Solemos hablar del recorrido de la Voyager II, que pese a los sustos sigue aguantando y prolongando su ya cuadragenario viaje (43 años de misión). Pero hay otras misiones que también han acabado durando y rindiendo más de lo esperado, siendo una de ellas la del Observatorio Heliosférico y Solar de la ESA y la NASA, conocido como SOHO, que ya lleva 25 años de misión.
Haciendo honor a su nombre, el observatorio estaba destinado a ser una mirada incesante y reveladora al Astro Rey, aunque finalmente sus cometidos han ido más allá de lo esperado. Lo que ahora nos ha dejado (con la ayuda de los ingenieros que lo han compuesto) es un resumen de esta (casi) inquebrantable observación en forma de video de décadas de ciclos solares.
Un resumen lleno de tremendas llamaradas y miles de cometas
Según explica la ESA, SOHO fue lanzado el 2 de diciembre de 1995 y se encuentra a unos 1,5 millones de kilómetros más cerca del Sol que de la Tierra. En su mirada al Sol el observatorio tenía que dar información para estudiar su dinámica y su estructura interna, determinar por qué la corona está mucho más caliente que la superficie solar y observar dónde y cómo se aceleran las partículas del viento solar.
SOHO contribuyo a esto y además sirvió para descubrir más de 4.000 cometas, aunque donde deja una huella más profunda e importante es en la meteorología espacial. Es decir, la vigilancia y estudio de las perturbaciones en el viento solar que pueden afectar a la Tierra, provocando fuertes tormentas geomagnéticas (solares), que pueden ser problemáticas en las telecomunicaciones, los satélites y los astronautas (entre otras cosas).
Y si SOHO ha sido clave en este estudio es gracias a uno de sus instrumentos, el Coronógrafo Espectrométrico de Gran Angular (LASCO), el cual se encarga de estudiar la estructura y comportamiento de la corona creando un eclipse solar artificial (de modo que los operadores y meteorólogos espaciales pueden ver desde la Tierra cómo se acercan las tormentas solares con una antelación, entre uno y tres días). El vídeo que nos regalan de esos 23 años de ciclos solares, en el que vemos de vez en cuando esas llamaradas de proporciones magnas, está capturado con las cámaras C2 y C3 del LASCO.
Camino de los 30 años
Así, igual como comentábamos con la Voyager II, el viaje de SOHO tampoco ha sido un camino de rosas todos estos años. Ya el 1998 se perdió el contacto con la nave, aunque se logró reparar y volver a poner a punto. No obstante, los fallos se prolongarían unos meses y en más ocasiones y hasta febrero del 1999 no se reanudaron sus operaciones al 100%.
Desde entonces, dice la ESA que SOHO se ha mantenido en marcha y sin parar de trabajar hasta el momento. Y la idea es que aguante hasta 2025, lo que serían 30 años de misión.
La idea es que su trabajo mejore pero no de manera intrínseca, sino en conjunto con los trabajos de la sonda solar Parker y la Solar Orbiter, que este año nos dejaba las imágenes más cercanas al Sol que hemos obtenido en la historia. Aunque pese a los más jóvenes y competitivos, el observatorio SOHO supone de momento con el único coronógrafo ubicado en la línea Sol-Tierra, al menos hasta que se lancen sus misiones sucesoras (SWFO-L1 y GOES-U, también con coronógrafos).
Estaremos pendientes de lo que dura esta misión y de lo que aguanta el estoico SOHO en el espacio. No todas las naves y vehículos aguantan los envites que hay en el espacio o en atmósferas ajenas, viéndolo el año pasado en la culminación de la misión del rover Opporunity tras 15 años de trabajo.
Imagen | NASA
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