Los adornos imantados que en muchos hogares decoran los frigoríficos ha sido objeto de una curiosa leyenda urbana, la de que hacen que nuestro electrodoméstico consuma más. Ahora una empresa eléctrica, Endesa, ha desmentido el hecho.
“Todo en este mito es falso”, señala la eléctrica, los imanes de la nevera no generan un impacto en el consumo eléctrico de estos electrodomésticos. Los campos magnéticos de los imanes que colocamos en nuestras neveras son muy débiles.
Tanto que “ni siquiera atraviesan la puerta de la nevera”, continúa explicando Endesa en el blog de la compañía. Y es que algunos de los imanes que colocamos en nuestra nevera apenas tienen la fuerza para mantenerse en su sitio ellos mismos, pero tampoco los imanes más potentes en este rango podrían hacerlo.
Necesitaríamos un imán muy potente, fuera del rango de los imanes de nevera para afectar al funcionamiento de ésta. “Solo [aumentaría el consumo] si los imanes de tu nevera fueran electroimanes” contestaba un usuario del foro Physics Forums allá en 2012 cuando otro usuario planteaba esta duda.
Curiosamente, quizá algún día imanes como los de nuestras neveras puedan ser utilizados para enfriar nuestros alimentos. Así lo indicó una investigación realizada hace unos años por expertos del MIT. Por ahora su funcionamiento sigue siendo teórico, eso sí.
Cómo ahorrar con la nevera.
Los frigoríficos pueden suponer la mayor fuente de consumo energético detrás de calefacción y agua caliente y pueden acaparar casi una quinta parte del consumo eléctrico. Deben estar enchufados y funcionando todo el día, lo cual limita las posibles estrategias para ahorrar en gasto, aunque algunas existen.
La opción que más reduce el consumo eléctrico es una quizás no al alcance de todos: conseguir una nevera más eficiente. Puede que no hayamos amortizado aún el que tenemos o puede que aún no nos de el presupuesto para cambiarlo, pero apostar por modelos más eficientes implicará un ahorro no tan a largo plazo.
Otras formas de ahorrar son de sobra conocidas: mantener la puerta abierta lo mínimo posible o no introducir alimentos calientes en ella son trucos de sobra conocidos. Mantener el hermetismo de la nevera, eso sí, va un poco más allá. Para lograrlo debemos asegurarnos siempre de que no hay alimentos que puedan dificultar su cierre y que los elementos de sellado (la goma) se encuentra en buen estado.
Dónde coloquemos el frigorífico también puede afectar a su rendimiento. Empotrarlo, colocarlo a la luz del sol, o cerca de una fuente de calor como un radiador u horno puede hacer que requiera más energía para mantener su interior fresco.
Por último, debemos mantener el congelador libre de escarcha en la medida de lo posible. La escarcha funciona como aislante (como si tuviéramos un iglú dentro del congelador. Esto hace que el congelador requiera más energía para enfriar los productos de su interior.
En medio de una crisis energética única en casi medio siglo, ahorrar energía eléctrica se ha convertido en una obsesión para algunos y una necesidad para muchos. Es por eso importante centrarse en aquellas estrategias que sí nos permitan ahorrar energía y dinero.
Imagen | Giulia Hetherington
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