Desde que comenzó la guerra en Ucrania el Gobierno liderado por Volodímir Zelenski ha denunciado en varias ocasiones bombardeos masivos planificados por Rusia para destruir su red eléctrica. Una estrategia utilizada habitualmente durante los conflictos bélicos para debilitar al enemigo requiere dañar sus infraestructuras esenciales, y las centrales eléctricas son un recurso fundamental para cualquier país desarrollado.
Actualmente Ucrania mantiene quince reactores nucleares en operación que están distribuidos en cuatro centrales. Una de ellas, la de Zaporiyia, está siendo administrada por Rusia desde que se hizo con su control a principios de marzo de 2022. Esta es, precisamente, la mayor planta nuclear de Europa debido a que cuenta con seis reactores que tienen una potencia conjunta de unos 5.700 MW.
A ninguno de los oponentes le interesa dañar un reactor nuclear debido a la posibilidad de que se desencadene la fusión del núcleo y se produzca un accidente equiparable al que tuvo lugar en Chernóbil el 26 de abril de 1986. Sin embargo, según el Gobierno de Kiev, Rusia ha logrado dañar gravemente algunas de sus centrales eléctricas, lo que ha introducido unas deficiencias muy importantes en su infraestructura que deben ser subsanadas lo antes posible. Reconstruirla en poco tiempo no es fácil, pero Ucrania tiene un plan.
Los reactores SMR son la solución que está buscando Ucrania con urgencia
Herman Haluschenko, el ministro de Energía designado por Zelenski, defiende que los reactores SMR representan la solución idónea para reconstruir su infraestructura eléctrica: "Esta es la mejor opción para reemplazar la generación térmica. Apostaremos por resolver la transición hacia un sistema 'verde' utilizando la mejor tecnología: los reactores SMR". No obstante, las declaraciones de Haluschenko reflejan que su plan está más avanzado de lo que podríamos intuir en un principio.
Y es que su mano derecha en este ámbito, Petro Kotin, que es el presidente de Energoatom, la empresa pública que se responsabiliza de la administración de las centrales nucleares ucranianas, ha declarado que sus técnicos están evaluando dos posibles ubicaciones para sus nuevas plantas nucleares de tipo SMR: Odesa, en el sur del país, y Chyhyryn, en el este de Ucrania. Esta sigla procede de la denominación en inglés Small Modular Reactor e identifica, como podemos intuir, un nuevo tipo de reactores nucleares de fisión que se caracteriza por su diseño modular y compacto.
Llevan en desarrollo algo más de dos décadas, y algunos de ellos están siendo diseñados de acuerdo con los principios y los requisitos establecidos para los equipos de fisión nuclear de cuarta generación. Estos reactores, los de cuarta generación, están siendo ideados con el propósito de que no se vean lastrados por las deficiencias introducidas en las generaciones anteriores, y para lograrlo deben cumplir necesariamente tres requisitos: tienen que ser sostenibles, requerir una inversión económica lo más baja posible, y, además, su seguridad y fiabilidad deben ser lo suficientemente altas para minimizar la probabilidad de que el núcleo del reactor sufra daños si se produjese un accidente.
Para cumplir la primera condición es imprescindible extraer del combustible la máxima energía posible, y, además, se deben minimizar los residuos radiactivos. En lo que se refiere a su coste la puesta en marcha y el mantenimiento de la central nuclear tienen que ser equiparables a los gastos que exigen otras fuentes de energía. Y en lo que se refiere a la seguridad es imprescindible que si se produjese un accidente no sea necesario tomar medidas de emergencia más allá de las instalaciones de la propia central nuclear.
Todo esto suena muy bien, pero no podemos pasar por alto que los reactores SMR comerciales todavía tienen desafíos por delante. En Estados Unidos el diseño Voygr de NuScale acaba de ser certificado y ya puede ser instalado, pero antes de llegar a la meta ha recorrido un camino largo y tortuoso. Si nos ceñimos a Ucrania son dos las empresas que han tomado la iniciativa en el ámbito del desarrollo de reactores SMR: la estonia Fermi Energia y la ucraniana Eco-Optima. Y con toda seguridad tienen aún mucho que hacer. De hecho, la primera de ellas lleva en actividad poco más de tres años. Les seguiremos la pista con atención.
Imagen de portada: Holtec International
Vía: NucNet
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