Si queremos un mayor peso de la fotovoltaica —y el objetivo de Bruselas, recordemos, es que las renovables alcancen una cuota de consumo del 42,5% ya en 2030— necesitaremos más y mejores paneles. La industria trabaja en ambas vías. Buscando nuevos diseños, métodos y materiales para mejorar la eficiencia, lo que la ha llevado por caminos tan curiosos como la experimentación con microalgas. Y también nuevas formas de trasladar los paneles más allá de los tejados.
Ese último es el empeño de Green Akku, compañía alemana especializada en módulos solares. Entre su vasto catálogo de diseños, en el que se incluyen paneles flexibles y semiflexibles, ultraligeros o estructuras con almacenamiento pensadas para balcones, se incluyen también placas que aspiran a aprovechar un espacio al que las instalaciones fotovoltaicas no han logrado llegar, al menos de momento: vallas y cercados como los que quizás te separen de la casa del vecino.
Sus paneles ZaunPV pueden instalarse de forma horizontal o vertical, son bifaciales —incorporan células fotoeléctricas por ambas caras— y su sistema plug-and-play facilita el montaje. La compañía ofrece además paquetes con diferentes potencias que van entre los 335 y 780 Wp para montajes con alturas regulables, de entre 150 y 200 centímetros. A la hora de exponer sus ventajas, destaca su potencial para instalarse de forma directa sobre vallas y cierres exteriores. En cuanto a precios, los que figuran en su web van de 500 a más de 900 euros.
Ir más allá de los tejados y terrazas
"Gracias a la disposición vertical se consiguen elevados rendimientos, incluso cuando el sol está bajo. Esto aumenta la generación de energía incluso en invierno. Durante todo el año, especialmente las horas de la mañana y tarde, cuando la demanda de energía es mayor, se aprovechan de forma óptima", comenta.
Otro de los puntos en los que insiste Green Akku es que sus diseños SelfPV incorporan módulos especiales, pensados para evitar uno de los grandes hándicaps de las placas solares, los hotspots o "puntos calientes", que afectan a su vida útil y rendimiento. Como su nombre indica se trata de zonas del panel que alcanzan una temperatura elevada, lo que puede ocurrir por desajustes en las células o por algo tan sencillo como que una sombra afecte a la distribución de la corriente.
"Los diodos de derivación establecen desvíos para cada una de las células sombreadas. Las demás pueden seguir produciendo electricidad sin obstáculos", destaca la compañía alemana. Los cálculos que maneja muestran que gracias a sus módulos, de AE Solar, la pérdida de potencia cuando una de sus 60 células queda en sombra es del 3%, muy lejos de las pérdidas de rendimiento de hasta el 100% que se registran con los módulos solares convencionales. Gracias a su diseño, abunda, l a producción eléctrica "aumenta entre un 25% y 40%".
Green Akku no es la única compañía que se ha propuesto llevar las instalaciones fotovoltaica más allá de los tejados o terrazas. A lo largo de los últimos años otras firmas han lanzado diseños pensados para autopistas, huerto, fachadas o incluso lagos, mares y balsas. La firma californiana Sunstall ha planteado por ejemplo el uso de placas verticales para el campo e impulsar así la agrovoltaica.
La también estadounidense Erthos propone disponer los paneles de forma horizontal, sobre el suelo, lo que permitiría simplificar la instalación y recortar en un 20% las inversiones. Otras han diseñado soportes para el uso de paneles en entornos protegidos, torres, vías de tren, carreteras e incluso balsas de purines o embalses y océanos con la ayuda de soportes flotantes especiales.
Imágenes: Green Akku
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