Parece que habrá tensión hasta el último momento en el lanzamiento de la nave Starliner de Boeing a la Estación Espacial Internacional.
Contexto: la nave se lanzó con una fuga de helio. Cuando el primer intento de lanzar la nave el 6 de mayo fue abortado por un problema en el cohete Atlas V, los ingenieros de Boeing y la NASA revisaron la Starliner y descubrieron que tenía una fuga de helio en un sello de goma defectuoso.
La NASA decidió que la fuga no suponía un riesgo inaceptable para sus astronautas, así que decidió seguir adelante con el lanzamiento sin exigir a Boeing que la arreglara, lo que habría retrasado la misión unos meses.
Boeing ha detectado dos nuevas fugas en pleno vuelo. En una declaración emitida en directo, Brandon Burroughs, ingeniero aeroespacial de Boeing, explicaba —mientras los astronautas dormían— que los equipos de tierra están monitorizando dos nuevas fugas de helio, diferentes a la fuga original detectada antes del despegue.
La fuga original se encuentra en el colector de helio del puerto 2, que está conectado a uno de los propulsores del sistema de control de reacción (RCS), pequeños motores responsables de ajustar la orientación de la nave. Pues bien, hay una nueva fuga en el colector del puerto 2, cuya válvula ha sido cerrada por Boeing para contener la pérdida de helio, y otra en el colector del puerto 1.
La Starliner sigue de camino a la Estación Espacial Internacional. Boeing afirma que la pérdida de helio sigue estando dentro de los parámetros seguros para operar la nave. Anteriormente había declarado que la Starliner podría aguantar hasta cuatro fugas adicionales a la detectada en tierra.
Por ahora, la cantidad de helio que se está filtrando no es tóxica (en tierra eran 200 gramos al día), ni representa peligro para los astronautas Butch Wilmore y Sunita Williams, afirma Boeing. La nave sigue adelante con su plan de acoplarse a la Estación Espacial Internacional este jueves a las 16:15 UTC.
Imagen | NASA
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