Un túnel de 27 kilómetros bajo un Parque Nacional: el polémico plan australiano capaz de producir un 10% de la energía del país

En 17 de octubre de 1949, Australia dio el pistoletazo de salida al mayor proyecto de ingeniería jamás puesto en marcha en el país: el Plan de las Montañas Snowy. Un proyecto que necesitó 25 años, 100.000 trabajadores y un presupuesto equivalente a 6.000 millones de dólares de hoy en día para completar las siete centrales eléctricas, las 16 represas y los 225 kilómetros de túneles, acueductos y tuberías que lo forman hoy en día.

70 años después, el Gobierno de Australia vuelve a la carga para construir, muchos metros bajo el suelo y en mitad del Parque Nacional de Kosciuszko, una central eléctrica capaz de generar el 10% de toda la energía del país. Así es el polémico proyecto de Snowy 2.0.

En roca viva

Snowy 2.0 planea excavar una serie de túneles de 27 kilómetros en suelo rocoso para usarlos como tuberías conecten dos embalses distintos salvando un desnivel de unos 700 metros. La idea es sencilla (y se emplea en muchos países del mundo): por la noche o, en general, cuando la energía está barata, el embalse inferior, Talbingo, bombeará agua hacia Tantangara, el embalse superior.

Así, cuando las necesidades de energía aumenten, se puede liberar agua en sentido contrario generando electricidad. Lo que llama la atención del proyecto no es, como digo, la idea, sino que la central eléctrica estará enterrada a 800 metros en el subsuelo de un parque nacional.

Michael Braer, director del Instituto de Energía de Melbourne en la Universidad de Melbourne explicaba a la BBC que "es esencialmente una batería extremadamente grande y extremadamente potente. A máxima potencia, representaría aproximadamente el 10% de la producción de electricidad de Australia".

La polémica no se ha hecho esperar, claro. Mientras los trabajos están intentando examinar la viabilidad técnica y financiera del proyecto, los movimientos ecologistas denuncian que las excavaciones exploratorias ya extraerán 600.000 metros cúbicos de roca viva. Y es que, como dice Matthew Stocks, investigador de la Universidad Nacional de Australia, "en última instancia, no se sabe exactamente cómo son las rocas entre los dos embalses".

Pero polémico o no, el proyecto tiene los primeros permisos y avanza a buen ritmo con el apoyo del Gobierno Australiano. Más de 5.000 millones de dólares ya se han puesto encima de la mesa y se espera que, si todo va según lo previsto, el proyecto entre en funcionamiento a finales de 2024.

Imagen | Snowy 2.0

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