Quizás pueda parecer una derrota, que la agencia espacial estadounidense se ha dado por vencida, pero en realidad no es más que la culminación de una misión que ha ido superando las expectativas casi desde los primeros meses de estar rodando el Planeta Rojo. Ahora, tras más de 5.000 soles y una fatídica tormenta, la NASA da por finalizada la misión Opportunity que tanto nos ha contado de Marte.
Hace unos días veíamos como la Agencia trabajaba a la desesperada ante la inminente llegada del invierno marciano, el cual supondrá un daño irreparable a sus equipos si el rover no recuperaba su sistema de calefacción. Fue un último intento de recuperación, de comprobar si Opportunity seguía operativo pese a usar una antena rota, pero la situación ya aventuraba que habría que decir adiós definitivamente.
Sin opción de reparar y limpiar
El día 1 de junio de 2018 la NASA comunicaba que se suspendían las operaciones con el rover de manera temporal, debido a una tormenta de polvo cuya intensidad se estaba viendo incrementada con el paso de los días. Los ingenieros decidieron esperar a que la tormenta pasase, de modo que una vez el ambiente estuviese despejado Opportunity despertase de nuevo, pero no fue eso lo que ocurrió y todo parecía indicar que los paneles solares del rover habían quedado cubiertos de arena.
Dado que no es algo que pueda solucionarse de manera remota desde la Tierra, la única oportunidad que quedaba era que estos paneles se fuesen limpiando de alguna manera. Pero como las palabras, las esperanzas también se las llevó el viento y no esta suciedad, que siguió posando en la fuente de alimentación de Opportunity pese a los vientos estacionales que soplaron en noviembre.
Así, tras más de 600 comandos de recuperación y ocho meses desde aquella horrible tormenta, la NASA da por finalizada la misión aceptando que no hay forma humana de recuperar al rover. Una misión de gran valor científico que acaba con un final que no deja de ser poético, con eso de haberse quedado en el Valle de la Perseverancia, haciendo honor a uno de los principales rasgos del carismático rover.
No había mejor lugar para la despedida en honor a la trayectoria de Opportunity
¿Perseverancia por qué? Porque tal y como resumía Tanya Harrison, científico en la misión, Opportunity "sobrepasó cada expectativa que podríamos tener", hablando por todos los investigadores del proyecto, y matizando que pese a esto el hecho de finalizar la misión no dejaba de tener una gran carga emotiva, como recogen en The Atlantic.
Expectativas que superaba, por ejemplo, con esa maratón que el rover había hecho ya en 2015, con 42,195 kilómetros de escarpado suelo rojizo a sus espaldas. La NASA conmemoró la particular hazaña con un vídeo de ocho minutos que resumía once años de paseos, momento en el que ya matizábamos cómo se notaba el paso del tiempo en los paneles solares de Opportunity.
Otro ejemplo es el que ya hemos citado de la duración de la misión, pensada para 90 días marcianos y que al final pasó de los 5.000 completando 5.352 soles, llegando a un recorrido total de unos 45 kilómetros. Opportunity y Spirit despegaron de la Tierra hacia Marte el 7 de julio de 2003, tomando tierra en el Planeta Rojo en enero de 2004.
¿Qué pasó para que se superasen esos 90 días? Que se superó la dura prueba a la que en un principio ni se había planteado someterse: ese arduo infierno marciano. La clave fue inclinar el rover hacia el norte para que los paneles solares recogiesen la máxima luz posible, basándose en la inclinación del eje de Marte con respecto a su órbita alrededor del Sol. Eso sí, Spirit pereció tras su cuarto invierno marciano al perder dos de sus ruedas.
Opportunity además acumuló en su palmarés más descubrimientos que Curiosity, otro rover destinado en Marte, en parte al haber llegado ocho años antes. Descubrimientos como las esférulas de hematita, la determinación de la presencia de jarosita y goethita o la creación del primer perfil térmico de la atmósfera marciana.
Tras éstos y otros hallazgos ahora toca decir definitivamente adiós a Opportunity, que bien se merece el descanso tras 15 años de trabajo ininterrumpido en la superficie de nuestro planeta vecino. El panorama de Curiosity tampoco es muy halagüeño, pero el relevo ya lo ha tomado la misión InSight, ese minero marciano que va a darnos más detalles de la geología de este planeta, y están ExoMars y Mars 2020, dos rovers que visitarán Marte próximamente.
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