Una estantería que almacenaba baterías y pilas de litio ha causado, según indican fuentes policiales, el último incendio en una planta de reciclaje, en Granollers (Barcelona). No es la primera vez, pues estas baterías y pilas están detrás del origen de muchos incendios en plantas de reciclaje.
Desde 2006, solo en los Estados Unidos se han detectado 268 incidentes relacionados con las baterías de litio, llegando a provocar grandes incendios. Y se calcula que podrían ser muchos más. En España la situación es similar, siendo las empresas de reciclaje de pilas conocedoras del peligro que conllevan.
Desarrollar un nuevo tipo de batería es extremadamente difícil. En 2019, el Premio Nobel de Química iba a parar precisamente a los creadores en los años 70 de las baterías de litio. Pero debido a la inestabilidad del litio y la acumulación de energía, estas pilas pueden incendiarse si reciben altas temperaturas, por encima de los 60 grados centígrados.
El riesgo es mínimo teniendo en cuenta la gran cantidad de baterías que hay en el mercado, pero los fabricantes son conscientes de los riesgos. Son conocidos los sonados casos como el del Samsung Galaxy Note 7 y la investigación en baterías que no se incendian ni explotan.
Reciclar las baterías sale rentable, pero no por el litio
El mercado de las baterías de litio espera crecer hasta un valor de 76.000 millones de dólares en 2026, teniendo un valor aproximado de 40.000 millones de dólares, según Allied Market Research. Estas cifras evidencian la enorme presencia de las baterías de litio, presentes en los ordenadores y móviles pero también en pequeños aparatos electrónicos. Y para gestionar esta gran cantidad de litio está el reciclaje.
Lamentablemente, hay pocas razones económicas para reciclar el litio de las baterías de iones de litio, pues es un material relativamente barato y abundante. En valor, el litio representa menos del 3% de los costes de producción. Pero el reciclado de las baterías de litio es un negocio rentable, en el que se desecha el litio de las mismas. Puede parecer extraño, pero lo que interesa es el resto. Cuando mandamos las baterías de litio a reciclar, los metales que se extraen son aquellos más valiosos, como el níquel o el cobalto.
El número de incendios crece pese a las herramientas para almacenar las baterías
Incluso al ser llevados a centros de reciclaje, estas baterías representan un problema. Según explica The Washington Post, un estudio de California revela que el 40% de los incendios en centros de reciclaje son causados por el litio. Según datos de EE.UU y Canadá, el número de incendios en plantas de reciclaje aumentó un 26% en tres años. Waste 360 informaba en abril de 2020 que ocurrieron 24 incendios durante los últimos 21 días, relacionados con empresas de reciclaje. Más de un incendio al día.
A causa del uso más intenso de baterías de iones de litio, aumenta el riesgo de su almacenamiento principalmente en áreas sin medidas de protección adecuadas como cámaras de detección de calor o compartimentos separados. Para su almacenamiento también existen desde armarios de seguridad para carga y almacenamiento, capaces de soportar un incendio exterior durante más de 90 minutos.
Para extinguir el fuego existen extintores especiales para baterías de litio, conocidos como extintores de AVD (Solución Acuosa de Vermiculita). Si el incendio se inicia en un sitio cerrado, también se recomienda extinguirlo con rociadores. Otra opción es enfriar la batería para evitar fugas térmicas, pues al final es el calor el principal peligro asociado a las baterías de litio.
Las baterías de ion-litio combinan materiales de alta energía con electrolitos altamente inflamables. Por ello, la detección temprana es clave para frenar incendios más graves.
El litio seguirá con nosotros los próximos años
Según datos ofrecidos por Siemens, la actual generación de baterías seguirá siendo ampliamente utilizada hasta 2025.
En octubre de 2019 se publicaba una investigación en la revista Nature Nanotechnology donde científicos del PNNL demostraron la presencia de carbonato de etileno en el electrolito provocaba el crecimiento de defectos como dendritas y bigotes. Pequeños estructuras rígidas que podían llegar a perforar la estructura interna de las baterías de litio y aumentar las reacciones entre el electrolito y el litio, acelerando la falla de la batería. Por el lado contrario, la adición de ciclohexanona impedía el crecimiento de estas dendritas.
Todo almacenamiento de energía conlleva sus propios riesgos. Se demostró en el siglo XIX con las máquinas de vapor, en el siglo XX con los coches de gasolina que se incendiaban y ahora con baterías de litio en mal estado que explotan y provocan incendios en fábricas de reciclaje. Los expertos recomiendan a las empresas cumplir con las medidas de seguridad, solo así podremos evitar que sigan apareciendo más noticias de incendios provocados por esta pieza tan extendida.
En España existen proyectos como el RELIBAT, impulsado por el Departamento de Desarrollo Económico e Infraestructuras del Gobierno Vasco o el proyecto RELIBANE, financiado por ICEX que persiguen el reciclado integral de baterías de litio. Para impulsar el reciclaje de estas baterías de litio, muy presentes en el coche eléctrico, desde la Unión Europea se promueven iniciativas como 'Batteries 2020', para que los fabricantes de automoción aprovechen las baterías de litio como acumuladores.
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