Como os contábamos hace unos días, uno de los retos de la tecnología asociados con las energías renovables es poder almacenar de forma eficiente la energía generada. Si en California están ya probando con instalaciones gigantes de baterías, investigadores de la Escuela Politécnica de Lausana, liderados por el profesor Michael Graetzel, confían en una nuevo avance para convertir la energía solar en hidrógeno.
Esta nueva instalación para generar hidrógeno a partir de agua y energía eléctrica aúna casi todas las condiciones previas e ideales para hacerlo viable: económico, funcionamiento a gran escala, eficaz y sencillo de implementar. El secreto está en el uso de nuevos materiales tanto en las placas solares que generan la energía necesaria para la conversión, como en los electrodos.
El mayor problema al que se están enfrentando desde este laboratorio suizo es la fiabilidad del sistema. El nuevo material es la Perovskita, destacable por permitir fabricar celdas solares de muy bajo coste y funcionamiento eficaz, pero que se degrada de forma muy rápida, en apenas unas horas. En mejorar ese aspecto es donde más esfuerzos están poniendo ahora.
El sistema ha demostrado una eficiencia del 12.3%, todavía inferior a la habitual en las actuales placas solares que más se instalan, pero un dato muy positivo si tenemos en cuenta que este tipo de instalaciones luchará en otro campo: poder almacenar la energía solar usando el hidrógeno que sería capaz de general de forma más o menos barata.
Vía | Technology Review.
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