Hace unos meses Christian Flores logró acercarnos Las meninas de Velázquez al gran público. En forma de trap, Flores editó, compuso y cantó la problemática de la infanta Margarita. Tras este vídeo viral han llegado otros como el una paloma ruidosa, el agresivo capitalismo de Mercadona o la imperiosa necesidad de un "apartheid" en los baños del AVE.
Crítica social, feminismo, creatividad y mucha imaginación son los ingredientes que han catapultado al onubense a la popularidad. Hablamos con Christian para saber cómo empezó todo y qué herramientas usa en su día a día.
Imaginación al poder
Christian Flores pertenece a una nueva hornada de personas creativas que gracias al autoaprendizaje y la experimentación han encontrado su camino. Habiendo cursado una FP de de audiovisuales y un curso de postproducción en el que profundizó en el software especializado Nuke. Tras pasar por la productora de Malviviendo, entró en Playground, un magazine donde se encontró con un entorno profesional muy potente en el prácticamente le dieron carta blanca para crear.
De allí surgió el viral de Las meninas, un éxito que le hizo replantearse una carrera en solitario haciendo una profesión indefinible. Normalmente su proceso creativo es el siguiente: da con una idea, graba la música, hace una carpeta en el disco duro externo donde guarda lo bruto y edita desde ahi. ¿Qué es necesario para hacer algo como Las meninas?
"Mi equipo es un iMac de 27 pulgadas de 2013 con procesador i5 y 24 GB de RAM, un disco duro Samsung de 500 GB con USB 3.0 que ni siquiera es SSD pero que me va bien, una tarjeta de sonido Focusrite Scarlett (106,80 euros en Amazon) y un micro de shure sm58 (116,98 euros en Amazon) típico de directos. Son gadgets básicos de 100 euros lo que uso para hacer música.
Me gusta que mi equipo sea lo más reducido posible. Luego parte de mi trabajo es sustituir hardware por software, así que uso programas como Adobe Premiere, After Effects y Ableton, que tiene un sistema de suscripción tipo Netflix y cada mes ofrece plugins y efectos nuevos".
Al principio le entró la fiebre de querer instrumentos reales y se compró un sintetizador teenage engineering op-1 (949 euros en Thomann) . Con el paso de los meses descubrió que no lo sacaba de debajo de la cama porque siempre iba a los plugins del ordenador.
Este curioso gadget lo descubrió gracias a Reggie Watts, una de sus referencias profesionales, un músico y comediante que usa este aparato para hacer shows improvisados en directo, una de las próximas metas de Christian.
No necesitas un equipo caro para crear piezas audiovisuales que funcionen
La realidad es que hoy en día disponemos de tecnologías al alcance de nuestra mano que ofrecen resultados más que satisfactorios para crear contenido audiovisual: "Los medios hoy en día no son un impedimento. No hay que esperar a ahorrar para tener el mejor micrófono u ordenador del mundo porque hay gente haciendo cosas muy interesantes con muy pocos recursos".
De hecho, Christian explica que si no tiene a mano el equipo en ese momento, captura el sonido en el ordenador con los auriculares que vienen en la caja del iPhone, los EarPods.
En cuanto a un ordenador, Christian establece mínimos para editar vídeo: 8 GB de RAM y un procesador que por lo menos sea un i5. Sin embargo, el onubense explica que cuando quiere un efecto y este consume demasiados recursos de su equipo, llegando a bloquearlo, simplemente lo descarta.
"Todas las limitaciones se pueden adaptar y de ahí crear un estilo."
Un vistazo a todo el equipo de Christian nos deja claro que estamos ante un chico Apple: al iMac anteriormente mencionado hay que añadir un Macbook Pro Retina (2015) (desde 1.325 euros en PcComponentes) con procesador i7 y 16GB de RAM y un iPhone 6 que ha ido heredando de un padre fanático de la tecnología. Cronológicamente están espaciados en el tiempo, pero no dejan de ser una inversión importante que no está al alcance de cualquiera.
No obstante, no es una cuestión de gusto o por convencimiento, sino por pura casualidad: el amante de Apple es su padre. Además también tuvo una corta experiencia con Linux durante el curso de postproducción. Ni siquiera usa programas específicos de Apple, solo es por costumbre.
El teléfono móvil, una herramienta clave para el trabajo creativo
Yendo a lo mínimo imprescindible, según Christian solo hace falta un teléfono móvil y la app adecuada para hacer contenido audiovisual y subirlo a internet. Entre esas apps se encuentra Voloco (disponible gratis tanto para iOS como para Android)f. En su caso, tiene un iPhone 6 que compró cuando ya había salido en iPhone 7 y que está pensando en jubilar.
¿Por qué un iPhone y no un teléfono Android? En su momento lo tuvo claro: por la grabación a cámara lenta en 240fps, algo que ahora está disponible en otros modelos pero que Apple fue de los primeros en integrarlo.
Desde luego, la telefonía ha cambiado mucho desde que Christian se compró el iPhone 6: el Samsung Galaxy S9 tiene una lente con apertura focal variable, el Huawei P20 Pro tiene tres cámaras traseras, la inteligencia artificial ajusta los parámetros de la lente para que se adecuen al entorno en cada fotografía... Pero ni siquiera estas mejoras parecen ser un factor decisivo a la hora de decantarse por un modelo u otro.
"Instagram es mucho más que postureo: son mini documentales de la gente que interesa"
No es una cuestión de hacer fotos bonitas, valora poder acceder rápidamente a la cámara, la calidad de la cámara frontal...en todo caso, el teléfono le da igual. Lo que más le gusta son las apps, especialmente Instagram. Hay gente que usa los Stories como modo narrativo super novedoso. Ojo que no graban directamente con el móvil, lo graban con su réflex, lo montan, lo adaptan al formato de las historias. Además de Voloco y las redes sociales sociales típicas, Christian usa Musically y YouTube y las aplicaciones nativas Notas y Notas de Voz.
Porque está acostumbrado a iOS elegiría un conservador iPhone 8 (640 euros en Amazon) por una cuestión de ergonomía: con el pulgar es capaz de cubrir toda la pantalla y no necesita más pantalla ni una doble lente. No obstante, no descarta dar el salto a Android.
De hecho, hay algo de Samsung que le encanta y que dice mucho de sus teléfonos móviles: la forma en la que lleva su publicidad en América, de la mano de Casey Neinstat.
La firma coreana le deja total libertad para que haga los anuncios siempre y cuando los grabe con el teléfono. Una forma de hacer publicidad de 2018, porque no hay mejor forma de predicar que con el ejemplo.