros cúbicos el año anterior, se pasó a 151.000 millones de metros cúbicos en gasoductos. Un número inferior a los 170.000 metros cúbicos de GNL, que ascienden desde los 108.000. 

Bloomberg Data Imagen: Bloomberg

Optar por la lejanía de Estados Unidos tiene su coste. Rusia pasó de representar el 43% de las importaciones a nivel global, a un 29%. Sigue siendo el mayor proveedor de gas de Europa, con 85.400 metros cúbicos de gas, pero su importancia ha quedado relegada a un segundo plano en favor de Estados Unidos.

No es una situación baladí, pues el coste de enviar el gas desde Estados Unidos es mucho mayor que hacerlo por gasoducto desde Rusia. Ya no solo la distancia, sino el hecho de tener que licuarlo, transportarlo por mar y regasificarlo. Un proceso para el que, por fortuna, España estaba muy bien preparada


Para menos de 3.500 kilómetros no hay color. Según un informe de la consultora Gaille PLLC, el coste de enviar gas por gasoducto es considerablemente más económico que hacerlo por mar, salvo distancias realmente largas.

El punto concreto depende de la tecnología utilizado, el trayecto del gasoducto y muchos factores, pero el informe establece que aproximadamente la barrera está en los 1.100 kilómetros para el gasoducto por mar y en las 2.200 millas (unos 3.500 kilómetros) para el gasoducto onshore (en tierra). A partir de esta distancia, el envío del gas por mar sí empezaría a ser más económico.

Pero 3.500 kilómetros es básicamente el tamaño de toda Europa. Esto es, que recibir el gas desde Moscú es técnicamente más económico que recibirlo por mar.

La guerra sale cara. El mercado energético europeo no se ha movido por intereses puramente económicos. Prescindir del gas ruso ha sido a expensas de importaciones que han hecho incrementar el coste de la energía. Una crisis energética sin parangón desde 1973 que nos dejan unas gráficas tan inusuales como esta sobre las importaciones por mar y tuberías. 

Imagen | Dylan McLeod

En Xataka | Europa tiene un problema con su dependencia del GNL ruso. Su salvador interesado: Estados Unidos

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