Aunque en España andamos de guerra con Reino Unido por ver quién lidera el mercado de la energía solar o en el norte de Europa se bastan con la energía eólica para abastecerse completamente, la situación de las energías renovables frente a las tradicionales basadas en el uso de combustibles fósiles no es la ideal.
Según la Agencia Internacional de Energía, los combustibles fósiles reciben una sustancial ayuda en forma de subvenciones, concretamente 550 mil millones de dólares al año, que son superiores al apoyo que pueden recoger las energías renovables, cuyo apoyo económico no pasa de los 120 mil millones al año. Con esas cifras, los cacareados discursos políticos sobre la necesidad de detener el calentamiento global no encajan con la realidad en ciertos mercados clave.
Las subvenciones dan de lado a las renovables
En el informe publicado por la Agencia Internacional de Energía se da un dato demoledor: con las actuales subvenciones a los coches en Arabia Saudí, al consumidor le llevaría 16 años amortizar el sobrecoste de comprar un coche de gasolina frente a uno eléctrico. Sin esas subvenciones, en solo tres años daría por buena la elección de un modelo más eficiente y limpio.
El principal foco del problema está en los países de Oriente Medio, donde cada día se usan dos millones de barriles de petróleo los cuales podrían ser sustituidos por energía procedente de fuentes renovables directamente si las subvenciones no estuvieran en su contra.
El potencial de esas energías renovables no deja lugar a dudas con las cifras que aportan desde la AIE: la energía eólica tiene capacidad para convertirse en la fuente de más crecimiento, con un tercio del total a nivel mundial. De hecho, para 2040 está previsto que en Europa el 20% de la energía producida provenga del viento directamente mientras que en Japón, en verano, la energía solar se encargaría de casi el 40% de la demanda.
China y EEUU se ponen una fecha para cambiar: 2030
Casi al mismo tiempo que sale a la luz el informe de la IEA (International Energy Agency), las dos grandes potencias económicas y contaminantes, China y EEUU, han alcanzado un acuerdo para ponerse más serios sobre el papel con sus emisiones de gases de efecto invernadero.
Su nuevo compromiso, alcanzado en la cumbre Asia-Pacífico, contempla que para el año 2030, EEUU habrá reducido sus emisiones hasta un 28%, una cifra el doble de lo previsto anteriormente. Para ese mismo año, China ha acordado, también sobre el papel, que ése será el momento en que la gran potencia asiática alcance el máximo de sus emisiones.
Vía | Bloomberg.
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