El Gobierno ha declarado la emergencia climática este mismo martes, cumpliendo con unas intenciones propuestas ya durante el pasado septiembre. Con ello, España se suma a las más de 800 administraciones en emergencia climática.
Pero, más allá de lo llamativo del término, ¿qué consecuencias reales tiene dicha declaración? ¿Cómo afectará, desde un punto de vista práctico, a los ciudadanos? Por el momento, la declaración de emergencia climática no deja de ser un acto simbólico que, aunque está relacionado con una serie de infraestructuras y medidas, todavía tiene mucho por definir.
España en emergencia climática
El Ejecutivo ha dado luz verde a la declaración de estado de emergencia climática, según explicaban para prensa este martes. No es una medida que nos pille de sorpresa, pues ya en septiembre se debatió la propuesta no de ley sobre esto, que fue aprobada por casi todos los partidos. Siguiendo las propuestas del partido, el Gobierno ha ejecutado la medida, adhiriendo a España a las más de 800 administraciones que ya lo han hecho.
Con esta acción se pretenden declarar los pasos a seguir para llevar al país hacia una descarbonización. Los objetivos propuestos por el pacto de Gobierno del PSOE y Unidas Podemos, proponen que en 2040 entre el 85% y el 95% de la energía que se consuma sea renovable y en 2050 el 100%, para reducir las emisiones de CO2.
Entre las medidas para adoptar en los siguientes 100 días, el Gobierno propone:
- Adoptar compromisos específicos alineados con la necesidad de trabajar en beneficio del clima
- Remitir la Ley de Cambio Climático y promover su aprobación
- Definir la senda de descarbonización a seguir a corto y medio plazo
- Reforzar la participación, creando una asamblea ciudadana al ejemplo de Francia
- Integrar la transición energética en la economía productiva del país
Además de estos cinco puntos, el Ejecutivo asegura contar con 25 líneas de acción más, aunque no se han hecho más proposiciones concretas ni tampoco se han declarado medidas legislativas o ejecutivas específicas para alcanzar estas propuestas de objetivos. Al fin y al cabo, la figura de "emergencia climática" no deja de ser un simbolismo, una declaración de buenas intenciones, pero no una guía práctica de actuaciones.
Esto quiere decir que, dependiendo de la entidad que lo declare, las medidas adoptadas pueden ser completamente distintas. Esto, precisamente, ha dado mucho que hablar, pues proponer medidas poco realistas no deja de ser un brindis al sol. En España, Barcelona y Madrid ya declararon municipalmente el estado de emergencia climática, adoptando medidas locales.
¿Qué significa estado de emergencia climática?
El llamado estado de emergencia climática no es otra cosa que una medida adoptada por diversas entidades, ciudades, Gobiernos, universidades... como respuesta al cambio climático. La medida surge de la propuesta activista como una forma de declarar el reconocimiento de la situación medioambiental así como la buena predisposición para adoptar soluciones.
La declaración de emergencia climática se centra muchas veces en lograr reducir las emisiones de carbono a cero en un plazo determinado y ejercer presión política a los Gobiernos para que tomen conciencia sobre la situación de crisis ambiental existente. Esto, precisamente, es lo que vemos en cuanto al Gobierno español, objetivos, que no medidas concretas.
Pero no son los únicos objetivos que se pueden adoptar. Algunos países han adoptado acciones como la prohibición de venta de coches diésel o gasolina a partir de 2030 o la prohibición de calderas de petróleo y gas, la prohibición de objetos de plástico de un solo uso, el impulso de las energías renovables, la expansión de las redes de recarga de vehículos eléctricos, o la reforestación.
Como vemos, estas depende casi exclusivamente de la decisión de cada entidad, por lo que se ha criticado la falta de líneas generales o guías más drásticas. Por poner un ejemplo, el Parlamento Europeo, que también declaró la emergencia climática en noviembre, solo ha indicado que se reducirán las emisiones en un 55% para 2050, o que se reducirán las producidas por los medios de transporte, pero no han incidido de forma más concreta sobre las medidas específicas.
¿Qué podemos esperar, entonces? De manera general, con esta acción, cabe aguardar un apoyo sistemático a medidas relacionadas con la reducción de emisiones y contaminación. ¿Cuáles? No lo sabemos, y ahí está el quid de la cuestión. Todavía deberemos esperar un poco para ver en qué cristalizan las decisiones del Ejecutivo.
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