La cuenta que tiene en Twitter nuestro protagonista coquetea ya con los 100 000 seguidores. No está nada mal para alguien que se dedica a divulgar una actividad que durante la última década ha estado en gran medida demonizada por una parte de los medios de comunicación y la población. Operador Nuclear nació en 2011 como una respuesta natural y necesaria a la interpretación que desde algunos sectores se estaba haciendo del accidente que tuvo lugar en la central nuclear de Fukushima, en Japón.
Alfredo García, que es como se llama la persona que durante ocho años se refugió detrás del alter ego ‘Operador Nuclear’ con la única pretensión de divulgar sin darse a conocer, sin que su labor tuviese el más mínimo impacto en su vida personal, disfruta explicando el rol que tiene la energía nuclear en la sociedad actual. Esta entrevista da fe de ello. Y, además, lo hace con la pasión y utilizando el tono didáctico con los que debe pertrecharse necesariamente cualquier buen divulgador.
Su currículo recoge su formación en ingeniería de telecomunicaciones y comunicación audiovisual, pero sin duda su mayor desafío académico fue superar las exigencias que requiere el aprendizaje necesario para ejercer como operador de un reactor nuclear y supervisor de operación. En su libro ‘La energía nuclear salvará el mundo’ Alfredo derriba con argumentos sólidos los mitos y los mantras que revolotean sobre una forma de energía estigmatizada que aún parece tener mucho que decir. Lo que nos ha contado durante nuestra conversación, como estáis a punto de descubrir, no tiene desperdicio.
La energía nuclear salvará el mundo: Derribando mitos sobre la energía nuclear (No Ficción)
La formación de un operador nuclear es muy estricta
Aunque en gran medida podemos intuirla, ¿cuál es la función exacta de un operador de la sala de control de una central nuclear?
Su responsabilidad es operar el reactor nuclear y todos los sistemas que tiene asociados, como los sistemas de seguridad o de refrigeración. Supervisa todo lo que hace que un reactor pueda funcionar de forma segura y ante cualquier circunstancia. No solo durante una operación normal, sino también cuando se produce cualquier tipo de accidente. En una sala de control hay dos operadores: el operador de reactor y el operador de turbina.
También hay un jefe de sala de control, que tiene licencia de supervisor y que dirige el trabajo de los dos operadores. Cuando es necesario llevar a cabo maniobras el jefe de sala de control lee los procedimientos, da las órdenes, pide los datos y coordina la operación de los dos operadores. El siguiente escalón está ocupado por el jefe de turno, o el ayudante del jefe de turno, que es el puesto que ocupo desde hace seis años.
¿Dónde se forman los operadores nucleares que ejercen en las centrales españolas? ¿Qué formación previa se les exige?
Se les pide una formación previa en ingeniería (un grado de ingeniería o una ingeniería técnica, que es como se llamaba anteriormente). No se solicita una ingeniería específica debido a que un operador necesita tener una formación muy completa en distintos ámbitos de esta disciplina. Habitualmente son personas formadas en ingeniería de telecomunicaciones; ingeniería mecánica, eléctrica o cualquier tipo de ingeniería industrial. Y después te seleccionan para empezar la formación de operador, que dura tres años y está realizada por la empresa española Tecnatom.
Este proceso está auditado y regulado por el Consejo de Seguridad Nuclear, que es el que después de ese periodo de tres años para operador y dos más para supervisor realiza los exámenes y otorga las licencias. Es muy estricto, muy duro, y trata todos los aspectos relacionados con la operación de una central nuclear, entre los que se incluyen el manejo de los sistemas, la ingeniería mecánica, la ingeniería eléctrica, la electrónica, partes de resistencia de materiales, física nuclear, etc. Es un proceso de formación muy exigente en lo que se refiere a los requisitos, por lo que el aprobado en cualquiera de las pruebas que se realizan es de un 8 sobre 10.
Así fue como nació Operador Nuclear
¿Qué te animó a iniciar tu labor de divulgación del rol que tiene la energía nuclear? ¿Por qué elegiste Twitter como medio para saciar la curiosidad de las personas interesadas en esta forma de energía?
Fue Fukushima, pero no el accidente en sí, sino cómo lo trataron los medios de comunicación. Veía que hablaban del accidente como el causante de todas las desgracias que estaban pasando en Japón en ese momento. Contabilizaban miles de muertes, cuando se demostró con el tiempo que este accidente no causó ni una sola muerte a causa de la radiactividad.
Su origen fue un seísmo que no provocó daños en la central nuclear, pero sí lo hizo el posterior tsunami, que aparte de llevarse la vida de veinte mil personas y arrasar toda la costa este de Japón provocó un accidente en la central. La forma en que los medios de comunicación trataron lo que sucedió me hizo ver que realmente hacía falta mucha divulgación. Que se decían muchas mentiras acerca de la energía nuclear. Había mucho desconocimiento por parte de la población, e incluso por los propios periodistas, y eso me llamó la atención.
Por esta razón decidí enviar una carta a Naukas. Solo era una carta de agradecimiento por lo bien que estaba tratando el accidente, y ellos me pidieron que lo transformase en un artículo. Lo hice de forma anónima porque no quería que tuviese ningún tipo de repercusión personal sobre mí. Solo quería divulgar. Al final del artículo decidí preguntar a los lectores si tenían algún tipo de duda, y me ofrecí a resolvérsela. Estuve tres o cuatro días escribiendo sin parar porque el artículo generó más de 5000 comentarios. Este fue el germen de Operador Nuclear.
De hecho, la primera persona que me consultó algo se dirigió a mí como señor operador, así que empecé a responder con ese nombre justo en ese momento. Esto sucedió en 2011, y cinco años más tarde pensé que la energía nuclear necesitaba aún más explicación. Más divulgación. Era importante que alguien intentase resolver las dudas que tenía la gente, y me pareció que Twitter podía ser una red social útil porque permite compartir conocimientos de una forma muy rápida y muy sintética, incluso enlazando imágenes, vídeos u otros documentos.
Era idónea para compartir píldoras de conocimiento. En cualquier caso, empecé sin ningún tipo de pretensión. Pedí ayuda a Naukas con el lanzamiento, y ellos me presentaron. Poco a poco fui creciendo. Acabé el primer año con 1000 seguidores, y actualmente estoy cerca de los 98 000.
¿Por qué decidiste mantenerte en el anonimato durante varios años? ¿Y qué te animó finalmente a salir de este anonimato autoimpuesto?
El anonimato surgió de forma natural porque yo no tenía ninguna intención de ser conocido o mezclar la divulgación con mi vida privada. No tenía ningún interés en aparecer en entrevistas, en la radio ni en cualquier otro lugar. Simplemente quería divulgar, y para lograrlo pensé que no era necesario dar más datos que fuesen más allá de mi perfil profesional. Y así lo hice durante prácticamente tres años, desde 2016 hasta 2019.
Lo que sucede es que en España, como es lógico, solo hay unas ciento y pico personas con un perfil como el mío, y empezaban a producirse rumores en el sector. En mi central me cruzaba con personas que me miraban con una sonrisa cómplice. Yo no sabía si tenía algo en la cara o si realmente sospechaban que Operador Nuclear era yo. Y, además, me empezaron a llegar rumores de que esta figura pública podía pertenecer a mi central.
En ese momento era un secreto a voces, y vi que, además, para poder completar la divulgación tenía que salir del anonimato porque eso me permitiría hacer cosas que no podía llevar a cabo antes, como conceder entrevistas o pronunciar conferencias. Todo eso no lo puedes llevar a cabo de una forma anónima, por lo que decidí ser yo quien descubriese mi identidad, y no otra persona.
Además, me ofrecieron la oportunidad de aparecer en Naukas Bilbao dando una charla de diez minutos. Ese fue el momento en el que decidí salir del anonimato. Afortunadamente me sentí muy acogido por los demás divulgadores. Muchos de ellos me seguían, y yo los seguía a ellos. Fue maravilloso poder hablar con ellos. Que te diga que te admira alguien a quien tú admiras es alucinante. Fue una experiencia inolvidable.
Así es la jornada laboral de un operador nuclear
¿Cómo es tu día a día como operador nuclear en la central de Ascó? ¿Están los procesos que supervisas muy automatizados o requieren una vigilancia constante y activa por parte de los operadores?
Las dos cosas. La mayor parte de las operaciones que realiza la central para mantenerse al 100% de potencia son automáticas, pero requieren la supervisión en primera instancia de los operadores, que están mirando el panel, los indicadores y los gráficos constantemente, y luego de los supervisores, que es mi caso, porque hay que vigilar que todo funcione correctamente.
Los equipos de seguridad se prueban periódicamente de acuerdo con lo que exige nuestra biblia, que son las especificaciones técnicas de funcionamiento, y no solo cuando van a ser utilizados. De hecho, hay equipos que se revisan cada día, otros cada semana, y algunos cada mes dependiendo de su complejidad y del tipo de sistema que sea. Además se efectúa el mantenimiento en línea, que también es muy importante.
Una central nuclear funciona durante dieciocho meses como media sin parar, y durante este periodo de tiempo también se lleva a cabo un mantenimiento. La mayoría de los equipos están duplicados, triplicados o cuadruplicados, por lo que mientras uno de ellos está funcionando llevamos a cabo la revisión y el mantenimiento preventivo o correctivo de uno de sus reservas. Estos procesos los coordinan desde la sala de control los operadores y los supervisores.
¿Cuál es el rol de los operadores nucleares durante las paradas de recarga de combustible, inspección y mantenimiento del reactor?
Nuestra función es realizar las maniobras de la parada del reactor de acuerdo con una serie de procedimientos. Los operadores son los responsables de operar los equipos desde el panel, y también de dirigir a los operadores en campo y los auxiliares de operación, que son las manos, los ojos y una parte del cerebro de los operadores de la sala de control. Estos últimos maniobran las válvulas locales y comprueban el estado de los equipos.
Todo este trabajo lo llevan a cabo los operadores dirigidos por el jefe de la sala de control y supervisados por el jefe de turno. Cuando ya se ha completado la maniobra de parada del reactor, el enfriamiento y la despresurización, comienza el trabajo de colocar los descargos, que consiste en dejar preparados los equipos para que mantenimiento pueda realizar su trabajo. Si es una bomba lo que hay que hacer es quitarle tensión, desenergizarla, aislar la aspiración y la descarga, drenarla si es necesario trabajar dentro del cuerpo de la bomba, tratar el agua, el aceite o cualquier otro fluido con el que trabaja la bomba, etc. Todo se deja preparado para que mantenimiento trabaje en ese equipo.
En una recarga se producen más de 10 000 órdenes de trabajo. Más de 10 000 trabajos diferentes, que abarcan desde el cambio de un parámetro en un ordenador que controla un sistema hasta el cambio de una turbina por otra unidad nueva. Hay trabajos pequeños y trabajos grandes, y todos ellos son ejecutados por entre 1500 y 2000 personas que trabajan en una recarga durante un mes.
La energía nuclear tiene un rol esencial en la mitigación del efecto invernadero
¿Podemos permitirnos prescindir de la energía nuclear en España teniendo presente que es necesario que reduzcamos las emisiones de carbono para combatir la emergencia climática?
Creo firmemente, y lo creo porque hay múltiples datos que lo avalan, que necesitamos la energía nuclear para hacer una transición hacia las energías bajas en gases de efecto invernadero. Cada país tiene su propia idiosincrasia. España tiene un gran potencial eólico y solar. Lo sabe todo el mundo, pero a menudo la gente olvida que no siempre tenemos sol, y no siempre tenemos viento. Además, no tenemos la capacidad de almacenar esas energías cuando no las tenemos. No existen baterías con un tamaño tan grande, y las presas reversibles que tenemos no tienen la capacidad de lidiar con toda la red eléctrica.
Esas energías necesitan un respaldo que también tiene que ser bajo en emisiones. Hoy en día en España la única tecnología disponible que es capaz de hacer la misma función que realiza la energía nuclear como respaldo de las energías renovables es el gas natural. Pero es un combustible fósil que tiene altas emisiones de gases de efecto invernadero, no solo dióxido de carbono, sino también metano. Y este último se fuga con relativa facilidad desde la extracción hasta la combustión, produciendo más gases de efecto invernadero que también contribuyen al calentamiento global, y, de propina, aumentan el precio de la electricidad.
Incluso perjudica nuestra balanza de pagos debido a que nosotros no tenemos gas natural. Es cierto que tampoco utilizamos uranio propio, pero su precio es muy estable en el mercado internacional porque procede de países muy estables, por lo que es una de las partidas más bajas de una central nuclear. Necesitamos energías renovables, pero esas energías necesitan un respaldo bajo en emisiones de gases de efecto invernadero como el que les ofrecen las centrales nucleares.
El apagón nuclear que ha planificado el gobierno español establece que la última central nuclear española que permanecerá activa, la de Trillo, cesará en 2035. ¿Qué opinas acerca de esta estrategia?
Creo que es una estrategia muy electoralista. El Partido Socialista lleva muchos años incorporando en su programa electoral la idea de que cuando llegue al poder cerrará las centrales nucleares al finalizar su vida de diseño, que son cuarenta años. En el artículo que escribí para Xataka hace algún tiempo expliqué que se trata de un mito.
Realmente esos cuarenta años definen un periodo mínimo en el que tienes que garantizar que la central funciona correctamente y con seguridad para asegurar la inversión que se ha realizado. No es una fecha de caducidad. Una central no puede durar treinta años porque entonces no se amortizaría completamente, pero una vez que ha llegado a los cuarenta años y se ha mantenido con seguridad, y siempre que el organismo regulador garantice que funciona de forma segura y es rentable, esa central puede seguir funcionando muchos más años.
En Estados Unidos, que es el referente tecnológico y normativo de España (de hecho seis de nuestros siete reactores utilizan tecnología estadounidense), la mayoría de los reactores ya tiene licencia para operar hasta los sesenta años, y hay cuatro reactores que tienen licencia para operar hasta los ochenta años. Por lo tanto no hay una fecha de caducidad, sino que simplemente una central nuclear puede trabajar los años que sea siempre y cuando funcione con seguridad y sea rentable.
El Partido Socialista contemplaba esto en su programa, pero llegó al gobierno y se dio cuenta de que no podía ejecutarlo porque aumentarían las emisiones y tendría graves repercusiones en nuestros objetivos climáticos. Me da la sensación de que este acuerdo, que está promovido por el Gobierno y está firmado y aceptado por las eléctricas, no es más que un brindis al sol. Creo que piensan ‘vamos a decir que vamos a cerrar, pero cuando llegue el momento sabemos que no va a ser posible cerrar las centrales nucleares’.
Este acuerdo es revisable, y, de hecho, se va a revisar en 2023 con el propósito de comprobar si somos capaces de incorporar potencia constante como la que proporcionan las centrales nucleares en su sustitución. Y esto solo puede hacerse o con enormes baterías o con grandes presas hidroeléctricas que no se están construyendo, y que no vamos a tener. Creo que no vamos a cerrar cuando está previsto.
Un accidente grave hoy es muy improbable
¿Se puede repetir en una central nuclear española un accidente con la envergadura de los de Three Mile Island, Fukushima, o, incluso, Chernóbil? ¿Qué cambios se han introducido en la seguridad desde el accidente de 2011?
En la vida no se puede asegurar nada al 100%. No hay ninguna actividad humana que sea completamente segura bajo cualquier circunstancia. Lo que sucede es que hay diferentes grados de seguridad, y lógicamente hay que comparar tecnologías. Vamos a descartar de entrada un accidente como el de Chernóbil porque se produjo en una central con un diseño totalmente diferente y cuya función principal, además, era producir plutonio para armamento. No tenía edificio de contención, y sus reactores eran muy inestables, a las pruebas me remito.
La ausencia del edificio de contención condicionó muchísimo las consecuencias del accidente porque no contuvo lo más mínimo la emisión de material radiactivo. Ese tipo de accidente no se puede reproducir ni en España ni en ningún otro lugar del mundo. Sí existe cierta probabilidad, aunque es cada vez más baja, de que pueda producirse un accidente como los de Three Mile Island o Fukushima, y para eso precisamente se mejoró la seguridad de todas las centrales nucleares después de ambos accidentes.
Tras Fukushima se reforzó la seguridad de todas las centrales nucleares del mundo, que fueron sometidas a unas pruebas de estrés muy importantes durante las que se revisaron todos los parámetros de la central, especialmente aquellos que tenían relación con lo que había pasado en Fukushima, como su capacidad de resistir inundaciones, seísmos o apagones en la red eléctrica. Y una vez que se revisó todo eso se estandarizó en todo el mundo la incorporación de una serie de medidas para mitigar y prevenir ese tipo de accidentes. Esta estrategia se conoce como «flex», que es el apócope de flexibilidad.
Las centrales nucleares se diseñaron para prevenir los accidentes base de diseño, una filosofía que consiste en pensar qué nos puede pasar, y en función de eso vamos a implementar unas medidas de seguridad para mitigarlos en caso de que se produzcan. Lo que ocurre es que en la práctica hay accidentes que puedes no tener previstos, por lo que además de los sistemas de seguridad que ya tenemos hemos incorporado una serie de equipos portátiles que permiten realizar todas esas funciones desde fuera sin tener que depender de alimentación eléctrica exterior.
Son equipos totalmente portátiles y autónomos que ya están incorporados en todas las centrales nucleares, y que se pueden transportar también de una central a otra en caso de necesidad vía helicóptero o por medio de la Unidad Militar de Emergencias (UME). Además, también hay un almacén central en Tecnatom Madrid donde hay equipos portátiles que se podrían trasladar en dos o tres horas a cualquier central nuclear española.
Todos estos equipos se han probado y hemos entrenado con ellos. Todo el personal está formado para utilizarlos en caso de necesidad. El riesgo existe, pero es cada vez menor, y si ocurriera algún accidente de este tipo las consecuencias serían mucho menores.
Parece existir un consenso muy sólido acerca del terrible cúmulo de errores que se cometió en Chernóbil en los años 80, pero ¿crees que se actuó correctamente en el accidente de Fukushima de hace diez años?
A grandes rasgos se actuó bien. Los operadores, los supervisores y los que dirigieron todo el accidente eran personas con una formación equivalente a la nuestra, con los mismos estándares. Habían entrenado en simuladores accidentes similares; tenían los medios adecuados, llevaban dosímetros (por eso se sabe que no se puso en peligro la vida de ninguno de ellos porque se limitó el tiempo de exposición y la cantidad de dosis que recibieron). Esencialmente la forma de actuar con los medios que tenían fue correcta.
Pese a todo se detectaron carencias en esos medios portátiles que se han incorporado con posterioridad a nuestras centrales. En lo que no estoy tan de acuerdo es en cómo se actuó en lo que se refiere a la evacuación. Creo que hubo un exceso de celo evacuando zonas que luego se demostró que no había sido necesario desalojar. Sí había que evacuar ciertas zonas porque la dosis de radiación era más alta que la media y podía haber cierto riesgo para la población, pero hubo otras en las que la dosis era muy baja y no habría sido necesario ese desalojo.
Digo esto porque una evacuación es una situación muy traumática y algunos estudios reflejan que se produjeron más de 1000 muertes prematuras debido a la evacuación de enfermos y personas mayores. La mayoría de esas muertes se podrían haber evitado si solo se hubiese evacuado a las personas que estaban en la zona con mayor riesgo. Este ha sido el error que con la experiencia se ha comprobado que se podría mejorar, y, lógicamente, de esto también se ha aprendido.
¿Te has visto involucrado durante tus años de ejercicio como operador nuclear en algún incidente de cierta relevancia en la escala INES que vaya más allá de las paradas no programadas para llevar a cabo alguna reparación o labor de mantenimiento?
Estuve en una situación en la que se produjo una pérdida de potencia exterior, pero arrancó el generador diésel de emergencia perfectamente. Además, en Ascó tenemos un generador diésel común fijo para los dos grupos que estaba preparado para funcionar, pero que no hizo falta que se pusiese en marcha, así como dos generadores diésel portátiles que tampoco fue necesario utilizar.
Este suceso requirió activar el plan de emergencia. Fue una categoría 2 en la escala de alertas de emergencia, pero no se produjo ningún tipo de emisión radiactiva. Simplemente se activó el plan de emergencia y se hizo un recuento de las personas que estaban trabajando en la recarga (en ese momento estaban en la central más de 500 personas), pero el suministro eléctrico estuvo garantizado en todo momento.
La mayor parte de los detractores de la energía nuclear critica con firmeza el riesgo y el gasto que representa la gestión de los residuos nucleares. ¿Crees que es realmente un problema grave que penaliza a la energía nuclear? ¿La gestión de los residuos radiactivos que se lleva a cabo actualmente nos está hipotecando de alguna forma de cara al futuro?
No. Cuando la gente habla acerca de que los residuos radiactivos son un problema grave creo que desconoce realmente cómo se trabaja con ellos, qué riesgo suponen y qué se está haciendo. Lógicamente todas las actividades humanas generan residuos, y una gran parte de las actividades industriales tiene algún tipo de residuo tóxico o peligroso para el ser humano. Lo que hay que hacer con ese tipo de residuos es tratarlos de forma segura. Utilizar la tecnología para proteger el medio ambiente y a las personas de esos materiales.
Desde 2006 las centrales nucleares tienen la absoluta obligación de costear la gestión de los residuos radiactivos a largo plazo. Incluso cuando dejen de ser radiactivos dentro de miles de años. Alguien puede pensar que en ese momento esas empresas ya habrán desaparecido, pero, en realidad, la gestión de los residuos radiactivos se lleva a cabo en un periodo de décadas para acabar siendo almacenados en un almacén geológico a 500 metros de profundidad ubicado en un lugar geológicamente estable. Esto lo está haciendo actualmente Finlandia.
En ese almacén los residuos se depositan en el interior de contenedores blindados y construidos con materiales que resisten la corrosión durante todo este tiempo. Cuando introduces los residuos allí sellas el almacén, y una vez sellado no precisa ningún tipo de gestión. No conlleva ningún gasto porque no es necesario llevar a cabo ninguna supervisión o mantenimiento. Todo está especialmente diseñado para no trasladar nuestra responsabilidad a las generaciones futuras. Y el dinero necesario para hacerlo lo ponen las centrales nucleares, como es su obligación.
La tecnología nuclear continúa desarrollándose
Las centrales nucleares de cuarta generación persiguen resolver algunos de los hándicaps de las actuales centrales nucleares, como, por ejemplo, la gestión de los residuos. ¿Te parece ilusionante el esfuerzo que están haciendo algunos países para desarrollar aún más su tecnología nuclear en contraposición a la estrategia que defienden países como España o Alemania que están dispuestos a abandonarla?
Sí, creo que Rusia en particular está teniendo un papel muy importante en el mundo energético en general, y en la energía nuclear en particular. Ahora mismo es probablemente el país que más está innovando en energía nuclear. Está construyendo reactores de tercera generación en varios países, como Turquía, y va a iniciar la construcción de nuevos reactores en Egipto y Finlandia, entre otros estados. Probablemente en Polonia también se van a construir reactores con tecnología rusa.
Lo más importante es que son reactores de tercera generación, por lo que son más modernos que los que tenemos en España. Y tienen incluso mejores estándares de seguridad. Rusia, China, Estados Unidos y Reino Unido son algunos de los países que están apostando por los reactores nucleares de cuarta generación, que, efectivamente, tienen la capacidad de reciclar combustible usado para aprovechar cerca del 100% de la energía que contiene.
Esta estrategia tiene varias ventajas muy importantes. Necesitaríamos menos recursos mineros, nos permite reutilizar los residuos que ya tenemos, y, además, como he mencionado, estos reactores incorporan mejoras en el ámbito de la seguridad pasiva. Estas mejoras actúan por leyes físicas que no tienen nada que ver con la limitación eléctrica, como, por ejemplo, por gravedad, que sabes que va a funcionar siempre. Estas técnicas ya se utilizan parcialmente en nuestros reactores, pero en estos nuevos reactores tienen una presencia aún más marcada.
¿Es el torio realmente la piedra filosofal del combustible nuclear? ¿Qué lo hace atractivo como sustituto del uranio?
Lo que lo hace atractivo es que hay entre tres y cuatro veces más torio que uranio en la Tierra. Esto no significa que el uranio se nos vaya a acabar ya. Según NEA, que es la Agencia para la Energía Nuclear de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos), tenemos reservas al precio actual y sosteniendo el consumo actual para 135 años. Es posible que tengamos más reservas a precios más altos, y también que se descubran nuevas reservas en otros lugares, por lo que durante las próximas décadas no se nos va a acabar el uranio.
El torio es tan fácil de extraer como el uranio, pero tiene el inconveniente de que no es directamente fisible. Es necesario introducirlo en un reactor que fabrique uranio a partir de torio, y lo que produce no es uranio-235, es uranio-233, pero lo importante es que es fisible. Una vez que se ha producido este uranio se puede introducir en un reactor convencional como los que tenemos en España, que no podría funcionar con torio, pero sí con un derivado de ese elemento. India está trabajando mucho con este recurso porque está construyendo nuevas centrales nucleares, y, además, tiene unas reservas enormes de torio. China también tiene unos depósitos de torio importantes.
¿Cómo imaginas el futuro, por ejemplo, en dos décadas? ¿Resolverá nuestras necesidades energéticas una combinación de las fuentes renovables y la energía nuclear? ¿Y en cinco décadas, cuando ya tendremos según el itinerario de EUROfusion centrales de fusión nuclear?
La humanidad ya no se puede permitir el lujo de prescindir de la energía nuclear. Esto lo dice, entre otras organizaciones, el partido verde finlandés. Creo firmemente que la humanidad necesita la energía nuclear de fisión hasta que tengamos la fusión. Y siempre como complemento y trabajando en equipo con las renovables. El mix de cada país lo determinarán sus recursos energéticos. Noruega, por ejemplo, no necesita centrales nucleares porque tiene enormes cantidades de saltos de agua y con la energía hidroeléctrica tiene cubiertas el 100% de sus necesidades.
Sin embargo, no todos los países tienen esa cantidad de agua. España es uno de ellos. Afortunadamente tenemos abundante energía eólica y solar, pero son variables. Creo que necesitamos que la energía nuclear tenga cada vez un papel más importante, y para lograrlo es crucial lo que estamos haciendo ahora mismo: divulgar que es necesaria y que es una energía muy segura. De hecho, es mucho más segura de lo que la gente percibe.
Algunas personas asocian la energía nuclear con los accidentes, los residuos o las bombas atómicas, y sin embargo hay estudios que demuestran que es la energía más segura en términos de muertes por unidad de energía generada. Según estos informes resulta que es tan segura o más incluso que las energías renovables. Puede ser sorprendente, pero está documentado y se explica debido a que se han producido accidentes en algunas centrales hidroeléctricas, como, por ejemplo, el que acabó con la vida de 172 000 personas debido a la rotura en 1975 de la presa de Banqiao, en China.
En lo que se refiere a las renovables la razón de que produzcan más muertes que la energía nuclear reside en los accidentes laborales, como caídas en altura o accidentes durante la fabricación. Esto no significa que sean peores que la energía nuclear. Estamos hablando de tasas de muertes muy bajas comparadas con las de los combustibles fósiles que matan a millones de personas al año. Según la OMS la quema de combustibles fósiles y de la biomasa causa siete millones de muertes cada año.
La energía nuclear no es la solución a todo. Es una herramienta muy importante; yo diría que imprescindible si queremos conseguir los objetivos de reducción de emisiones. Y siempre ayudando a las renovables, y probablemente en una menor proporción que estas. No es necesario que haya más energía nuclear. Francia es un caso especial porque en su momento hizo una apuesta muy rotunda a favor de esta forma de energía.
¿Qué pasará si conseguimos la fusión nuclear? Creo que ninguna de las personas que trabajan en ella pone en duda que va a funcionar. El problema es que no sabemos cuándo. Hay previsiones que apuntan hacia los años 50 o 60. Y si no es en ese momento será en los 70 o los 80, pero yo creo que sí lo conseguiremos. Y también creo firmemente que cuando tengamos la fusión nuclear no necesitaremos ni la fisión ni la mayor parte de las renovables porque tendremos centrales que se alimentarán con hidrógeno, que procede del agua del mar, y que generarán unas cantidades enormes de energía.
Además, los residuos radiactivos derivados de los materiales del propio reactor son de media actividad. Y no hay peligro de que se produzca un accidente porque el reactor de fusión nuclear cuando tiene un problema deja de recibir electricidad y se para. No se dan ni el calor residual ni los residuos que producimos en los reactores de fisión. Cuando tengamos fusión creo que podremos prescindir de todo lo demás, pero mientras tanto seguimos teniendo un calentamiento global y tenemos que reducir las emisiones.
La energía nuclear salvará el mundo: Derribando mitos sobre la energía nuclear (No Ficción)
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