Generar la energía en la misma ubicación en la que va a ser consumida tiene muchas ventajas, especialmente si, además, se obtiene de una forma limpia y respetuosa con el medio ambiente. Esta es una de las premisas que dan sentido al autoconsumo colectivo, una estrategia que pretende contribuir a cambiar el modelo energético actual por uno más sostenible y de carácter renovable.
Las primeras comunidades de autoabastecimiento energético españolas se han puesto en marcha al amparo del Real Decreto aprobado en 2019 que promueve la instalación de paneles fotovoltaicos en edificios de viviendas comunitarias, y no solo en residencias unifamiliares. Una de las primeras instalaciones de autoconsumo colectivo de energía eléctrica está ubicada en un antiguo edificio alojado en el barrio de Lavapiés, en pleno centro de Madrid, y la hemos visitado para descubrir qué propone exactamente. Y también si es o no rentable.
Durante nuestra visita hemos hablado con Laura Feijóo, ingeniera industrial y coordinadora del Departamento de Autoconsumo en Ecooo Revolución Solar, que es la empresa que ha llevado a cabo la instalación. También hemos hablado con Lourdes Fernández, una de las vecinas del inmueble que ya está disfrutando el autoabastecimiento de energía eléctrica en su propia casa. Laura y Lourdes son dos caras de una misma moneda que pone sobre la mesa el potencial de un modelo energético que aspira a propulsar la transición ecológica.
Autoconsumo colectivo: qué es y cómo aspira a cambiar el modelo energético
Ecooo Revolución Solar es una empresa española nacida hace 15 años y en la que actualmente trabajan 22 personas con un perfil multidisciplinar. En sus filas hay ingenieros, periodistas y administrativos, entre otros profesionales, pero más allá de su diferente formación todos comparten la vocación de defender el activismo como una herramienta capaz de promover el cambio hacia un modelo energético sostenible, más respetuoso con el medio ambiente, más justo y con una mayor conciencia social.
Esta filosofía se ve reforzada por el hecho de que Ecooo se autodefine como una empresa sin ánimo de lucro en la que no se reparten dividendos ni beneficios. El autoconsumo colectivo es una de sus líneas de trabajo, y consiste en instalar en los tejados colectivos de los edificios de viviendas placas solares capaces de generar energía eléctrica con el propósito de que varios vecinos puedan compartirla. Estas instalaciones tienen una doble ambición: reducir la factura energética de los propietarios y proteger el medio ambiente.
Así explica Laura la filosofía de la empresa para la que trabaja: «Trabajamos desde el activismo, y por eso abrazamos a todo el que viene. A mí me gusta mucho decir que los autoconsumos que hacemos son como piezas de artesanía que cogemos en nuestras manos y que vamos moldeando para que encajen lo mejor posible con la persona que está poniendo las placas en su vivienda». Esta declaración refleja con claridad algo que confirmaremos más adelante en este artículo: las instalaciones de autoconsumo desplegadas por Ecooo proponen la flexibilidad requerida para resolver las diferentes necesidades que pueda tener cada comunidad de vecinos.
La legislación actual ya favorece el autoconsumo colectivo
La liquidación del impuesto al sol se consolidó definitivamente en octubre de 2018. El Real Decreto-ley 15/2018 aprobado por el Gobierno establece, entre otras cosas, que la sociedad en su conjunto puede beneficiarse del autoabastecimiento energético, y también que la energía autoconsumida de origen renovable está exenta de todo tipo de peajes. Poco después, en abril de 2019, el Real Decreto 244/2019 estipuló cómo debían desarrollarse el autoconsumo individual y el colectivo, y también puso en marcha el mecanismo que compensa el déficit del autoconsumo y el excedente de las instalaciones.
«La legislación ya está preparada gracias a ese cambio normativo que hubo entre 2018 y 2019. Ahora solo falta ponerse en marcha y hacer instalaciones»
A partir de ese momento las instalaciones fotovoltaicas con excedente energético podían verter en la red eléctrica la energía sobrante. Y cobrar por ello. Laura nos habla del impacto que ha tenido la nueva regulación: «La legislación ya está preparada gracias a ese cambio normativo que hubo entre 2018 y 2019. Ahora solo falta ponerse en marcha y hacer instalaciones. Es verdad que la nueva normativa todavía tiene que rodar un poco más para hacer que todo vaya más fluido entre las diferentes administraciones y las personas que estamos implicadas en el sector, para ya se puede. Y ahora es el momento».
«Creo que el mayor reto al que nos enfrentamos ahora mismo es convencer a las personas de que esto ya se puede hacer, de que funciona muy bien y de que es una inversión justa económicamente, socialmente y medioambientalmente», apunta Laura. Además, los usuarios que han decidido apostar por el autoconsumo pueden acceder a subvenciones que persiguen aminorar el impacto económico de la inversión requerida por la instalación de los paneles solares. Las más importantes proceden de las administraciones autonómicas, pero también hay incentivos a nivel municipal, lo que ha llevado a algunos ayuntamientos a bonificar una parte del impuesto sobre bienes inmuebles (IBI) de las viviendas que tienen autoconsumo.
También hay algunas subvenciones estatales promovidas por el IDAE (Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía), que es un organismo adscrito al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. No obstante, Laura defiende esto: «No se necesitan subvenciones. Los sistemas de autoconsumo ya son rentables. Ya salen los números económicamente, por lo que no es imprescindible tener una subvención para poder instalar un sistema de autoconsumo». Más adelante indagaremos en el coste real que tiene para cada vecino una instalación como esta.
La red eléctrica se comporta como una batería gigantesca
Uno de los retos a los que se enfrentan las instalaciones con paneles fotovoltaicos requiere encontrar una estrategia que permita equilibrar la producción de energía eléctrica, que, como es lógico, no es constante durante las 24 horas del día, y el consumo de los usuarios. Una forma de resolver esta necesidad pasa por instalar una dotación de baterías que sea capaz de acumular la energía excedente que no va a ser consumida en el mismo momento en el que ha sido generada, pero esta no es la opción por la que apuesta Ecooo.
«Las instalaciones de autoconsumo están conectadas a la red eléctrica. Nosotros entendemos la red como una gran batería que, además, hemos pagado entre todos debido a que es una infraestructura pública. Creemos que no es imprescindible añadir baterías a este tipo de sistemas. Cuando hay sol consumimos la energía que estamos produciendo, y cuando es de noche cogemos energía de la red», nos explica Laura.
«Cuando producimos más energía de la que consumimos la vertemos en la red eléctrica, de forma que pueda ser utilizada por otros usuarios. El problema de las baterías es que todavía son caras, por lo que incrementan bastante la inversión y aminoran la rentabilidad. Nosotros apostamos por un autoconsumo conectado a la red sin necesidad de baterías», defiende la coordinadora del Departamento de Autoconsumo de Ecooo.
La independencia total de las compañías eléctricas no es siempre posible
Una de las primeras preguntas que solemos hacernos los usuarios cuando coqueteamos con la posibilidad de instalar en nuestra vivienda, bien sea individual, bien forme parte de un colectivo, paneles solares es si es posible alcanzar una independencia total de las compañías eléctricas. Y sí, la normativa actual lo permite. Y la tecnología también pone en nuestra mano la posibilidad de ser autosuficientes desde un punto de vista energético. No obstante, las instalaciones solares aisladas, que es como se llaman, imponen algunos requisitos que en la práctica no son fáciles de resolver en las viviendas de carácter comunitario, como los edificios de pisos que abundan en las grandes ciudades.
«La independencia total de las compañías eléctricas es difícil, especialmente cuando hablamos de ciudades en las que hay mucha densidad de población»
Laura nos explica cuál es el punto de vista de Ecooo en este ámbito: «La independencia total es difícil, especialmente cuando hablamos de ciudades en las que hay mucha densidad de población. Si estamos hablando de grandes torres que tienen poco tejado, y que debajo tienen entre ocho y quince plantas con vecinos, por ejemplo, es difícil que esa superficie de tejado nos pueda dar la energía necesaria para autoabastecernos. De todos modos creo que el objetivo no es ser independientes de las compañías eléctricas, sino conseguir que ellas trabajen para los ciudadanos».
Las tres grandes preguntas: cuánto cuesta, cuánto ahorramos y cuánto dura
Hasta ahora todo pinta bien, pero no cabe duda de que estas son las preguntas que más nos preocupan como usuarios. Laura nos explica cuál es el coste por vecino de las instalaciones de autoconsumo colectivo que está desplegando Ecooo: «Los precios pueden variar bastante dependiendo de cómo sea el tejado, de qué edificio sea, y, sobre todo, de cuántos vecinos participen, pero por poner unos números generales podemos estar hablando de una inversión por vecino de unos 1.500 a 2.000 euros».
Parece una inversión razonable, al menos siempre y cuando el ahorro en la factura de la luz que conlleve sea interesante. Laura también nos aclara este punto: «Con esta instalación tendríamos energía suficiente para poder autoconsumir un 40 o un 50% de energía dentro del hogar, de manera que veríamos un ahorro directo en la factura eléctrica de entre el 20 y el 30%». Lourdes Fernández, la vecina del edificio de Lavapiés con la que también hemos hablado, confirma las cifras que ha descrito Laura: «Nosotros hemos pagado unos 2.500 euros por la instalación, pero cada vecino ha podido escoger el porcentaje que ha querido».
Además, Lourdes matiza algo importante que anticipé unos párrafos más arriba: el carácter flexible de su instalación de autoconsumo colectivo. «Los vecinos hemos podido decidir si queremos más o menos participación. La flexibilidad nos ha resultado útil, y hemos podido aplicarla porque no todos los vecinos estaban interesados. Yo soy la propietaria que menos participación tiene porque salimos más y no estamos tan permanentes en casa. Esta comunidad es muy pequeña; somos siete vecinos, y solamente tres hemos querido llevar a cabo la instalación».
Lourdes también nos explicó que aunque las placas fotovoltaicas que Ecooo ha instalado en su comunidad están generando energía eléctrica correctamente, los vecinos la están consumiendo y el excedente se está vertiendo en la red eléctrica, aún no saben exactamente cuánto dinero ahorrarán en su factura de la luz. Sospecha que la pandemia ha provocado que se retrasen los trámites necesarios para que el abono de este excedente se vea reflejado en la factura eléctrica, pero Lourdes confía en comenzar a recuperar la inversión que ha hecho pronto.
«Nosotros hemos pagado unos 2.500 euros por la instalación, pero cada vecino ha podido escoger el porcentaje que ha querido. Todo ha sido flexible»
Las cifras de las que nos hablan Laura y Lourdes reflejan que la inversión en la instalación quedaría amortizada en un plazo de tiempo que oscila entre 6 y 8 años. No obstante, hay otro factor que a los consumidores también nos interesa mucho tener en cuenta: la tecnología de los paneles fotovoltaicos es relativamente sencilla, por lo que apenas requiere mantenimiento. De hecho, los paneles se limpian con la lluvia. El mantenimiento únicamente es necesario si falla algún componente de la instalación, como el inversor, y en esa situación se trataría de un mantenimiento de carácter correctivo, y no preventivo.
Un apunte interesante: el inversor es el dispositivo que se responsabiliza de convertir la electricidad bajo la forma de la corriente continua generada por los paneles solares en la corriente alterna que requieren nuestros electrodomésticos. Además, se encarga de optimizar el rendimiento de la instalación en tiempo real y de registrar su comportamiento, de manera que los usuarios podamos conocer toda esta información en cualquier momento accediendo desde nuestro ordenador, smartphone o tableta a la interfaz web servida por el inversor.
En lo que se refiere a la vida útil de los paneles solares, que es otro dato que a los usuarios nos interesa conocer, la mayor parte de los fabricantes garantiza una vida mínima de 25 años, pero habitualmente duran más. Lo que nos aseguran es que durante este periodo la producción de energía no caerá más de un porcentaje determinado al que también merece la pena que prestemos atención al elegir nuestras placas solares. El inversor tiene una vida útil más reducida que los paneles, pero los fabricantes suelen garantizar un funcionamiento libre de fallos de entre 10 y 15 años.
Los paneles fotovoltaicos que instala Ecooo siempre que es posible son de tipo bifacial, pero en las instalaciones de autoconsumo colectivo que requieren adosarlos directamente sobre el tejado no representan la mejor opción. Laura nos explica por qué: «Utilizamos este tipo de placas solares en las instalaciones singulares en las que tiene sentido, que son aquellas en las que las placas están levantadas del suelo, normalmente sobre una superficie plana, y pueden obtener energía no solo a partir de la radiación solar directa, sino también de la luz reflejada en el suelo que incide en la cara interna de las placas».
Aún nos queda un cabo suelto: ¿hay algún mecanismo que garantice a los usuarios de la instalación de autoconsumo colectivo que su compañía eléctrica va a descontar correctamente del importe de las facturas el valor de la energía excedente que estos vierten en la red? La respuesta de Laura es tranquilizadora: «La nueva regulación establece claramente cuál es el intercambio de información que tiene que haber entre el consumidor, la distribuidora y la comercializadora. Por tanto, sí, es un sistema suficientemente solvente. Los autoconsumidores pueden estar tranquilos porque la energía que autoconsumen no se les va a cobrar. Y la que ellos ceden a la red en forma de excedente va a recibir esa pequeña retribución que está marcada por ley. Es un sistema seguro y solvente que ya está funcionando. Aunque hay que engrasarlo todavía un poco más, funciona».
Este es el reto de las comunidades de vecinos: ponerse de acuerdo
La normativa actual exige que al menos el 33% de los vecinos de la comunidad se ponga de acuerdo acerca de la instalación de las placas solares, al margen de las personas que posteriormente las vayan a disfrutar. Y todos sabemos que la convivencia entre vecinos no es siempre cordial. Laura comparte con nosotros esta reflexión: «Tenemos más instalaciones proyectadas, y, sobre todo, estamos haciendo muchas propuestas. Notamos que hay un interés creciente por parte de las comunidades de vecinos para hacer la instalación, pero es cierto que hay una ralentización en la toma de decisiones por parte de las propias comunidades. Ahora mismo este es el reto a conseguir: que los vecinos se pongan de acuerdo».
«Hay un interés creciente de las comunidades de vecinos, pero es cierto que hay una ralentización en la toma de decisiones por parte de las propias comunidades. El reto es que los vecinos se pongan de acuerdo»
Lourdes comparte con nosotros cómo fue su experiencia durante la negociación con los vecinos de la comunidad de la que forma parte: «Esta comunidad, afortunadamente, lleva muchos años de convivencia. Tuvimos reuniones y hemos intentado convencer y dar nuestras razones a los demás vecinos para que se involucrase en el proyecto el mayor número de personas posible por conciencia. Al final se entendieron las razones y no hubo conflicto. El tejado es un elemento común. Y es frágil. Simplemente el hecho de que se suban a pisar podría asustar a algunos vecinos, pero creo que con el tiempo hemos forjado la confianza necesaria y al final se ha hecho todo muy bien. Nuestras placas están colocadas y produciendo».
Imágenes | Ecooo Revolución Solar | Gustavo Fring
Más información | Ecooo Revolución Solar
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