El mismo día en que España bate el récord histórico de bajas temperaturas, la electricidad también lo hace alcanzando su precio medio diario más alto de la historia: 94,99 €/MWh, según los datos del operador del mercado eléctrico ibérico.
El anterior récord se había producido el 8 de diciembre de 2013 cuando alcanzó los 93,11 €/MWh. Sin embargo, en los últimos meses estos precios parecían cosa del pasado. Basta recordar que el precio medio de la electricidad en 2020 fue de 33,96 €/MWh, un 28% más bajo que en 2019, y que hace menos de un mes, el 25 de diciembre, el precio medio diario fue de 16,04 €/MWh. ¿Qué está ocurriendo para que hayamos pasado de tener la energía más barata de Europa a rozar los 100 €/MWh en tan poco tiempo?
El sistema eléctrico que somos incapaces de reformar
Las cifras hablan por sí solas: A mediodía de Navidad de 2020 se registró un precio de 1,95 €/MWh; hoy, 8 de enero, el Mwh valdrá 114,89 euros a las 20:00 horas. Como señala Ramón Roca, "no se trata del precio horario más alto de la historia, pero sí de la última década". Han pasado 14 días.
Dos semanas en las que la falta de viento y la subida del precio del gas han mostrado, una vez más, uno de los grandes problemas del mercado ibérico de electricidad: es un gigante con pies de barro. En esta ocasión, el principal motivo de la subida es nuestra dependencia estructural del mercado gasístico como energía de respaldo. El Mercado Ibérico del Gas está en 39€/MWh como producto de las tensiones en los mercados de gas natural licuado por culpa de la ola de frío que afecta a todo el Hemisferio Norte (y muy concretamente a Asia).
España lleva tiempo desconectando el carbón de su red eléctrica y, en ausencia de otra energía de respaldo, nos expone mucho a los cambios del mercado del gas. Sin embargo, el problema es más profundo y afecta de lleno a todos los mercados europeos.
La diferencia principal quizás sea, como señalaba Manuel Fernández Ordoñez, en la manera en que cada país soluciona la escasez de energía eólica que presiona los precios hacia arriba. Mientras Alemania está compensando las malas condiciones climatológicas (el 92% de su energía eólica y el 98% de la solar se encuentra en stand-by) produciendo el 60% de su energía con carbón y gas, Francia produce una cantidad similar (el 62%) con energía nuclear (y quiere seguir haciéndolo). En ambos casos, los precios son altos, pero no tanto como los ibéricos y su dependencia del gas.
La realidad nos devuelve una y otra vez a la casilla de salida: el sistema eléctrico actual tiene problemas estructurales muy serios y mientras seguimos a la espera de una reforma energética realmente ambiciosa capaz de equilibrar lo que queremos con lo que podemos permitirnos.
Imagen | Centrales térmica de carbón y de ciclo combinado en Soto Ribera (Asturias) - LMLM
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