De los egipcios a los íberos, pasando por los celtas. Los arqueólogos han encontrado numerosos ejemplos de civilizaciones antiguas que usaron hierro proveniente del espacio exterior en sus piezas de orfebrería.
El Tesoro de Villena. Este conjunto de 59 artefactos descubierto en Alicante en 1963 llamó la atención de los arqueólogos por dos objetos de oro y hierro oxidado: una semiesfera hueca y un brazalete abierto.
El hierro no era un material que la gente supiera trabajar hace 3.000 años, así que su origen ha sido objeto de debate desde entonces.
Reanalizando las muestras. En 2007 se tomaron diminutas muestras de ambas piezas. Escamas de óxido de menos de un miligramo de peso que no causaron ningún daño apreciable en los objetos.
Los estudios no fueron concluyentes, pero un nuevo análisis de fluorescencia de rayos X ha detectado la presencia de hierro y níquel, lo que sugiere que son las joyas más valiosas del conjunto.
Hierro meteorítico. Los resultados sugieren que las piezas son de hierro extraterrestre. La aleación hierro-níquel tiene un contenido en níquel superior al 5%, lo que lo distingue del hierro que se obtiene en la Tierra.
Este hallazgo es compatible con su procedencia del Bronce Tardío, una época anterior a la producción generalizada de hierro terrestre. Sin embargo, harán falta análisis de nuevas muestras para confirmarlo.
La tecnología de los íberos. El estudio, liderado por el Museo Arqueológico Nacional de España, sugiere que los habitantes de la península ibérica tenían técnicas de trabajo en metal más avanzadas de lo que pensábamos.
Estos objetos tienen 3.000 años. La Edad de Hierro, en la que el hierro fundido comenzó a reemplazar el bronce, empezó en torno al 850 a.C. Todo indica que el cuenco y el brazalete del Tesoro de Villena son las dos primeras piezas atribuibles al hierro meteorítico de los íberos.
Imagen | Museo Arqueológico Nacional
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