Cuando Elon Musk hizo pública su idea de un medio de transporte nuevo parecía más ciencia ficción que un objetivo realista, pero el tiempo y la perseverancia del empresario nos han demostrado todo lo contrario. Hyperloop va camino de materializarse y tras el Hyperloop Design Weekend (HDW) está algo más cerca, concurso en el que fueron premiados los chicos de Makers UPV (Universitat Politècnica de València).
El hecho de que fuesen seis personas las que en la práctica han formado el equipo (Juan Vicén, David Pistoni, Ángel Benedicto, Daniel Orient, Germán Torres y el profesor Vicente Dolz) era uno de los aspectos que ya se diferenciaba con respecto a los demás. De hecho, si ya suponía bastante reto el objetivo y la naturaleza del concurso, el desafío era mayor al haber un océano de por medio, tanto físico como académico. Una historia curiosa que sabemos de primera mano tras poder entrevistar a estos ingeniosos valencianos.
El concurso y su propuesta
Como explicamos hace poco, la competición en la que han participado este equipo de ingenieros es el Hyperloop Design Weekend, organizado por SpaceX (la empresa espacial de Elon Musk). Se trataba de presentar una propuesta de diseño de la unidad de transporte del Hyperloop, la vaina o pod, partiendo de unas bases y unos requisitos que el diseño tenía que cumplir.
Como nos han comentado en la entrevista, lo que destacó del diseño de este equipo fue el sistema de levitación, para el cual optan por plantear un sistema que la produce desde la parte superior y no en la parte inferior, como el resto de diseños. Esto representa una serie de ventajas como el hecho de que se ahorre hasta un 30% en costes de producción y una mayor eficiencia energética.
La historia detrás de este interesante proyecto
Xataka: ¿Qué es Makers UPV y cómo surge?
Juan: Todo empezó hace unos dos o tres años. Vimos que la actividad en la universidad era muy teórica y decidimos hacer algo más práctico, de ahí nació Makers UPV.
David: En un principio costó un poco que se nos tuviese en consideración por parte de la Universidad como asociación, pero tras constituir dos grupos de seis personas, presentarnos a un certamen de robótica internacional y quedar segundos, ya recibimos más apoyo y firmamos el convenio.
J.: Desde ese momento no hemos parado de crecer; al ser una iniciativa abierta se une mucha gente con ganas de participar.
Germán: La Universidad está encantada ya que paseamos su nombre en muchas regiones, y los buenos resultados se traducen en prestigio para la misma. Además, la constitución de Makers UPV ha servido para que más gente se anime a formar otras asociaciones, como Formula Student. De hecho se creó el programa Generación Espontánea, bajo el cual nos agrupamos todas las asociaciones.
Dav.: Desde entonces el alcance de Makers UPV ha crecido bastante. En nuestra página de Facebook tenemos más de 1.200 seguidores, en los foros de participación también rondamos los 1.000 participantes, y en activo (proyectos, talleres, etc.) somos unas 50 personas.
Xataka: Hasta el HDW, ¿contabais ya con algún otro premio?
G.: Tenemos varios, quizás los más destacables sean los del SpaceApps Challenge (una iniciativa de la NASA). Uno de ellos fue el año pasado, el GoSat, quedando en el top 5 mundial.
Xataka: De drones, impresoras 3D y concursos europeos pasáis a diseñar una cápsula para el Hyperloop. ¿Cómo surge la idea de participar?
Daniel: En verano (2015) leí en prensa sobre Elon Musk y su planteamiento, con el cual afirmó que los aviones en un mismo continente no tendrían sentido. Esto llamó mi atención y tras investigar descubrí que se trataba un proyecto abierto, por lo que propuse la idea a Makers UPV, quedando finalmente nosotros cinco formando el grupo. Como primeros requisitos nos pedían una carta del Rector (que nos dieron de manera casi instantánea) y la participación de un profesor, que en este caso fue Vicente Dolz cuya dedicación ha sido máxima.
Ángel: Nos pilló en una época bastante movida en la que teníamos otros proyectos, pero íbamos reuniéndonos para hablar de lo que se nos iba ocurriendo y al final surgieron las dos ideas base para el proyecto.
Dan.: Tras esto enviamos ese primer proyecto preliminar, pensando que nuestras ideas no serían seleccionadas. Pero cuatro días después se nos invitaba directamente a Texas a exponerlas junto al resto de universidades seleccionadas. Y gracias al apoyo de la universidad pudimos acudir a la cita.
Xataka: Además de tratarse de algo sin precedentes se trata de una iniciativa abierta. ¿Ha habido algún proyecto previo así en ingeniería?
[Los cinco niegan en conjunto de manera instantánea.]
Dav.: En informática sí, como Linux.
Dan.: En el mundo de la ingeniería no se ha visto nunca nada así, con la inversión y el respaldo de las autoridades políticas del país, y con la acogida en las universidades (han participado casi todas las de Estados Unidos).
Xataka: ¿Y cómo se plantea un proyecto de estas características?
Dav.: Había que enviar una idea de lo que planteábamos hacer sin detallar medidas y otros datos. Un concepto de cómo iba a funcionar tu proyecto y las dimensiones, energía y otros parámetros orientativos.
G.: En ese primer momento teníamos que explicar qué teníamos intención de hacer en cada aspecto de los requisitos.
Xataka: Es decir, partisteis de cero. Lo cual representa al mismo tiempo una ventaja, al tener más libertad, y un riesgo, al no tener unas líneas definidas de partida.
Á.: Sí, y de hecho eso fue un gran reto.
Dan.: Lo único que teníamos era la propuesta inicial de Musk que era demasiado simple y prematura, por lo que no suponía ninguna base en la práctica.
Á.: Además estaba el hecho de que cada semana se nos iba actualizando por mail de los cambios en cuanto a las medidas, materiales y otros aspectos de las bases del proyecto. Al ser algo nuevo, ni siquiera ellos tenían referencias, e iban adoptando ideas a medida que las iban recibiendo para tener un concepto algo más tangible.
Xataka: Finalmente optáis por la categoría de diseño y no la de construcción, ¿por qué tomasteis esta determinación?
Dav.: El hecho de que ellos mismos fuesen actualizando las bases con frecuencia nos motivó a decidirnos por no construir y optar por la categoría de diseño, teniendo así mucha más libertad.
Á.: Pensamos: puestos a no tener referencias, vamos a partir de no tenerlas en absoluto.
Dan.: Tampoco había tiempo para construir.
Dav.: Y además estaba lo que implicaría llevar el prototipo hasta allá.
G.: Los problemas que hay para entrar cualquier mínimo elemento en Estados Unidos.
Dan.: Estaba todo planteado para un público local. En Hyperloop no imaginaban la repercusión internacional que el HDW iba a tener (han ido más de 30 países). Al final ha sido una sorpresa tanto para nosotros como para ellos.
Xataka: Y el resultado es la prueba de que fue buena decisión. ¿no?
Dav.: Al final ha sido muy positivo no meternos en la categoría de construcción, sí.
Dan.: Ha sido la clave. Las restricciones que había en ese apartado no permitían el desarrollo de nuevas ideas como sí era posible en diseño. Era el no atarnos a lo que todos los demás estaban atados. Pudimos hacer las “locuras más locas” y eso fue lo que funcionó.
Dav.: De hecho, es más posible que el pod definitivo se asemeje más a nuestro diseño que al que se ha creado para un tubo de ciertas características (como el del MIT, el ganador).
Dan.: Pensamos que no nos compensaba pensar a corto plazo (en construir algo que se adaptase a las bases actuales) si podíamos pensar en el diseño final. Lo que uno construye ha de empezar desde el principio e ir poco a poco, pero lo que uno piensa puede ir directamente al final.
Xataka: ¿Cuánto tiempo habéis dedicado a preparar vuestra propuesta?
G.: Aproximadamente un mes. Empezamos el brainstorming por octubre, y a finales de noviembre nos confirmaron que estábamos seleccionados.
Dan.: Iniciamos la burocracia, a reunir los elementos necesarios, a pedir financiación, etc. Y a finales de diciembre lo terminamos. Más o menos un mes de análisis detallado, de trabajo “real”.
Á.: Todo esto solapado con clases, exámenes, etc. En Estados Unidos no tienen exámenes durante esas fechas, pero nosotros sí.
D.: Fue esencial la aportación de Germán en esos momentos, que trabajó por los cinco. Y a destacar también la ayuda de Vicente Dolz, que aunque no esté aquí ahora es el sexto componente del equipo, fue una ayuda muy importante.
Xataka: Vuestro proyecto ganó en la categoría de subsistemas (Excelencia Técnica en el Subsistema de Propulsión/Compresión). ¿En qué lograsteis diferenciaros?
J.: Todos los pods repelen el suelo. Para ello en Hyperloop se basan en la repulsión de los imanes con el raíl, que es de aluminio, y por corrientes inducidas logran que levite.
G.: Es como el efecto de un imán al tirarlo por una tubería de cobre, que baja lentamente porque se va frenando a causa de la oposición de los campos magnéticos. Y lo que nos diferencia es justo el sistema para lograr la levitación. Ahí nació nuestro nuevo lema de la mano de Juan. [Aquí al equipo se le escapan las risas]
J.: Sí, nuestro nuevo lema es It's transportation, it's attraction, it's future.
Xataka: La levitación es uno de los aspectos que os distingue de hecho del proyecto ganador en Construcción del MIT, en el cual se optó por un sistema de imanes de neodimio, ¿es así?
J.: Sí, es lo que se llama un Halbach Array.
Dav.: La clave de por qué nuestro sistema es distinto es el hecho de que levita desde arriba, de modo que no es necesario el sistema de raíles. Es decir, no repelemos desde abajo, sino que atraemos al pod desde arriba aprovechando que el tubo es metálico.
J.: Nosotros situamos los imanes en la parte superior de la vaina y controlamos la distancia desde dentro.
Dan.: De hecho, no vimos que ningún otro equipo propusiese algo así.
J: Y el que no necesite raíl supone un gran ahorro económico, teniendo en cuenta además la extensión kilométrica del objetivo (cuanto más tubo, más raíl y más gasto).
Dav.: Concretamente un 30% menos de inversión.
Á.: Además, cuanto más simple es la vía por la que va, menor es la probabilidad de tener problemas al depender menos del entorno (por el hecho de que los mecanismos y elementos van en el tren y no en el exterior).
G.: Nuestro sistema de aceleración también es interno. En el original usan un motor de inducción lineal y va literalmente a empujones. El nuestro arranca por sí solo y no necesita ninguna pista especial para acelerar. De hecho, funcionaría si lo pusiésemos en el suelo.
Xataka: Tras todo el trabajo llega la exposición ante el tribunal: ¿cómo fue ese momento ante los jueces?
Á.: Tras hacer la presentación de propulsión, sus caras fueron un poema. Nosotros nos quedamos… [El equipo ríe aquí también.]
J.: Cuando dijimos que habíamos hecho el trabajo cinco personas se quedaron boquiabiertos.
Dan.: Hubo gente que nos preguntó si realmente éramos aún estudiantes.
G.: Tras acabar la exposición y preguntar si había dudas, hubieron unos 20 segundos de silencio incómodo, y nada más.
Á.: Hubo muchos nervios e incertidumbre con esa reacción. No sabíamos si había salido muy bien o muy mal.
Xataka: El resultado es evidente y afortunadamente salió muy bien, pese a las dificultades de que fuese algo tan nuevo y de la distancia. ¿Representó esto en la práctica algún problema?
G.: Sí, por ejemplo el software con el que teníamos que trabajar (ANSYS). Tuvimos que pedir muchos elementos que las universidades estadounidenses ya tenían, entre ellos el programa de simulación. Finalmente tuvimos la suerte de poder tener una licencia durante un mes, además la de investigación (no la académica, que está limitada).
Á.: En Estados Unidos los estudiantes tienen licencias ilimitadas, en calidad y en número.
Dan.: Nosotros teníamos una licencia en un ordenador y sólo podíamos trabajar con él: una para cinco.
G.: Ellos tienen, además, acceso a lo que ofrece la universidad (clusters, etc.) 24 horas al día los siete días de la semana.
Dan.: También está la diferencia del planteamiento entre las universidades de allí y las nuestras en cuanto a este tipo de concursos. En el HDW los locales eran equipos de unos 50 alumnos con un profesor que les supervisaba. El nuestro no; éramos seis, con Vicente. Él ha sido un guía, nos ha dado muchas ideas y nos ha ayudado a resolver problemas, es parte del equipo.
Xataka: Hablando de las diferencias entre Estados Unidos y España: ¿veríais posible la instalación de un transporte como Hyperloop aquí?
G.: Aquí nos sobran autopistas, nos sobran aeropuertos que ni siquiera se utilizan… Habría que derruir gran parte de lo existente y plantear un sistema de transporte más económico.
Dav.: España está lejos, muy lejos.
Á.: Como mucho a nivel Europeo.
Dan.: Es algo tan a lo grande que sólo Estados Unidos puede plantearse algo así.
J.: Allí las distancias entre ciudades son mucho mayores, tiene mucho más sentido.
Dan.: Al fin y al cabo la idea de Elon Musk es instalar un medio de transporte entre estados sin paradas intermedias.
Xataka: ¿Y el apoyo institucional? ¿Se ha implicado el Ministerio o Conselleria?
[De nuevo, negación grupal. Juan lo matiza.]
J.: También está el hecho de que, al partir con el apoyo de la UPV, ha sido todo muy rápido, y cualquier solicitud de ayudas tanto nacionales como europeas es un proceso burocrático muy lento. No sabemos si con más tiempo e iniciando todos los procesos hubiésemos conseguido algún apoyo institucional.
Xataka: Habéis comentado que en Estados Unidos no tenían exámenes durante ese periodo y vosotros sí. ¿No existe en España algún tipo de prórroga en estos casos?
Á.: Para empezar, en Estados Unidos un estudiante tiene la opción de tomarse un año (aparcando las clases) para dedicarse a proyectos como éste (no académicos). Eso aquí es impensable.
Dan.: De hecho los profesores adaptan el plan de estudios a este tipo de proyectos, incluyéndolos en la asignatura, sustituyendo los procedimientos habituales o convalidándolos.
J.: En nuestro caso intenté hablar con los profesores para que pudiesen adaptar los exámenes de alguna manera, pero tuve muchas dificultades. Finalmente, gracias a la intervención del vicerrectorado entre otros logré que algunos se nos trasladaran. Nuestra situación es muy distinta, por ejemplo, a la de los deportistas de élite, a los cuales sí les resulta fácil obtener estas ventajas. Por ello creemos que los emprendedores deberían poder optar a estas soluciones, dado que además aportan valor a la universidad con sus creaciones.
G.: No se trata ni mucho menos de eliminar los exámenes, sino de adaptarlos, de una flexibilidad. Poderlos hacer antes o después.
Dan.: Además se trata de una iniciativa de la Universidad con un profesor de la misma, no es privada. Ésta se favorece de que su nombre haya viajado y, además, haya sido premiada.
Xataka: Os lanzasteis con el HDW y os llevasteis los premios. De cara al futuro, ¿hay una posibilidad laboral real en esto?
Dan.: Si esto sigue hacia delante, se tendrá que crear una empresa de la nada…
Á.: Y traer a mucha gente...
Dav.: Y en teoría de momento los mejores diseñadores fuimos nosotros... [De nuevo hay risas]
Dan.: Si se construye el primero y funciona, se van a construir más y habrá que generar toda una industria para ello. Y ya no es sólo el trabajar para ellos, sino vivir el nacimiento de todo, del cual ya formamos parte.
G.: Y lo que está sorprendiendo mucho es que se trate de un proyecto abierto; no hay patentes, no hay royalties. Es para el beneficio conjunto de la humanidad: el diseño saldrá en un white paper y podrá realizarlo cualquier empresa.
Xataka: Entonces, ¿permanecerá el proyecto del Hyperloop en los planes de futuro del Makers UPV?
Dan.: Aún estamos decidiendo sobre nuestro futuro. El proyecto (Hyperloop) nos gusta y creemos que se realizará, pero seguimos sin saber quién, cómo y cuándo. Por tanto, nuestra intención de momento es seguir ligados a la iniciativa y participando.
Dav.: Ahora mismo tenemos una serie de opciones, como unirnos a otros grupos, crear un prototipo aquí, etc. Estamos tanteando cuál es la mejor opción (el cómo), pero sí que tenemos intención de seguir.
G.: Pese a que con todo esto en los últimos cuatro días nos ha llegado un aluvión de propuestas distintas…
Dan.: Además, para nosotros SpaceX, por su trayectoria, es una gran aspiración (sobre todo para los ingenieros aeronáuticos), es como la NASA.
G.: No es la NASA, es más que la NASA. Es una empresa que en diez años ha pasado de no existir a aterrizar cohetes.
Dan.: Para un ingeniero aeronáutico es un sueño trabajar en una empresa así.
J.: Nos encanta la idea de inventar un nuevo medio de transporte, ¿a quién no?
Un premio más, y los que llegarán
Así fue cómo los protagonistas vivieron todo el proceso, desde la idea de participar hasta la asimilación de unos merecidos premios. La historia de un proyecto creado por seis cerebros que constituye un pedacito de lo que puede ser un nuevo medio de transporte y una nueva industria. Seguiremos atentos a los avances de Hyperloop y a los pasos tanto del Hyperloop UPV Team como del Makers UPV, una asociación que poco a poco va aumentando su palmarés.
Desde Xataka estamos muy agradecidos de que los cinco estudiantes nos hayan podido atender y contárnoslo todo, con la presencia implícita de su profesor, Vicente Dolz, cuya participación y ayuda destacan y agradecen en todo momento.
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