Que en las ciudades hace más calor y que los edificios empeoran el problema es algo que sabe desde hace tiempo, y de ahí que se busquen soluciones para no retener ese calor como el asfalto frío o el uso estratégico de árboles. Ahora una solución más puede ser un nuevo material que puede retener el calor que entra a través de los cristales de las ventanas.
Extender, instalar y "conectar" el cristal
No hay que confundirse: podemos ahumar un cristal para evitar que la luz entre en él y estar más resguardados de ella, pero la radiación infrarroja (que es la que causa el calor) sigue pasando sin problemas. Lo que han desarrollado un grupo de personas en la Universidad Tecnológica de Nanyang (Singapur) es un material que evita que esa radiación infrarroja pase.
Ese material es una mezcla de dióxido de titanio, trióxido de tungsteno, óxido de estaño y neodimio de niobio que se extiende como una capa adicional encima de los cristales convencionales y se conecta a un circuito eléctrico.
Cuando hace mucho calor, podemos activar ese circuito para que (sobre el papel) llegue a bloquear hasta un 70% de la radiación infrarroja mientras deja pasar un 90% de la luz. Si estamos en invierno y lo que interesa es dejar pasar todo el calor posible, podemos dejar el circuito desconectado.
La ventaja de esta sustancia es que es barata y que puede ser muy durable, y además contribuiría a reducir el uso de los aires acondicionados en verano y de la calefacción en invierno. Menos energía usada, menos contaminación y más eficiencia.
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