Con fuerte apoyo del gobierno, Japón apuesta por las células solares de perovskita para recuperar su liderazgo tecnológico
La película solar de perovskita está superando sus desafíos técnicos para convertirse en una alternativa sostenible y versátil al silicio
China lleva años controlando el mercado de los paneles solares gracias a su dominio de la cadena de suministro de silicio. Sin embargo, una tecnología proveniente de Japón promete sacudir el status quo. Es probable que hayas oído hablar de las perovskitas, pero ¿qué son exactamente y cómo pueden ayudar a reducir la dependencia de China en el sector fotovoltaico?
China fabrica casi todos los paneles solares. El país acapara más del 80% de la cadena de suministro y una porción aún mayor de la producción de polisilicio, un material esencial para la fabricación de células fotovoltaicas.
Tras invertir más de 130.000 millones de dólares en su industria, China vende paneles solares un 50% más baratos que Europa y Estados Unidos. Ante esto, países como Japón han intensificado la búsqueda de alternativas, encontrando una prometedora solución en las células de perovskita, que no necesitan silicio.
Qué son las perosvkistas. Inventadas por el científico japonés Tsutomu Miyasaka, estas revolucionarias células fotovoltaicas tienen una estructura cristalina similar a la del mineral natural del mismo nombre. Las perovskitas han sido objeto de estudio durante la última década por su potencial para convertir la luz solar en electricidad de manera más eficiente y a menor coste.
Los paneles solares de perovskita son también más delgados, flexibles y ligeros que los de silicio, lo que abre un abanico de nuevas posibilidades para su instalación. Pueden ir en balcones de apartamentos, marquesinas, vehículos y otros lugares donde el peso y la flexibilidad sean especialmente críticos.
Superando desafíos técnicos. Las células de perovskita han logrado avances significativos desde su invención y ya superan la eficiencia de las células de silicio. Sin embargo, las que mejor funcionan son las que se producen a partir de plomo, un metal tóxico, lo que ha obligado a investigar metales alternativos.
Tan finas y flexibles como una película fotográfica, las células de perovskita también tienen problemas degradación, pero los científicos están consiguiendo que soporten cada vez mejor la exposición a la humedad, el calor y la luz solar.
Con fuerte apoyo del gobierno. Japón perdió su liderazgo en la producción de silicio ante China y está tomando medidas para no repetir los mismos errores en el negocio de la perovskita. El gobierno japonés ha invertido más de 400 millones de dólares en la producción en masa de células basadas en esta tecnología.
Empresas como Sekisui Chemical y EneCoat Technologies están a la vanguardia de estos esfuerzos. Además, Japón tiene la ventaja de ser el segundo productor mundial de yodo, un elemento clave en la fabricación de células de perovskita.
La importancia geopolítica de la perovskita. En un mundo donde la energía renovable es un balón de fútbol geopolítico, la tecnología de células de perovskita representa una oportunidad para reducir la dependencia global de China en componentes clave para la producción de energía solar.
Japón importa cerca del 90% de su energía y ha apostado por las perovskitas para avanzar hacia su independencia energética. Pero en tanto que desafía el monopolio de China, este avance tiene el potencial de alterar el mercado energético global.
Imagen | Sekisui Chemical Co.
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