Hace tiempo que llevamos oyendo hablar del recibo de la luz por horas, concretamente desde la reforma de abril de 2014, que cambiaba la conocida como Tarifa de Último Recurso (TUR) por un servicio PVPC, cuyas siglas responden a Precio Voluntario para el Pequeño Consumidor.
Pero hasta ahora, poco había cambiado en nuestra factura. Sin embargo, las facturas emitidas a partir del uno de octubre ya tendrán en cuenta nuestro consumo horario, es decir, que según a qué hora pongamos una lavadora o encendamos la televisión, la electricidad nos saldrá más barata o más cara. La duda que surge es: ¿cómo funciona exactamente?
Un poco de contexto: las subastas de energía y el nacimiento del PVPC
Hasta el primer trimestre de 2014, el precio de electricidad de la Tarifa de Último Recurso, que se aplica a aquellos hogares de hasta 10 kW de potencia contratada (la gran mayoría), se revisaba trimestralmente según el resultado de una subasta conocida como CESUR, en la que se determinaba el precio de la energía para los tres meses siguientes.
Lo que ocurría es que, a menudo, la estimación inicial del precio solía ser mucho mayor que la que después se hacía efectiva en el pool eléctrico diario (luego explicamos esto mejor), principalmente debido a la prima de seguridad que introducían los adjudicatarios (para no pagar más por la electricidad de lo estimado) y por el propio margen de intermediación.
Lo que ocurrió es que la subasta del CESUR de diciembre de 2013 (que fijaba los precios del primer trimestre de 2014) arrojó unos resultados desorbitados que implicaban una gran subida de la factura de la luz, hasta tal punto que el gobierno se vio obligado a congelar los precios temporalmente y buscar una solución al problema. Resumido muy mucho, así es como nació el PVPC.
¿Cómo funciona el PVPC exactamente?
La energía eléctrica que consumimos diariamente se negocia hora a hora en lo que se conoce como pool eléctrico, una especie de subasta en los que las productoras de energía (plantas solares, parques eólicos, centrales nuclearas, plantas térmicas...) ofrecen su energía a un precio determinado y, a su vez, las comercializadoras presentan ofertas por la energía que necesitan comprar.
Es un proceso bastante complejo que explican muy bien en Mi Factura de la Luz y también en Energía y Sociedad, por si queréis profundizar en el tema, pero de nuevo resumiendo mucho, de esa subasta sale la base de lo que pagamos por la electricidad.
Lo que se hace es crear, por un lado, una curva de la demanda con la energía que requieren las comercializadoras y otros agentes y el precio que están dispuestos a pagar y, por el otro, una curva con la oferta de las productoras de energía y el precio a partir del cual están dispuestas a producir energía. Cuando se cruzan, ese es el precio al que se pagará toda la electricidad producida.
La línea recta de la parte superior corresponde a la demanda de las comercializadoras que llevan la electricidad a nuestra casa, y que están dispuestas a pagar el precio necesario para no dejarnos sin servicio (se conocen como ofertas precio-aceptantes) mientras que la de la parte inferior corresponde a centrales que venderían a cualquier precio, puesto que no pueden parar de producir energía, como las solares, las eólicas o las nucleares.
Por norma general, cuanto mayor es la demanda, mayor es el precio, pues deben entrar en funcionamiento centrales que lo hacen a un coste marginal mayor, como las térmicas o las hidráulicas (que gastarían un agua que podrían usar en un momento mejor). En un caso hipotético en el que la demanda fuera inferior que la oferta precio-aceptante, se estaría comprando electricidad a precio cero, como ocurrió en Australia hace un año.
El PVPC es el precio de referencia para la energía eléctrica que fija Red Eléctrica Española, y se calcula a partir del precio por MWh que sale del mercado mayorista. A lo largo del día, este suele oscilar entre 40 y 60 euros por MWh (entre 0,04 y 0,06 euros por kWh) tal como se puede comprobar en los resultados que publica constantemente el organismo independiente regulador, el OMIE, y luego se le añaden otra serie de gastos y costes. Si os interesa saber cómo se calcula exactamente el PVPC, con fórmulas y todo, os recomiendo este artículo de CNOMYS.
Cada día, a última hora de la tarde, Red Eléctrica Española publica el PVPC que será de aplicación al día siguiente, para que cualquier usuario pueda comprobar el precio al que se le cobrará la electricidad en cada hora y, si quiere, actuar en consecuencia. La línea naranja corresponde a una tarifa normal, y la azul a una con discriminación horaria.
¿Cómo me afecta la factura de la luz por horas?
En realidad, nos afecta mucho menos de lo que se esperaba. Porque aunque es verdad que el precio al que se nos va a cobrar la electricidad cambia de día en día y también a lo largo del día, se trata de variaciones bastante pequeñas. Este viernes, por ejemplo, el precio máximo fue a las siete de la mañana (0,126 €/kWh), muy parecido al de las 10 de la noche, mientras que el más bajo tuvo lugar a las 12 de la noche, con 0,1086 €/kWh.
Son diferencias bastante pequeñas como para cambia nuestros hábitos de consumo, aunque sí podríamos tenerlo en cuenta para programar ciertos usos en horas con precios menores, como poner una lavadora o el lavavajillas por la tarde en vez de por la mañana, o programar el termo eléctrico para que caliente el agua en las horas más bajas.
Aun así, el grueso de nuestro consumo seguirá siendo inelástico (no cambia aunque suba o baje el precio), pues seguiremos queriendo cargar el móvil, ver la tele o jugar a la videoconsola al llegar a casa del instituto, la universidad o el trabajo, y lo haremos con el aire acondicionado puesto si tenemos calor o la calefacción si tenemos frío.
Aquí, a modo de ejemplo, podéis ver un gráfico con mi gasto eléctrico de una semana, bastante igual a lo largo de todos los días.
Lo que sí es cierto es que el PVPC introduce una incertidumbre sobre el precio de la electricidad, no tanto a corto como a medio plazo, pues se trata de un mercado autoregulado y bastante volátil, que puede bajar y subir rápidamente en función de la oferta y la demanda.
Por otra parte, tampoco hay que olvidar que estas variaciones horarias solo afectan a quienes tengan ya un contador inteligente. Si no la facturación se hará con un precio por kWh calculado teniendo en cuenta un perfil de consumidor medio, algo que también podemos comprobar en la web de Red Eléctrica de España.
La tecnología detrás de los contadores inteligentes
La primera pregunta que me surgió cuando oí hablar de contadores inteligentes fue: ¿cómo se comunican con la central para enviar la información de consumo hora a hora?
En el caso de los contadores eléctricos, utilizan una tecnología que es posible que también emplees en casa: es conocida como PLC, o Power Line Communications, y utiliza el tendido eléctrico para transmitir datos de un punto a otro.
Además, estos contadores cuentan con capacidad para almacenar varios meses de datos de consumo y configuraciones de tarifas, e incluso incorporan un limitador de potencia que se puede reprogramar a distancia, cumpliendo la función del Interruptor Diferencial de Potencia del cuadro eléctrico de casa, que limita físicamente la potencia que podemos usar y "salta" si enchufamos demasiadas cosas a la vez.
Esta capacidad de análisis de los contadores inteligentes ofrece funciones interesantes tanto para la comercializadora eléctrica como para el consumidor. Ahora mismo, por ejemplo, desde el panel de usuario de mi compañía puedo ver cómo ha variado mi consumo a lo largo del día, y también está realizando un estudio a partir de mis hábitos de consumo para ver si me interesaría una tarifa con discriminación horaria (más barata por la noche, más cara por el día).
Finalmente, también es importante recordar que el PVPC solo es de aplicación para aquellas personas que se acogen a este servicio a través de una comercializadora de referencia, que es la gran mayoría, pero que también existe la posibilidad de escoger las tarifas de mercado libre, cuyo precio no está fijado por ley, pero que a veces ofrecen descuentos o precios fijos que pueden resultar interesantes para quien no quiera tener que estar pendiente de la evolución del precio diario.
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