El tranquilizador mensaje de Sebastian Thrun, fundador de Google X: "La IA no se convertirá en ningún supervillano"

El tranquilizador mensaje de Sebastian Thrun, fundador de Google X: "La IA no se convertirá en ningún supervillano"
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Enrique Pérez

Editor Senior - Tech

Editor especializado en tecnología de consumo y sociedad de la información. Estudié física, pero desde hace más de diez años me dedico a escribir sobre tecnología, imagen y sonido, economía digital, legislación y protección de datos. Interesado en aquellos proyectos que buscan mejorar la sociedad y democratizar el acceso a la tecnología. LinkedIn

Es uno de los grandes expertos a nivel mundial sobre inteligencia artificial. Profesor de Stanford, fundador de Google X, padre del coche autónomo de Google, codesarrollador de Google Street View y fundador de Udacity, plataforma de educación en la que actualmente está centrado. Hablamos de Sebastian Thrun y durante nuestra asistencia al Global AI Summit tuvimos la ocasión de entrevistarlo brevemente. Estas son sus reflexiones.

Sebastian Thrun, un apasionado de los cambios que trae la IA. Thrun transmite ilusión por los avances de la inteligencia artificial de los últimos años y sonríe cuando habla de lo que está por llegar, sea lo que sea. Cuando le preguntamos sobre el estado de esta tecnología nos responde que "está acelerándose. Ahora estamos viendo cosas completamente nuevas que empezaron 30 años atrás".

Los primeros trabajos que le vienen a la mente son los de sus antiguos compañeros en Google. "En los últimos años hemos visto un sinfín de avances. Desde Google Transformer en lenguaje hasta IMAGEN, para la creación de imágenes a partir de texto". Se refiere a la alternativa de Google a DALL-E o Stable Diffusion. Los usuarios todavía no la hemos podido probar pero Thrun opina lo mismo que muchos: "es genial que podamos tener un nivel de calidad como el de auténticos artistas".

¿Va a mejorar nuestras vidas? Es la gran preocupación de mucha gente. La llegada de una tecnología tan revolucionaria presenta enormes dudas. Aún así, Thrun mantiene un mensaje optimista. "Pasará como cualquier otra tecnología. Como con la electricidad, los aviones... la inteligencia artificial no es una excepción. Incluso cuando se utilice la IA para automatizar trabajos. La gente podrá focalizarse en cosas más interesantes. La IA permitirá ayudar a la gente a tomar decisiones y a alcanzar sus objetivos".

Nuestro actual problema está en los datos. Hablamos sobre IA pero el enfoque debería estar en los datos sobre los que trabajan estos algoritmos. Al final son máquinas sacando conclusiones sobre cantidades ingentes de datos. El algoritmo es mejorable, pero expertos como Thrun apuntan que si queremos conseguir resultados más precisos con la IA, nuestro foco debería estar en mejorar las bases de datos. Una mejor base de datos puede resultar en una IA mucho más efectiva. Y es mucho más fácil de conseguir que no mejorar el algoritmo o utilizar una supercomputadora más potente.

"Creo que hay mucho margen en el nivel de detalle de nuestros datos. En entender cómo podemos construir bases mejor estructuradas. Eso nos ayudará para el futuro, aunque hay mucho trabajo aquí. Todavía hay mucho trabajo por delante para los próximos 20 años", expone Thrun.

"10 años es una eternidad para la IA", responde Thrun cuando le preguntamos si las mejoras en este campo van a continuar creciendo en la próxima década. "Nada es exponencial para siempre, aunque ahora mismo sí lo estamos viendo. Hay muchísimo material. Las máquinas van a mejorar en los próximos 10 o 15 años y revolucionarán sectores como el de la medicina o el transporte".

Algunos ejemplos que nos describe Thrun es una IA al mismo nivel que los médicos para realizar diagnósticos o coches autónomos con un nivel de fiabilidad equivalente al de los conductores. Algo que, hoy por hoy, todavía está lejos pero Thrun confía en que sí acabará llegando.

Cada vez que reflexiona sobre el futuro, Thrun vuelve la vista atrás. "Hace 10 años estábamos en el laboratorio de innovación de Google X. Ahora Google Brain es un éxito masivo y comercial". Lo que hace pocos años eran ideas de laboratorio y poco más que fórmulas matemáticas complejas, ahora ya forman parte de la estrategia comercial de las grandes tecnológicas. La IA ha pasado de ser la punta de lanza de los laboratorios de innovación a formar parte esencial de cualquier plan de futuro.

Su mayor miedo es justo el contrario que el de muchos. Hay múltiples ingenieros de Google que han puesto el grito en el cielo con la IA, convencidos de que tienen hasta conciencia. Sin embargo, Sebastian Thrun tiene una opinión muy contraria a los que defienden que la inteligencia artificial tiene el potencial de hacer las cosas por su cuenta.

"La IA es una herramienta, no algo que no podemos controlar. No es una entidad independiente que toma decisiones libremente", afirma el profesor. Pero va más allá. Preguntado sobre cuál es su mayor miedo en relación a la IA, Thrun responde que "mi mayor miedo es que no se entienda. Que la gente sobreestime lo que puede hacer. La IA es algo muy simple; es encontrar patrones entre los datos. La IA no se convertirá en ningún supervillano, ni siquiera dentro de 20 años".

Hace falta regular la IA, pero no ahora. ¿Significa esta postura que la IA puede prosperar libremente y sin control? No tan rápido. Thrun es partidario de que los gobiernos se aseguren que no se implementan ciertos algoritmos, pero también es defensor de la innovación. "Necesitamos regulación, pero no ahora. Hay que buscar cómo evitar accidentes pero ahora mismo es difícil. Tenemos que saber cómo van a ser las cosas para saber cómo regularlas", explica Thrun, en contraposición con la postura más urgente de personas como Elon Musk, CEO de Tesla y SpaceX.

"Mi esperanza es que la IA ayude a que vivamos mejor; a evitar que tengamos que perder el tiempo con procesos repetitivos cada día". Una postura muy pragmática pero que a la vez se compagina con el enorme potencial de la inteligencia artificial.

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