A mediados de mayo, Valencia dio un paso definitivo a uno de esos proyectos innovadores capaces de transformar una ciudad. El ayuntamiento aprobaba Requiem in Power (RIP), iniciativa con una inversión global de 3,2 millones de euros para instalar placas solares en las zonas de Grau, Campanar, Benimamet, General y Cabanyal. ¿La diferencia de otros proyectos? El lugar donde estarán las placas: cementerios.
Por qué cementerios. La idea partió de la dificultad de encontrar espacio a este tipo de instalación en las congestionadas urbes. Ahí entró en juego la idea de RIP. Los cementerios de la ciudad son espacios amplios “sin uso” fuera de los entierros. El plan: instalar 6.658 paneles fotovoltaicos encima de criptas y otras estructuras en cinco cementerios públicos de la ciudad con el objetivo de crear una capacidad total de 2,8 megavatios. En total, ocupará una superficie de 14.339 metros cuadrados.
Uso innovador. En España, el uso de cementerios como punto de eficiencia y sostenibilidad energética es pionero, y se suma a la iniciativa que también lanzó este año la comunidad del pueblo francés de Saint-Joachim, donde también están instalando en su cementerio marquesinas con paneles solares que darán sombra a los visitantes mientras captan energía del Sol.
El calor, fuente de males y solución. Valencia, ubicada en la costa este de España, tiene la misión de lograr la neutralidad climática para 2030. Por supuesto, gran parte de ello está motivado por el aluvión de intensas olas de calor observadas en los últimos años.
De hecho, la ciudad batió los récords de calor del país el año pasado cuando alcanzó los 46,8°C. La idea de RIP es que el proyecto ayude a generar el 27 por ciento de la energía de la ciudad a partir de fuentes renovables.
Plus, más puestos de trabajo. Según explicó el concejal de Emergencia Climática y Transición Energética, Alejandro Ramon, como la energía se generará y se consumirá en la ciudad, hay menos pérdidas en su transporte y por tanto será una instalación más eficiente. Además, la instalación de las placas solares en los cementerios de la ciudad generará 99 puestos de trabajo durante la ejecución del proyecto y 15 más en las tareas de mantenimiento de las instalaciones una vez se pongan en marcha.
Estado y metas del proyecto. Hasta el momento, se han colocado más de 800 paneles en tres cementerios. En clave “verde”, debería ser suficiente para producir 440.000 kilovatios de electricidad al año y reducir 140 toneladas de dióxido de carbono.
En cualquier caso, una vez terminado, sería el parque solar urbano más grande de España y proporcionaría electricidad, primero a los servicios públicos y edificios municipales, aunque también se tratará de satisfacer la demanda de un millar de hogares vulnerables de la zona. Un despliegue final que consolidaría a Valencia como una de las ciudades líderes, tanto en sostenibilidad como en ahorro y eficiencia energética ahorrándose, según las previsiones, 1.000 toneladas de dióxido de carbono al año.
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