Las muestras traídas a la Tierra por la sonda china Chang'e-5 prueban la existencia de carbono puro en la Luna
Una hipótesis para salvar la teoría de cómo se formó la Luna es que este material provenga del viento solar
Las muestras de suelo que China trajo de la Luna en 2020 siguen dando que hablar, aunque China haya tenido tiempo de volver a la Luna y traer aún más muestras lunares en los cuatro años que han pasado desde entonces.
Grafeno en la Luna. Un equipo de científicos chinos ha encontrado grafeno —una forma de carbono puro— en un diminuto fragmento de suelo lunar recuperado de una región volcánica de la Luna por la sonda china Chang'e-5 en diciembre de 2020.
El equipo utilizó técnicas avanzadas de espectroscopia para estudiar una muestra del tamaño de un grano de arroz. El hallazgo es importante porque pone en jaque la teoría más aceptada sobre el origen de la Luna, la Teoría del Gran Impacto, que se basa —en parte— en la ausencia de carbono y otros elementos volátiles en el satélite.
El origen del satélite. La teoría más aceptada sobre el origen de la Luna es que se formó después de que la Tierra chocara con un planeta hipotético más pequeño denominado Theia.
El impacto hizo que los materiales vaporizados se dispersaran alrededor de la Tierra, formando un anillo de escombros que, con el tiempo, se agrupó por efecto de la gravedad, convirtiéndose en la Luna.
Hasta ahora, la Teoría del Gran Impacto ha estado siempre respaldada por la baja presencia de carbono en el satélite, ya que el impacto entre Theia y la Tierra tuvo que generar temperaturas extremadamente altas capaces de evaporar elementos volátiles como el carbono.
Sorpresa: hay carbono en la Luna. Y se encuentra en unas pocas capas delgadas y superresistentes de grafeno. ¿Cómo se explica? Un estudio sin revisar publicado por la revista National Science Review propone varias opciones.
Quizá sea por la interacción del viento solar, que contiene carbono, con el suelo volcánico rico en hierro. Tal vez la Luna tenga su propio proceso de captura de carbono y lo esté depositando en su superficie. O quizá sea algo más simple, como que el grafeno provenga del impacto de meteoritos.
Un descubrimiento provechoso. Sea como sea, este hallazgo no solo es importante para entender la historia de la Luna, sino por sus aplicaciones prácticas aquí en la Tierra.
Los investigadores creen que estudiar cómo se forma el grafeno en la Luna podría ayudarnos a desarrollar técnicas más baratas y escalables para producir grafeno de alta calidad. Sería un hallazgo revolucionario para unas cuantas industrias.
Imagen | Wei Zhang et al., CNSA
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