China estaba a la cabeza de la contaminación, pero sus políticas de los últimos años no sólo han ayudado a reducir sus emisiones, sino la esperanza de vida de la población
China está a la cabeza de los países que más contaminan. Estados Unidos, India o Rusia completan los primeros puestosy, durante mucho tiempo, China defendió su "derecho" a contaminar afirmando que los países en desarrollo debían poder contaminar para poder crecer y, una vez lo consiguieran, invertir recursos en reducir ese desastre. Los niveles de contaminación llegaron a puntos tan altos que el país puso en marcha un ambicioso plan para reducir sus emisiones.
Con una inversión salvaje en renovables, China ha conseguido llegar a sus objetivos de renovables mucho antes de lo previsto y, aparte de un paisaje más limpio, es algo que permite que un ciudadano chino viva dos años más en 2024 que los que viviría hace una década.
Luchando contra la niebla. Pekín fue la sede de los Juegos Olímpicos de 2008. Eso implicó que los ojos de todo el mundo estuvieran puestos en China, un país que se había mantenido en un perfil informativo bajo hasta entonces. Cuando se trata de contaminación, miramos con lupa cada detalle (que se lo digan a París con el Sena), pero el caso de China era exagerado. Por eso, en 2009 empezaron a aplicar nuevas medidas contra la contaminación, algo que reforzaron en 2013.
Ese año, el 'smog' alcanzó su máximo histórico. Ese 'smog' es la niebla ambiental que no es niebla como tal, sino polución. Esto causa graves problemas respiratorios, agrava enfermedades pulmonares, produce irritación de ojos, nariz y garganta, afecta al medio ambiente y puede provocar la muerte si la persona tiene afecciones respiratorias y cardíacas previas.
Adelantándose a los objetivos. China se ha convertido en una potencia en renovables. En 2020, Xi Jinping —presidente del país— comunicó que el país tenía la meta de contar con 1.200 GW de fuentes de energía limpia para 2030. Igual que con su armamento nuclear, se han adelantado a las previsiones y fue en julio de este 2024 cuando China lograba superar la marca con 1.206 gigavatios procedentes de turbinas y paneles solares.
Y, aunque el país ha seguido abriendo centrales de carbón, este año la proyección es que la participación del combustible fósil en la red eléctrica caiga por debajo del 37% a la vez que aspira a que el 40% provenga de la eólica y solar. La estimación es que la capacidad total de las renovables sea de 1.350 GW para finales de este año gracias a 300 GW de capacidad instalada durante 2024. El doble que lo que instala el resto del mundo.
Queda —mucho— trabajo por hacer. El país también está invirtiendo en energía nuclear y energía hidroeléctrica, pero pese a todos sus esfuerzos y la apertura de plantas tan imponentes como la de Xinjiang, queda trabajo por delante. El país debe reducir su capacidad siderúrgica, los automóviles de combustión y las centrales de carbón cercanas a las principales áreas urbanas para desestresar el aire.
El problema es que, como leemos en Bloomberg, los niveles de contaminación en el aire siguen siendo 5,6 veces superiores a los recomendados por la OMS, teniendo por delante como principal amenaza únicamente el consumo del tabaco. El país ya está en ello, con nuevas medidas introducidas a finales de 2023 para reducir en un 10% los niveles de 'smog' en las principales ciudades a finales de este año. Además, tienen como tarea pendiente optimizar mucho más su red de energía limpia, ya que producen mucho, pero también tiran muchísima a la basura.
Contaminación desigual. Y, aunque un ciudadano chino pueda vivir ahora más años que en 2013 gracias a esa reducción de la contaminación, ésta es muy desigual. Las zonas rurales no están afectadas por este exceso de contaminación, siendo las principales ciudades las que más sufren este problema. Es la pescadilla que se muerde la cola: son las más pobladas, las que más coches de combustión tienen, las que más energía necesitan y las que tenían las plantas de carbón cerca. Eso contribuyó a que un ciudadano de una ciudad tuviera una media de 2,7 años menor en comparación con los ciudadanos en zonas más limpias.
Lo difícil ya está hecho, ahora toca seguir optimizando el uso de su red de energía limpia por encima de la del carbón en las plantas térmicas. Para hacernos una mejor idea, el problema tan bestia con la contaminación era que, aunque se instalaran paneles, el 'smog' hacía de pantalla, provocando que esos paneles rindieran hasta un 15% menos de lo que podrían.
Por otro lado, también han cerrado miles de fábricas estos años, pero con el auge del coche eléctrico y las baterías, veremos cómo esos ambiciosos planes afectan a la producción.
Imagen | Tomskyhaha
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