Muchas veces nos preguntamos cómo van a ser las baterías de nuestros futuros móviles. Si utilizarán la tecnología actual o bien apostarán por sistemas nuevos para traernos más autonomía y depender menos de los cargadores. Mientras llega ese momento, algunos fabricantes apuestan por soluciones intermedias en forma de baterías externas para ver si son capaces de aportar ideas nuevas.
Una de ellas es Upp. Una batería externa basada en hidrógeno que podemos usarla como las que tenemos a día de hoy para cargar nuestro smartphone con solo conectar un cable USB. Una solución muy útil cuando no tenemos un cargador a mano pero que, de momento no es tan eficiente como su futurista nombre nos puede sugerir.
La tecnología está aquí pero tiene que mejorar
Upp se basa en el principio de convertir el hidrógeno en agua usando energía química para liberar electrones y, con ellos, cargar la batería de nuestro móvil. Funciona con contenedores de hidrógeno y podemos conectar cuaquier gadget que se cargue por USB. Es decir, mayormente móviles y tablets.
Se compone de dos piezas. Por un lado una pequeña donde van todos los componentes eléctricos y por otro un cartucho de 12x9cm conectado por imanes a la otra parte. El chasis de esta parte utiliza un tipo de metal especial (Hydrallow C5) para evitar que el fuel de hidrógeno que lleva dentro (titanio, zirconio, vanadio, hierro, cromo, manganeso e hidrógeno) no explote.
El sistema funciona con la célula sacando el hidrógeno a través de una placa metálica que, reaccionando al oxígeno del aire, forma agua para liberar los electrones. No es que el riesgo de que explote sea alto pero Upp recomienda que tengamos cuidado con ella y que la utilicemos en sitios ventilados.
Los cartuchos son reemplazables y con cada uno de ellos se pueden cargar cinco iPhones y dos o tres teléfonos Android (según la capacidad que tengan). Cada una de estas piezas tiene un coste de 35 libras, aunque también podemos cargarlos por diez en puntos autorizados por Upp.
Llegados a este punto ¿cuál es el problema con esta batería? Como hemos visto, tenemos un precio que resulta bastante elevado. 35 libras por cartucho es caro y los 10 por recarga son algo más razonables pero no especialmente atractivos, especialmente si tenemos en cuenta que la carga que dan es inferior a la de un cargador de pared. Al menos así lo explica The Guardian en la reseña que han hecho.
A todo esto hay que sumarle la necesidad de tener el cargador siempre fuera. El sistema eléctrico usa un ventilador para asegurar que la entrada de aire es continua y poder coger oxígeno para liberar los electrones del hidrógeno. Es decir, no podemos dejarlo en una mochila o un bolso mientras cargamos nuestro móvil, no es lo más grave pero si un tanto engorroso.
De momento la tecnología está ahí pero tiene mucho camino por recorrer si quiere sustituir a los hasta ahora más prácticas y cómodas baterías externas que ya tenemos para cargar el móvil o el tablet por USB.
Vía | The Guardian
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