Desde su paso por nuestro sistema solar entre 2017 y 2018, 'Oumuamua se ha convertido en todo un objeto fetiche para algunos científicos que buscan pruebas de la existencia de civilizaciones extraterrestres. Algunos de estos científicos tiene un nuevo plan para estudiar este objeto.
Misión a 'Oumuamua. El plan es estudiarlo in situ, a través de una sonda, un plan extremo si tenemos en cuenta que 'Oumuamua se aleja de nuestro sistema solar a una velocidad aproximada de 26,3 kilómetros por segundo. Se trata del proyecto Lyra, un plan que lleva ya años gestándose.
Proyecto Lyra. El nombre del proyecto se debe a la procedencia aparente de ‘Oumuamua, en la constelación de la Lira. Detrás del proyecto se encuentra el centro denominado Initiative for Interstellar Studies (I4IS).
Para alcanzar el objeto la sonda se valdría no de nuevos y potentes sistemas de propulsión sino de una aproximación basada en la gravedad. La sonda aprovecharía los tirones gravitacionales de la Tierra, el Sol u otros objetos de nuestro sistema solar para coger impulso en dirección a los confines de nuestro sistema solar.
Un mecanismo semejante al utilizado por la sonda JUICE de la Agencia Espacial Europea para alcanzar las lunas heladas de Júpiter con suficiente combustible para maniobrar una vez en su destino.
Finales de siglo. Adam Hibberd, miembro del I4IS, publicaba en el repositorio ArXiv un borrador de artículo en el que analizaba cuánto tardaría en llegar esta misión a su destino. Según sus cálculos, una misión lanzada en febrero de 2030 alcanzaría ‘Oumuamua hacia el año 2086, mientras que una misión lanzada en marzo de 2031 llegaría a su destino ya en el año 2175.
Plan B. El proyecto Lyra contempla la posibilidad de que 'Oumuamua acabe haciéndose inalcanzable. En ese caso bastaría con “reconvertirlo”, esperar al siguiente objeto interestelar y enviar una sonda a perseguirlo.
El primer objeto interestelar (más o menos). 'Oumuamua fue el primer asteroide en nuestro sistema solar en ser identificado como un objeto interestelar. Hasta ahora se han identificado cuatro objetos cuya procedencia estaría, probablemente, fuera de los confines de nuestro sistema solar.
Se trata de dos asteroides ('Oumuamua y Borisov) y dos meteoros que alcanzaron la atmósfera de nuestro planeta (IM1 e IM2). Estos dos últimos meteoros alcanzaron la Tierra en 2014 y 2017, antes del acercamiento de 'Oumuamua, pero no se señaló su potencial procedencia interestelar hasta después del acercamiento. Borisov por su parte fue avistado a finales de 2019.
¿Es posible? Las estimaciones de Hibberd aún no han sido publicadas en un estudio revisado por pares por lo que han de ser tomados con cautela. Aun así, la posibilidad de lograr desarrollar una misión tan a largo plazo implica enormes dificultades.
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