La energía solar fotovoltaica es una de las fuentes de energía renovable más prometedoras para reducir nuestra dependencia de los combustibles fósiles. En el camino hacia la sostenibilidad, hemos desarrollado numerosos proyectos que buscan aprovechar la radiación electromagnética inagotable de nuestro sol para generar electricidad. Desde la granja solar más grande del mundo hasta instalar paneles en nuestros propios hogares.
Sin embargo, nuestros recursos tecnológicos para sacar el máximo provecho de la energía solar fotovoltaica están lejos de ser ideales. Los paneles que instalamos en diferentes partes del planeta —incluso lejos de la tierra firme— tienen un gran inconveniente: se ven afectados por la atenuación de la radiación solar de la atmósfera y por las fases nocturnas. En otras palabras, no es una fuente de energía constante, como sí lo es la energía marina.
La idea de montar una granja solar en el espacio
Entonces, ¿por qué no recolectar energía solar en el espacio y enviarla a la Tierra? Esta idea, que parece sacada de la ciencia ficción, tiene varias décadas dando vueltas. Estados Unidos fue un pionero en explorar este tipo de alternativas en la década de los setenta, destinando un presupuesto inicial de 80 millones de dólares para estudiar su viabilidad e impulsando a la NASA con diferentes proyectos.
China, por su parte, empezó a trabajar en la tecnología de energía solar espacial (SSP, por sus siglas en inglés) en 2012. Tiempo más tarde, en 2015, la Academia China de Tecnología Espacial (CAST) presentó una hoja de ruta para desarrollar el proyecto. Esta establecía que en 2035 lanzaría en una estación SSP de 200 toneladas con una capacidad de generación de varios megavatios.
Las primeras pruebas de generación y transmisión de energía desde la órbita deberían haber comenzado en 2030, pero según recoge South China Morning Post, un artículo publicado en la revista Chinese Space Science and Technology exhibe los planes actualizados del gigante asiático, que tiene intenciones de empezar las pruebas dos años antes de lo previsto originalmente.
Pero no solo se trata de una simple declaración de intenciones, China parece ir en serio con esta idea, a pesar de todos los desafíos que tiene por delante. De acuerdo a Eurasia Times, el país ya está construyendo una estación receptora en la ciudad Chongqing para ayudar en la investigación de su ambicioso proyecto, incluso ya ha hecho pruebas de transmisión de energía desde globos aerostáticos.
Los planes actualizados contemplan que este año se lanzará el primer satélite para probar la SSP. Tendrá la capacidad de otorgar la energía suficiente para satisfacer las necesidades energéticas de pocos hogares. Eso sí, los investigadores todavía no están seguros de qué método de transmisión utilizar, si microondas o laser, ya que cada una tiene sus pros y contras.
En el caso de las microondas, los investigadores creen que esta alternativa podría maximizar la eficiencia del sistema, evitando que se pierda energía en la atmósfera. No obstante, no tienen claro si estas podrían afectar negativamente la salud de las personas. Debido a ello, se establecería una zona de exclusión de varias hectáreas alrededor de la estación receptora.
Además, esta alternativa requeriría de una antena de varios metros (quizá kilómetros) de diámetro en órbita y una antena receptora de unos 10 kilómetros en tierra. Se cree que la gravedad o los vientos solares podrían provocar movimientos que interrumpan transmisión de energía.
Si todo va bien, después del primer lanzamiento se lanzarían otros satélites para completar una enorme estación solar en órbita. China espera que en 2035 el sistema sea capaz de producir 10 MW. Para 2050 la capacidad debería aumentar hasta los 2 GW.
El plan, aunque extendido en el tiempo, parece muy ambicioso, pero no está exento de grandes desafíos que debe superar. "Una infraestructura tan grande en el espacio podría incomodar a muchos países, especialmente aquellos sin la tecnología o la capacidad para construir uno", señala Dong Shiwei, del Laboratorio Nacional de Ciencia y Tecnología de la Academia de Tecnología de China.
Cabe señalar que China no es el único país interesado en explorar las posibilidades de la SSP. Reino Unido planea tener en funcionamiento su primera planta de energía solar espacial de 30 GW en 2040 para "proporcionar el 30 por ciento de la demanda de electricidad" del país. Con el tiempo sabremos si estas propuestas logran triunfar.
Imágenes | Wikimedia Commons | Flickr
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