China continúa en su carrera por llevar a sus taikonautas a la Luna. Entre otros detalles de la misión, desde Beijín también se ha dejado entrever la fecha límite que se han propuesto: 2030.
Una misión con dos vuelos. Recientes declaraciones del diseñador en jefe del programa espacial tripulado chino, Zhou Jianping, recogidas por la agencia de noticias Xinhua han revelado algunos nuevos detalles sobre la futura misión china a la Luna.
La primera misión que llevará a astronautas chinos a la superficie de nuestro satélite, será, en un aspecto, análoga a la misión Artemis y distinta a las Apollo: constará de dos lanzamientos, uno en el que viaje la tripulación y otro con el vehículo de alunizaje.
La cápsula con los taikonautas viajará hasta la órbita lunar, donde se acoplará al módulo de aterrizaje para que el equipo pionero tome su nuevo vehículo. Realizarán su descenso y las actividades lunares pertinentes para después reemprender su viaje de vuelta. Primero hasta la órbita lunar donde regresarán a la nave principal, y después de vuelta hacia la Tierra.
Una misión compleja. En el comunicado, Zhou también ponía en perspectiva la misión comparándola con las que pusieron en órbita la estación espacial china, Tiangong: la carga que los cohetes tendrán que gestionar será equivalente a más de 130 toneladas en órbita terrestre baja (LEO), la órbita donde está situada la estación. Según Zhou el incremento oscilaría entre un 30 y un 40%.
A pesar de ello, el diseñador jefe del programa se mostraba optimista “Estoy muy seguro de que China logrará el objetivo de llevar personas a la Luna para 2030 y enviarlas de regreso a la Tierra de manera segura”, aseguraba en el comunicado.
Lo que sabemos por ahora. Cuáles serán los cohetes encargados de llevar a la Luna al equipo y materiales es aún un misterio. China trabaja a día de hoy en dos vehículos súper-pesados, los Larga Marcha (Changzheng) 9 y 10.
El primero es el que parte con la ventaja al estar en un estado más avanzado de desarrollo y por ser de mayor capacidad. El Vehículo podría llegar a ser capaz de enviar 160 toneladas a LEO (53 toneladas hasta nuestro satélite), lo que, según los cálculos adelantados de Zhou, sería suficiente para llevar a cabo la misión.
Antes del fin de la década. El plan de China es ambicioso y lo convierte en un competidor serio a la hora de convertirse en el primer país en desarrollar un programa lunar tripulado después del Apollo, programa que puso por última vez hombres en la Luna hace poco más de 50 años.
Quedan aún siete años para la fecha. En términos de desarrollo aeroespacial no es mucho, pero la cita queda aún lejos como para aventurarse en hacer apuestas por cuál será la agencia que se lleve la guinda. El cohete SLS parece listo para realizar su misión después de su vuelo inaugural del año pasado (un vuelo no exento de problemas. Starship, nave en la que está basado el diseño del módulo lunar de las primeras misiones Artemis, el HLS, aún está en etapas tempranas de su puesta a prueba. La carrera sigue abierta.
Además, la Luna ya no es la gran meta de la nueva carrera espacial. Las agencias espaciales trabajan ya en otro gran objetivo: el de traer muestras de suelo marciano a la Tierra. A largo plazo: el destino es enviar un ser humano a Marte.
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