Todos las dábamos por muertas y enterradas. Desde 2012, las bombillas incandescentes tradicionales están prohibidas en Europa y el año pasado se prohibieron en México. Y con razón, solo entre el 10% y el 15% de la energía que consume una bombilla se convierte en luz visible. El resto se transforma en calor vía luz infrarroja.
Si hace una semana nos sorprendíamos de que la mayoría de estudiantes del MIT tuvieran dificultades para encender una bombilla con un cable y una batería; ha sido precisamente un grupo de investigación de la misma universidad el que ha resucitado a la bombilla tradicional creando un prototipo que iguala a los LEDs en cuanto a eficiencia energética se refiere. Vamos, toda una revolución en una de las tecnologías más ineficientes de la historia de la humanidad. ¿Bienvenida de nuevo, bombilla incandescente?
Reciclando la luz para hacer más luz
El mecanismo de una bombilla incandescente es el mismo desde hace 150 años: un filamento de algún material resistente a altas temperaturas (wolframio o tungsteno, básicamente), un gas inerte y una envoltura de vidrio que lo recubre todo. La idea de los investigadores ha sido mejorar el diseño para aumentar la conversión de energía en luz visible. En primer lugar, aumentaron la superficie emisora aplastando el filamento para dejarlo lo más plano posible. En segundo lugar, han creado una funda para el filamento compuesta de óxidos que dejan pasar la luz visible pero no los espectro no visibles.
La corriente eléctrica pasa por el tungsteno hasta que entra en incandescencia, de toda la radiación emitida, los materiales que rodean al filamento devuelven la infrarroja de nuevo hacia el tungsteno, recalentándolo. De esta forma, se puede 'reciclar' esa energía produciendo hasta tres veces más de luz visible usando la misma cantidad de energía. "El avance fundamental ha sido diseñar una estructura fotónica que transmite la luz visible y refleja la luz", explica Ognjen Ilic, el investigador principal.
No obstante, aún estamos en una fase inicial en cuanto al potencial real de esta nueva tecnología. Muy prometedora pero inicial. El equipo está trabajando en diseñar estructuras nanoscópicas que permitan mejorar mucho más aún la eficiencia de las bombillas. Sea como sea, parece que como en la canción, la incandescencia no estaba muerta, andaba de parranda.
Imagenes | MIT, Francisco Gonzalez
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