Si trazáramos un mapa de los parques eólicos de España, tarea que ya ha hecho AEE —la asociación que representa a las empresas del sector— Madrid destacaría como una amplia franja sombreada. Y con razón. Junto a Ceuta y Melilla supone el único territorio del país sin este tipo de instalaciones, por las que sí se ha apostado con fuerza en otras regiones a la hora de buscar fuentes de energía renovables. En ocasiones con mayor o menor aceptación popular. Quizás resulte chocante al verlo reflejado en un plano, pero detrás de esa peculiaridad hay varios motivos.
Son la explicación de la "singularidad madrileña".
Para empezar, un repaso al mapa. En su web la Asociación Empresarial Eólica (AEE), que integra a más de 300 empresas y asegura representar al 90% del sector español, ofrece un mapa detallado de cómo se reparten los parques eólicos a lo largo y ancho de la península. En Galicia, por ejemplo, señala 182 instalaciones con una potencia total de 3.866 MW; en Aragón, 176 parques con 4.435 MW; y en Andalucía 163 y 3.521 MW, respectivamente. El colectivo aporta datos de todas las comunidades, incluidas Baleares y Canarias. La excepción la marca —señalaba hace semanas la AEE en un comunicado— las ciudades autónomas y Madrid.
¿Cuál es la fotografía a día de hoy? Según el balance publicado este mismo mes por AEE, la potencia eólica instalada en España alcanzó el ejercicio pasado los 29.813 MW, con 1.670 MW nuevos. En cuanto a instalaciones, en 2022 se pusieron en marcha 46 parques eólicos, con lo que el listado de instalaciones se eleva ya por encima de las 1.300, que suman en total más de 22.000 aerogeneradores.
Gracias a ese músculo el sector ha logrado récords como el de hace unas semanas, cuando marcó un máximo de potencia instantánea, con casi el 60% de la energía generada a nivel peninsular generada por el viento; y convertirse en el segundo país europeo con más potencia eólica instalada, solo por detrás de Alemania.
¿Y qué pasa en Madrid? Dos factores. El primero, crucial, son las peculiaridades del propio territorio y su protección a nivel administrativo. El segundo, las de su potencial eólico. "Sucede que Madrid está rodeada de parques naturales, y en los parques naturales no se pueden construir parques eólicos. No es un tema de opinión, sino de regulación: para levantar un parque hay que tener una declaración de impacto ambiental positiva, que no se supera si el proyecto está dentro de un parque natural, afecta a la biodiversidad o al entorno o si está previsto en una zona de paso de aves", señalan a Público desde AEE.
Los datos recogidos en la web de la Comunidad de Madrid reflejan que, entre parques nacionales, regionales, parajes pintorescos, reservas y demás entonos sensibles, la superficie protegida supera las 120.400 hectáreas. "No hay interés de la industria porque las zonas donde sí se podrían instalar no tienen la velocidad de viento suficiente", insistía al diario en agosto Paloma Tejero, portavoz popular en la Comisión de Medio Ambiente. La capital sí acoge compañías especializadas en energías renovables y vinculadas a las instalaciones de generación eólica.
El potencial eólico. Pero... ¿Cuál es realmente el potencial eólico de la comunidad? En 2011 los técnicos del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) se hicieron la misma pregunta durante la elaboración del atlas eólico de España. Su análisis deja conclusiones interesantes, como "la escasez de zonas aprovechables para el desarrollo de parques eólicos": "Aproximadamente el 4% del territorio madrileño dispone de un recurso eólico aprovechable a 80 m de altura, con la tecnología disponible en el horizonte 2020 [...]. Este porcentaje es seis veces inferior a la media española del 23,43%", recogía el estudio.
La evaluación del IAE concluye que el potencial total de la comunidad con velocidad media anual superior a los 6 m/s a 80 m de altura rondaría los 831 MW. Los técnicos detallan las características de la región, señalando además aspectos que pueden afectar al terreno, como requisitos municipales para obtener licencias, servidumbres u otras afecciones por razones arqueológicas o de uso agrícola del suelo, y zanja: "El potencial eólico en términos de generación eléctrica neta para los 831 MW instalados en tierra firme, se estima entre 1,8 y 2,0 TWh/año".
El reto de las nuevas instalaciones eólicas. En otras zonas, incluso gobernadas por el PP, el partido al que han pertenecido los presidentes regionales de Madrid desde mediados de los 90, la eólica sí ha experimentado una expansión notable a lo largo de los últimos años. En Galicia, por ejemplo, la AEE identificaba en su último informe una potencia acumulada de 6.863 MW, la tercera mayor de toda España. En el mapa energético, Madrid destaca también por su ratio entre generación y consumo: en agosto la SER citaba un informe de Red Eléctrica que concluía que cubre el 4,8% de la electricidad que consume con la que genera.
El avance de las instalaciones eólicas no siempre está exento de polémica, sin embargo, cómo están demostrando las movilidades de los pescadores de Galicia, Asturias y el norte de Portugal después de que el Gobierno haya dado luz verde a los Planes de Ordenación del Espacio Marítimo (POEM), incluido el del la sección Noratlántica, que abre a la eólica marina alrededor de 2.350 kilómetros cuadrados (km2) repartidos a lo largo de la costa cantábrica gallega. La razón: los pescadores echan en falta más estudios sobre cómo la offshore afectaría a su actividad.
Imágenes: Johanna Montoya (Unsplash) y AEE
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