El Mercado Eléctrico de Australia funciona de forma similar al español: existe un mercado mayorista común a donde llega toda la energía producida independientemente de su fuente (renovable, nuclear... a fin de cuentas, no deja de ser energía). Las compañías comercializadoras, que se encargan de llevar la electricidad hasta los hogares de los consumidores, acuden a él para participar en las subastas diarias y adquirir dicha energía.
El precio que pagan estas empresas depende, lógicamente, de la oferta de energía disponible y la demanda que procede de los consumidores. Por eso, suele ser habitual que por la noche, mientras la gente duerme, el precio caiga. Por el día abren las oficinas y las personas ya están despiertas utilizando electrodomésticos en sus hogares, así que la demanda sube (y el precio, por tanto, también). Sin embargo, el pasado 1 de julio, en la región australiana de Queensland se vivió por primera vez una situación poco habitual por el día: el precio se desplomó por debajo de cero.
Así funciona el pool eléctrico
Antes de entrar en materia, es preciso describir brevemente cómo funciona el 'pool' eléctrico, tanto en España y en Australia como en otros países. Los distintos de generadores de energía acuden a un mercado mayorista para subastar su energía producida. La nuclear y la hidráulica son las primeras en entrar a esta subasta, ya que ofertan la energía a precio cero (por su baja capacidad de parada y porque ya están amortizadas). Después entran las renovables, que también conllevan coste cero (a fin de cuentas, esa energía que ofrecen no se almacena y si no se perdería).
Finalmente, entran el resto de centrales, como las de gas o carbón. Son éstas últimas las que fijan el precio. En Energía Oscura lo explican con el siguiente ejemplo:
Es decir, aunque se diga que tanto nucleares como hidráulicas y renovables entran al 'pool' a coste cero, esto no significa que cedan gratis su energía, sino que aceptan el precio que determine la subasta (marcado por la última oferta aceptada). La siguiente imagen de Oeko-Institut e.V. explica lo que ocurre en Alemania (similar a España) de forma gráfica: en el eje horizontal se refleja la demanda que hay que cubrir y ,el vertical, el precio. Conforme nos vamos desplazando hacia la derecha, el precio sube ya que vamos cambiando de fuente de energía.
Según hemos visto, puede darse el caso que la demanda sea satisfecha con energía nuclear, energía hidráulica y energías renovables, todas ellas de coste cero. En estos casos se "expulsa" de la casación a las centrales tradicionales de carbón cuya energía sí se vende por un coste.
¿Energía a coste cero o incluso negativo?
Puede darse la situación en la que, según el gráfico de arriba, toda la demanda se cubra con energía renovables (en verde). En ese caso, y en Alemania, tendríamos coste cero. En España y otros países, como Australia, la energía nuclear y la hidráulica también tienen coste cero, por lo que puede ser más habitual. Al final se coge toda la demanda y se comienza a "rellenar" con lo que ofrecen las distintas fuentes, escogiendo primero aquellas cuyo coste es más barato (como decíamos, la nuclear, hidráulica y las renovables normalmente). Si no hace falta recurrir a centrales de otro tipo, llegaríamos al coste cero.
¿Cómo puede existir un precio negativo? Este hecho en sí no es algo extraordinario: ocurre cuando, en algunos países (no todos lo aceptan), la demanda es baja y a las compañías que inyectan electricidad a la red eléctrica les sale más rentable pagar a alguien para que se lleve su propia energía que cerrar las plantas y dejar de producir. Esto suele pasar en días señalados (por ejemplo, en Navidad en algunos países) o, principalmente, por las noches. Cuando la gente duerme es normal que la demanda sea mínima. A las centrales que funcionan con carbón, una de las principales fuentes de energía, les sale más rentable derivar la energía a otra región o país o, cuando no queda otro remedio, pagar a otros para que se la lleven.
Entonces, si esto es normal, ¿por qué estamos hablando de ello aquí? Si os fijáis, hemos comentado que es normal que ocurra por las noches, pero lo que ya no es habitual es que el precio caiga por debajo de cero en pleno día. Bajo estas líneas os dejamos una gráfica que publican en Renew Economy y en la que se puede apreciar, en verde, la demanda de energía entre el 1 y el 2 de julio en Queensland. En rojo aparece el precio. Entre las 2.00 y 4.00 de la madrugada alcanzó el cero, algo habitual, pero lo inusual es que entre las 14.00 y las 15.00 de la tarde no sólo haya bajado hasta cero de nuevo sino que llegó a alcanzar los -100 dólares por MWh.
La energía solar, una de las causas
Para entender lo que ha ocurrido en Queensland es necesario echar un vistazo a cuál es la configuración energética de la región. Se calcula que, en la parte sur, más de 4.000 nuevos hogares al mes solicitan instalar placas solares en sus tejados. No estamos hablando de grandes terrenos cubiertos por estas placas, sino de cada vez más particulares que quieren aprovechar energías renovables. La red Energex, que opera en el sur de esa misma región, cuenta ya con más de 261.500 miembros (tanto hogares como negocios).
Es decir, cada vez hay más instalaciones solares inyectando su energía sobrante a la red eléctrica para que después sea subastada junto al resto. La consecuencia de todo esto se refleja en la siguiente gráfica, donde vemos cómo a las 11.45 de la mañana, la energía procedente de instalaciones solares alcanzó el 60% de su capacidad. Lógicamente, cuando más da el sol, de más energía solar se dispone.
Nos trasladamos a España para ver otro ejemplo obtenido de la aplicación que permite ver, a tiempo real, la demanda en la Red Eléctrica Española.
Volviendo a Australia, el incremento en la oferta de energía producido por las renovables (que en la gráfica 2 se representaba en azul) coincide con una bajada temporal en la demanda (línea verde de la gráfica 1). ¿Por qué este descenso en la demanda? Porque ha coincidido en un día en el que no es necesario ni calefacción ni aire acondicionado, justo después del pico de demanda que existe por las mañanas cuando la gente se despierta. Esto, junto al máximo de la oferta solar, ha hecho que se desplome el precio por no existir una suficiente demanda.
Una situación que lleva tiempo gestándose
En 2010, el 'pool' eléctrico en España registró 200 horas a precio cero, todo un récord por aquella época. Cinco Días se hacía eco de este hecho y explicaban la situación así:
¿Significa esto que cuando un generador no vende energía no cobra nada? No. En España, percibirían el precio medio diario de las 24 horas. ¿Y el consumidor? ¿Por qué no nos sale más barata entonces la energía? La Asociación Empresarial Eólica (AEE) lo explicaba así a comienzos de año:
"La energía solar ha ganado al carbón"
A consecuencia de lo que ha ocurrido en Australia, aparecía ayer un artículo en The Guardian titulado "La energía solar ha ganado. Incluso aunque la energía procedente del carbón fuese gratis de producir, las centrales no podrían competir".
Si bien la energía procedente del carbón no es cara, lo que realmente la encarece son los costes de distribución. Siguiendo el ejemplo del diario británico, suponiendo que quemar carbón fuera un proceso gratuito (tanto las materias como el mantenimiento, etc.) a pesar de todo esta energía costaría unos 19 céntimos por kWh en concepto de distribución. Si hablamos de energía solar, este coste oscila entre 12 y 18 céntimos por kWh. Es decir: aunque el carbón fuera gratis, sería más rentable comprar energía solar. La conclusión del artículo es demoledora: "incluso en una democracia de energía, el carbón gratis no tiene valor".
Imagen de cabecera | Thomas Kohler
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