Los océanos no olvidan: pese a estar prohibidos desde los 80, predicen que los aerosoles resurgirán tras décadas sumergidos

Enrique Pérez

Editor Senior - Tech

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Los clorofluorocarbonos (CFC) son uno de los aerosoles químicos que contribuyeron a crear el agujero de la capa de ozono. En 1987, el Protocolo de Montreal prohibió su uso a nivel global, tras comprobar su impacto en nuestra atmósfera.

Desde entonces, los niveles de CFC se han reducido drásticamente y la propia atmósfera ha ido recuperándose. Pero todas esas moléculas no han desaparecido, los océanos las absorbieron. Y según un reciente estudio del MIT publicado en 'Proceedings of the National Academy of Science', resurgirán hacia la atmósfera en el futuro, como si algún país hubiera decidido volver a emitirlos.

El proceso invertido: los océanos volverán a emitir CFC

El océano y la atmósfera se mantienen en una especie de equilibrio. Cuando hay muchas moléculas solubles en agua, como estos CFC, son los océanos los encargados de absoberlas. Es lo que pasó en los años 80 cuando se emitían una gran cantidad de estos dañinos aerosoles.

A medida que el mundo ha dejado de producirlos, los océanos absorben menos. Pero la balanza llega un punto en que se invertirá y, según explica el MIT, los océanos se convertirán en emisores de CFC.

Agujero en la capa de ozono en 2020. Imagen: ESA

La capacidad de absorción de los océanos también se ve afectada por el cambio climático, lo que acelerará el proceso, según explica el estudio. ¿Cuándo ocurrirá este cambio? Según apuntan los investigadores, para el año 2075, los océanos emitirán mas CFC-11 a la atmósfera de la que absorben, emitiendo cantidades detectables de aerosoles para 2130.

"Para cuando llegue la primera mitad del siglo XXII, habrá suficiente flujo saliendo del océano que podría parecer que alguien está engañando al Protocolo de Montreal, pero en cambio, podría ser simplemente lo que emerge desde el océano", explica Susan Solomon, profesora de Estudios Ambientales del Departamento de Ciencias de la Tierra, Atmosféricas y Planetarias del MIT.

"Durante algún tiempo, las emisiones humanas fueron tan grandes que lo que iba al océano se consideró insignificante. Ahora, mientras intentamos deshacernos de las emisiones, descubrimos que ya no podemos ignorar por completo lo que está haciendo el océano", sigue Solomon.

Los científicos estiman que los océanos han absorbido entre el 5 y el 10% de todas las emisiones de CFC-11 producidas. Un nivel que para mediados del siglo que viene habrá alcanzado el punto de saturación y las aguas de nuestro planeta devolverán a la atmósfera lo que durante años han ido recibiendo.

Los siguientes pasos del estudio son intentar mejorar su predicción y concretar cómo se producirá este cambio. Una emisión de aerosoles desde los océanos que deberá ser tenida en cuenta en el futuro a la hora de calcular el estado de la atmósfera y de dónde pueden surgir las distintas emisiones.

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