Cambio de ciclo histórico en China: por primera vez, las renovables ralentizan la construcción de centrales de carbón

China ha reducido en un 80 % el número de permisos para nuevas plantas en esta primera mitad de 2024

Central térmica de carbón
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Durante décadas China ha sido una gran potencia del carbón, emitiendo y contaminando mucho, pero se ha adelantado y se ha posicionado como líder en las renovables.

¿Cuáles son sus datos? En lo que va de año, China ha reducido el número de permisos para nuevas plantas térmicas de carbón en un 80%. Un dato muy representativo, pues fue el responsable del 54% del consumo mundial en 2023, quemando en torno 4.320 millones de toneladas de carbón al año. No obstante, en el último tiempo se ha consagrado como líder de las renovables y se prevé una capacidad instalada del 40% a finales de año, superando los 1.200 GW (gigavatios).

¿Por qué necesita las centrales térmicas de carbón? Aunque esté comprometida con la transición energética, China mantiene la dependencia del carbón porque es una de las fuentes de energía más abundante que tiene en su propio territorio. Ello le otorga estabilidad y autonomía energética. Además, gran parte de su economía industrial depende en gran medida del carbón para la electricidad y el carbón.

¿Es el fin del carbón? En el año 2022 hubo un aumento de los permisos para construir nuevas plantas a pesar del crecimiento de las renovables. La cuestión de este asunto como se pregunta Gao Yuhe, directora del proyecto del Greenpeace en Asia Oriental, sobre si las provincias chinas no aprueban más proyectos porque han llenado el cupo o, por el contrario, la transición energética es cada vez un hecho más tangible, que ni las presiones del carbón podrán detener.

Estos indicadores de preocupación se depositan sobre el aumento de nuevas centrales térmicas de carbón y el lento ritmo de cierre de las instalaciones antiguas. Sin embargo, el foco de atención se pone en la aprobación de nuevas plantas con una capacidad superior de 660 megavatios (MW), es decir, el 71.4% de las aprobadas este año fueron a industrias grandes. Según datos de Global Energy Monitor (GEM), el 70.73% de los programas de 2023 superaron el gigavatio (GW).

¿Europa sigue teniendo plantas de carbón? Los países europeos se han puesto en marcha con la eliminación gradual del carbón como fuente de energía. Este proyecto que arrancó en 2016, diez países ya han logrado el objetivo y 23 anunciaron su compromiso. El fin de este propósito es cumplir con el Acuerdo Climático de París de la ONU. A su vez, en la Unión Europea remarca el objetivo de reducir las emisiones a la mitad para 2030.

¿Qué pasa con España? Recientemente se ha cerrado una planta térmica de carbón en Galicia, As Pontes. Esta industria era una de las más grandes del país con una capacidad de 1.4 gigavatios (GW). Con este cierre, España reduce así la capacidad de carbón activa y espera que para el año que viene no quede ninguna operativa, cumpliendo con lo acordado en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima.

Entonces, ¿por qué China invierte tanto en renovables? Las infraestructuras renovables siguen desarrollándose y optimizándose, por lo que la energía proveniente de las plantas de carbón aún es necesaria. Otro punto a destacar es que la administración de la industria del combustible fósil es estatal, en cambio en las renovables la gestión, en su mayoría, es de carácter privado.

China sigue trabajando en la transición energética. Desde sus instituciones se compromete a reducir en un 20%las emisiones de nuevas construcciones, y espera rebajar a la mitad en 2027. Además, se espera un gran desembolso estatal en infraestructura y tecnologías ecológicas para cumplir los objetivos climáticos.

El gobierno chino. Los últimos informes publicados apuntan hacia las energías renovables como la construcción de un nuevo sistema eléctrico. Conjuntamente, publicaron un plan trienal donde exponen que modernizaran las plantas existentes y suministraran a las nuevas tecnologías de bajo consumo.

China sigue con su pacto de alcanzar los objetivos establecidos en su agenda. Por un lado, reducir las emisiones para el año 2030 y, por otro lado, lograr la neutralidad de carbón en 2060. Manteniendo su compromiso con la transición energética integral del desarrollo económico y social.

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