Hagamos números. En España tenemos una red de carreteras de 165.400 kilómetros, de los que cerca de 17.400 km son vías de gran capacidad: una extensa maraña por la que se reparten áreas de descanso, barreras acústicas y puestos de peaje. No todas presentan las mismas características —hay tramos de autovía urbanos y otros remotos—, pero en general suponen un vasta superficie para, pongamos, instalar paneles solares. En Suiza han tenido una idea parecida para su red.
El Consejo Federal Suizo acaba de modificar su Ordenanza Nacional de Carreteras con un propósito que muy poco tiene que ver con la movilidad: lo que buscan las autoridades helvéticas es permitir la generación de energía renovable en espacios libres repartidos a lo largo de las principales carreteras del país. Si todo va según lo previsto, acota PV Magazine, entrará en vigor ya en octubre.
Después de sacar la calculadora, Suiza ha estimado que entre sus autopistas y líneas férreas podría lograr una cantidad sensible de energía: cerca de 101 GWh al año. De esa suma, 55 GWh saldría de las carreteras nacionales y 46 de espacios repartidos por la infraestructura ferroviaria.
Rentabilizar espacio... y ganar energía
El dato es tan jugoso que la propia Oficina Federal de Carretera (FEDRO) ha empezado ya a explotarlo para su consumo eléctrico con instalaciones en puntos próximos a túneles y centros de mantenimiento. Ahora quiere ir un paso más allá y ceder otras superficies —barreras acústicas o áreas de descanso— a quienes quieran y puedan aprovecharlas para fijar placas fotovoltaicas.
Las autoridades helvéticas no quieren esperar y es probable que ya a finales de este mismo año FEDRO abra el plazo para quienes estén interesados en reservar espacios.
“El potencial fotovoltaico a lo largo de las carreteras nacionales es de 55 GWh al año. FEDRO ya usa parte de ese potencial para su propio consumo eléctrico”, explica la propia Confederación Suiza, que detalla que hasta ahora el organismo ha recurrido solo a ciertos espacios, como inmediaciones de los túneles. “Para aprovechar aún mejor el potencial, las otras áreas adecuadas, por ejemplo las barreras acústicas o áreas de descanso, se ponen ahora gratis a disposición de terceros”.
El cambio normativo aprobado hace unos días en la Ordenanza Nacional de Carreteras puede aplicarse también a otros sistemas de generación de energía renovable, como la eólica.
Suiza no es el primero que plantea sacar partido de superficies ahora infrautilizadas para generar energía. Hace unos meses la firma canadiense Mitrex anunció una alianza con varias empresas para fabricar barreras acústicas fotovoltaicas para autopistas. Los paneles aminoran el ruido, limitando las molestias para las poblaciones cercanas, mientras generan electricidad. A priori, de media cada kilómetro en el que se instale el nuevo dispositivo podrá generar más de 1,2 MW.
En Francia también han tenido una idea similar: construir una instalación fotovoltaica en una extensa área a lo largo de la autopista A19 capaz de producir una media de 6.100 MWh anuales. Mucho más cerca, en Barcelona, se ha probado incluso un curioso "pavimento con energía solar": pequeñas parcelas de suelo que incorporan módulos fotovoltaicos y son capaces de generar energía.
Otras iniciativas con una filosofía parecida —sacar partido de los espacios públicos, de los viales, más concretamente, para generar energía— se han registrado en Francia, China, Holanda o EEUU, en ocasiones con resultados que dejaron mucho que desear. En la región de Normandía, en Francia, por ejemplo, inauguraron en 2016 un tramo de un kilómetro con 2.800 m2 de paneles fotovoltaicos que acumuló problemas ya desde el inicio, con un resultado por debajo de lo esperado.
Imagen de portada | Kecko (Flickr)
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