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Asgardia ya tiene su primer satélite en el espacio, pero aún no es una nación reconocida y queda mucho por hacer

El progreso tecnológico hace que vayamos superando obstáculos y allanando el camino, en ocasiones hasta plantearnos ideas como las de crear una nación espacial. Lejos de las ideas de irnos a vivir a Marte o a la Luna, la idea de Asgardia es promover la paz y la defensa de la Tierra ante ciertas amenazas, y al parecer empezará a ser una realidad ya que su primer satélite ya ha despegado.

De Asgardia hablamos cuando se presentó el proyecto en octubre de 2016. Un experimento científico, tecnológico y legal cuyo líder, el nanocientífico ruso Igor Ashurbeyli, prometió iniciar en 2017 con la salida de la exosfera de un primer satélite en 2017, y la promesa ha sido cumplida, pero ¿qué sabemos de este proyecto tan peculiar?

El primer paso ya en el aire

Nuestra huella en la Tierra es cada vez más imborrable y contraproducente para nuestra propia especie, y no es raro que haya ideas como las de Stephen Hawking que defiende el abandonar el planeta, lo cual repetía hace poco y ya dijo el pasado mes de mayo. Pero de momento (y para largo) aún es complicado plantearse una emigración hacia nuestro vecino Marte, como ya vimos al echar un vistazo realista de la mano de la ciencia y repasar todos los contras.

Asgardia no implica irnos, sino llevarnos mejor y defender lo que aún nos queda de planeta habitable ante asteroides, basura espacial y otros peligros. ¿Cómo? Con una red de satélites que represente una nueva nación con su marco legal, jurídico y su censo, facilitando el solicitar la nacionalidad desde su web y con la meta de que Naciones Unidas les dé el estatus de nación.

Los satélites serán la parte tecnológica, lo tangible de Asgardia

Pero... ¿Cómo? ¿Una nación con satélites y sin personas? Más o menos, porque habitantes hay aunque de manera digital y cada uno en su casa. Ya repasamos los tres pilares de Asgardia al hablar de ella y los satélites serán la parte tecnológica, lo tangible de una idea con base filosófica, social y política. Veamos qué lleva este primer satélite.

La parte técnica: 18.000 archivos y un planeta que proteger

Asgardia-1 es el nombre de esta primera unidad que despegaba el sábado 11 de noviembre desde las instalaciones Wallops Flight Facility de la NASA (en Virginia, Estados Unidos) lleve un servidor de archivos. La constitución, los datos de los ciudadanos y por supuesto la bandera serán parte de esos 18.000 archivos que el satélite pondrá en órbita próximamente (los primeros 100.000 habitantes tenían la oportunidad de enviar 500 KB al espacio de manera gratuita).

El satélite es, en realidad, un microsatélite. Un pequeño cubo (cabría en una mochila) que irá junto a otros 13 microsatélites en la nave Orbital ATK Cygnus hacia la Estación Espacial Internacional (ISS), y que será eyectado en aproximadamente un mes cuando la nave alcance una mayor altitud y pueda lanzarlos.

Encajando el microsatélite de Asgardia en el módulo del Orbital ATK.

Y el objetivo es que esta parte técnica se amplíe a una flota de satélites que permita monitorizar las amenazas de objetos espaciales así como la propia Tierra. Concretamente (y según estipula su constitución) los procesos físicos de la geosfera, las amenazas a la biosfera que se originan desde el espacio e incluso se contempla la seguridad en el turismo espacial.

El artículo 25 del texto legal se refiere de hecho a la flota espacial de Asgardia, aunque no se refleja ningún plazo ni se concreta el número de plataformas y satélites que serán necesarios para cumplir esta misión de vigilancia y protección, y refiriéndose a una "constelación de satélites en órbita".

La estructura de Asgardia-1 (Fuente: FCC.)

Lo que matizan es que lo que Asgardia lance al espacio operará de acuerdo a las leyes internacionales y en cooperación con el resto de estados y organizaciones. De hecho ya hemos visto que para iniciar su presencia en el espacio han tirado de la NASA y la ISS.

La parte política: sin tierra firme pero con ministros, líder y constitución

Consultando la web del "reino espacial", de momento hay 133.395 ciudadanos. Como comentábamos, en principio la línea de 100.000 ciudadanos iba a ser el mínimo para solicitar ser reconocidos como nación por la ONU, aunque de momento esto no ha ocurrido.

Sin embargo en la web vemos que a nivel interno se van poniendo en marcha iniciativas necesarias en un país como unas elecciones parlamentarias que tendrán lugar en 125 días. Comicios a los cuales puede presentarse cualquier ciudadano como candidato habiendo por ahora 35 candidaturas para completar los 150 miembros que tendrá su parlamento.

La nación de momento se ha distribuido en trece distritos electorales, partiendo de las doce lenguas mayoritarias que hablan sus ciudadanos y habiendo un decimotercero en representación del resto de idiomas. Una vez un ciudadano acepta los términos de la constitución del estado espacial, es automáticamente asignado al distrito correspondiente a su lengua, pudiéndose cambiar si lo solicita.

El sistema de gobierno consta de un jefe de la nación (que obviamente por ahora es Ashurbeyli, su creador), un cuerpo de ministros, el Consejo Espacial Supremo (que controla que se cumpla la ley por parte de los cuerpos gubernamentales), una administración, la Oficina Nacional de Auditorías (para controlar que el gasto de los presupuestos generales cumple la ley), un Tribunal Supremo Espacial y la Oficina del Fiscal. También existirá una entidad bancaria nacional que controlará el valor al cambio y la circulación y liquidez del sistema.

Una nación... Que no es una nación (oficialmente)

Sobre el papel (o mejor dicho, la red) los objetivos son atractivos y conciliadores: paz, protección, organización y anticiparse a que la exploración espacial vire a monopolio o a una maraña desordenada sin ley. Una base de conocimiento desmilitarizada y de libre acceso que a su vez suponga un sistema de alerta y protección ante llamaradas solares o las amenazas que hemos comentado.

Ahora que se ha materializado el inicio en este primer lanzamiento, falta que se vaya estableciendo ese gobierno y que la nación obtenga precisamente esa consideración. Hasta ese momento seguirá siendo una iniciativa con sus fondos y su apoyo, con una comunidad que al menos ha ido creciendo los últimos meses, pero sigue sin ser reconocida por la ONU y no hay indicios de que vaya a serlo próximamente.

Así, hay mucha buena intención y avances tangibles, pero también siguen habiendo dudas sobre si lograrán ser el organismo que pretenden y adquirir el peso internacional al nivel al que aspiran. También está el hecho de que lo que se necesita es que se vacíe de objetos el contorno orbital de nuestro planeta, y que quizás sería mejor intentar organizarnos de manera internacional con lo que tenemos antes que seguir poniendo en órbita más satélites.

En Xataka | Nace el proyecto Asgardia: la idea de crear nación espacial que nos represente como especie

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