Las auroras boreales son un fenómeno que solemos asociar a latitudes muy al norte, en lugares como la península Escandinava o Groenlandia. Sin embargo en los últimos meses se han registrado varias ocasiones en las que las auroras boreales han ido ganando terreno en los cielos de media Europa. ¿Qué está pasando con este fenómeno?
“Noche loca de las auroras”. El pasado domingo las auroras boreales se extendieron por los cielos de media Europa. El fenómeno alcanzó latitudes donde no suele tener mucha presencia, llegando a haber sido captada en diversos puntos de Italia y en España.
Cáceres fue uno de los lugares más meridionales donde pudo verse la aurora boreal en la noche del domingo pasado. Fue ahí también donde algunos astrónomos aficionados tomaron imágenes del cielo nocturno iluminado.
Qué tienen de excepcional. Para entender lo que está pasando conviene recordar antes qué son y cómo se forman estas “luces del norte”. Las auroras boreales son las auroras del hemisferio norte, en contraposición a las auroras australes, del hemisferio sur.
Aparecen como consecuencia del choque entre electrones y las capas superiores de la atmósfera. Se trata de electrones propulsados por los vientos solares que son desviados por el campo magnético de la Tierra, proceso que los carga de energía. Cuando chocan con nuestra atmósfera excitan las moléculas ahí presentes, que después liberan este exceso de energía en forma de luz.
Cielo ideal. Pero poder ver las auroras depende de otros factores. Se trata de los mismos que condicionan notablemente la observación de otros fenómenos astronómicos: la nubosidad y la contaminación lumínica.
Las áreas muy iluminadas como las ciudades y su entorno dificultan la observación de todo tipo de fenómenos astronómicos, incluidas las auroras. La presencia de fuentes de luz más intensas a ras de tierra propicia que estos fenómenos vayan haciéndose más tenues para el ojo humano hasta llegar a desaparecer en el cielo de la noche.
El ciclo llega a su cumbre. Las auroras están estrechamente relacionadas con las tormentas geomagnéticas y la actividad solar. Las tormentas geomagnéticas hacen que las auroras alcancen a abarcar un área mayor y por tanto latitudes más bajas.
Y la actividad solar está en auge. Esta actividad suele fluctuar en ciclos que se extienden a lo largo de unos 11 años. El Sol se encuentra ahora en una etapa de incremento de la actividad que lo llevará, según las predicciones, a alcanzar la cumbre de su “Ciclo 25” durante la primera mitad del año que viene.
Hasta entonces es previsible que las tormentas geomagnéticas continúen aumentando en intensidad y frecuencia, para luego ir descendiendo de nuevo hasta el inicio del siguiente ciclo, el 26º. Con ellas es previsible que las auroras puedan seguir apareciendo en lugares tan al sur como en esta última ocasión.
También en abril. La de este fin de semana no ha sido la única oportunidad que los habitantes del sur peninsular han tenido de observar las auroras. Ya en abril los paisajes cacereños se vieron iluminados por este fenómeno.
Entonces los titulares se centraron en el hecho de que la agencia espacial estadounidense, la NASA, había seleccionado como imagen del día una fotografía tomada por Lorenzo Cordero en la que se podían ver las “luces del norte” en las inmediaciones de la ciudad de Cáceres.
¿Cuándo será la próxima? Las auroras son un fenómeno cuya extensión es difícil predecir con mucha antelación, ya que el margen con el que contamos es el que transcurre entre las emisiones de viento solar y su llegada a la Tierra.
Esta materia viaja a miles de kilómetros por hora, por lo que el tiempo que tarda en recorrer los casi 150 millones de kilómetros que separan nuestro planeta de la estrella a la que orbita no es mucho.
La predicción de tormentas geomagnéticas y eventos semejantes causados por la actividad solar recae dentro del campo de la meteorología espacial. Agencias como la NOAA (National Oceanic and Atmospheric Administration) estadounidense cuentan con departamentos especializados en esta meteorología. La agencia ofrece por ello información actualizada, incluyendo la predicción a corto plazo de las auroras boreales y australes.
Imagen | NASA/Joy Ng / NOAA
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