«No sabemos quién atacó primero, si nosotros o ellas. Pero sí sabemos que nosotros arrasamos el cielo. En aquella época dependía de la energía solar y se creía que no podrían sobrevivir sin una fuente de energía tan abundante como el sol. A lo largo de las máquinas hemos dependido de las máquinas para sobrevivir. El destino, al parecer, no está carente de cierta ironía.
El cuerpo humano genera más bioelectricidad que una pila de 120 voltios y más de 25000 julios de calor corporal. Combinado con una forma de fusión, las máquinas habían encontrado toda la energía que podían necesitar. Existen campos, Neo, donde los seres humanos ya no nacemos; se nos cultiva».
Cada vez que leo algo sobre usar el cuerpo como batería, me viene a la mente esta escena de Matrix en la que Morfeo explica cómo las máquinas (que tan listas no tenían si además de fusión necesitaban cultivarnos) habían esclavizado a los humanos. La de hoy, por suerte, es una noticia mucho menos apocalíptica: un paso más para encontrar soluciones innovadoras con la que alimentar las generaciones de wearables de futuro.
Una planta de energía de tamaño microscópico
Se llaman Nanogeneradores Triboeléctricos (TENG, por sus siglas en inglés) y no, no son algo nuevo. Se tratan de dispositivos de recolección de energía que utilizan el contacto entre dos o más materiales (híbridos, orgánicos o inorgánicos) para producir una corriente eléctrica; es decir, utilizando el efecto triboléctrico.
Hace unos años se utilizaron, por ejemplo, para conseguir que los paneles solares generaran energía mientras llovía. Pero ahora, un grupo de científicos del Instituto de Tecnología Avanzada de Surrey (ATI) han publicado una guía paso a paso sobre cómo construir mecanismos más eficientes de este tipo.
Como podemos leer en la revista Advanced Energy Materials, el trabajo del Instituto De Tecnología Avanzada varias herramientas que pueden ayudar a mejorar el diseño para la producción de potencia de las TENG. Sobre todo, una ampliación del teorema de Norton que como el original permite simplificar los circuitos y estudiarlos en profundidad.
"Un mundo donde la energía es gratuita y renovable"
"Los TENG son ideales para alimentar dispositivos portátiles, dispositivos de Internet de cosas y otras aplicaciones electrónicas", explicaba el profesor Ravi Silva, director. Sobre el papel, lo son: sin embargo, se trata de horizonte está aún lejano.
Este trabajo es interesante no por su aplicabilidad directa. Es interesante porque abre todo un abanico de posibilidades nuevas con las que estudiar los nanogeneradores triboeléctricos. No serás la batería de tu próximo wearable, pero (sin lugar a dudas) cada vez queda menos.
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